Los expertos ofrecen una soluci¨®n de equilibrio para los estudios de literatura espa?ola

La puesta en pr¨¢ctica del esp¨ªritu y la letra de la Ley de Reforma Universitaria hace trabajar horas extraordinarias a los componentes de las distintas ponencias encargadas de elaborar los nuevos planes de estudios. El caso de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, carrera de la que surgen la mayor¨ªa de ense?antes de literatura, ha provocado protestas entre profesores universitarios, acad¨¦micos y escritores, al darse la paradoja de que en las dos primeras propuestas hechas p¨²blicas por el Consejo Superior de Universidades no se contempla la asignatura de Historia de Literatura Espa?ola en los tres primeros a?os de carrera. El pleno del Consejo de Ponencias de Reforma, que se re¨²ne hoy y ma?ana en Torremolinos (M¨¢laga), dir¨¢ la ¨²ltima palabra, aunque todo apunta a una soluci¨®n de equilibrio, con la inclusi¨®n de 150 horas lectivas de literatura en el primer ciclo de la carrera.

El 9 de abril de 1987, el Consejo Superior de Universidades, cuya secretaria general es Elisa P¨¦rez Vera, hizo p¨²blico el proyecto de reforma que ser¨ªa aplicado a la carrera de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. Ese proyecto de plan de estudios, denominado informe t¨¦cnico, fue realizado por el grupo de trabajo n¨²mero 13, formado por expertos, para pasar a debate p¨²blico y ser estudiado por la ponencia de reforma. La ponencia de humanidades estaba compuesta por los siguientes miembros: Javier Tusell, catedr¨¢tico de historia; Javier Muguerza, catedr¨¢tico de filosof¨ªa; Ernest Lluch, rector de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo; Ram¨®n Lapiedra, rector de la Universidad de Valencia; Javier Fern¨¢ndez Vallina, director general de Ense?anzas Superiores; Francisco de As¨ªs Blas de Aritio, y Elisa P¨¦rez Vera, secretaria general del Consejo Superior de Universidades.El informe t¨¦cnico elaborado por este grupo de trabajo preve¨ªa que en el primer ciclo de carrera -es decir, los tres primeros cursos, que otorgar¨ªan el t¨ªtulo de diplomado y facultan para dar clases en colegios de EGB y ense?anza media- se impartieran seis materias troncales: gram¨¢tica espa?ola, historia de la lengua espa?ola, idioma moderno, ling¨¹¨ªstica, ret¨®rica y po¨¦tica, y cuatro bloques de an¨¢lisis de textos hispanoamericanos, espa?oles del Siglo de Oro, espa?oles modernos y contempor¨¢neos y textos medievales espa?oles. El informe t¨¦cnico, que excluye del primer ciclo de la carrera la asignatura de literatura espa?ola, fue presentado a debate p¨²blico, con el acuerdo un¨¢nime del grupo de trabajo.

Propuestas alternativas

Las propuestas alternativas a la totalidad del plan de estudios fueron abundantes y casi todas ellas orientadas a incluir en el primer ciclo la literatura espa?ola no s¨®lo como asignatura troncal sino como de ¨¢rea de conocimiento, concepto susceptible de comprender distintas asignaturas. Diecisiete universidades, a trav¨¦s de sus departamentos de filolog¨ªa, presentaron enmiendas a la totalidad, y otras 18 observaciones parciales fueron realizadas por universidades y profesores a t¨ªtulo individual e incluso por la Real Academia Espa?ola.

El Consejo de Universidades, organismo del que depende la ponencia de reforma, y naturalmente: el equipo n¨²mero 13, encargado del ¨¢rea de humanidades, fue el receptor para su estudio y posible incorporaci¨®n al plan de todas las propuestas.

En febrero de 1990, el Consejo de Universidades hizo p¨²blico un nuevo documento: Directrices generales propias de los planes de estudios conducentes a la obtenci¨®n del t¨ªtulo oficial de licenciado en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. Y ah¨ª aparece un primer y notable cambio: el t¨ªtulo otorgado al finalizar los tres primeros cursos ya no es el de diplomado, sino el de licenciado, de mayor utilidad docente. Ser¨¢, sin embargo, en el plan de estudios ahora propuesto donde saltar¨¢n las mayores sorpresas: se incorporan el lat¨ªn, la filolog¨ªa y literatura rom¨¢nicas, desaparecen la ret¨®rica y po¨¦tica (que algunos reformadores quisieron llamar cr¨ªtica literaria) y permanecen la lengua espa?ola y el idioma moderno, ahora llamado segunda lengua. Es decir, el plan es distinto al primero propuesto y a su vez no recoge la principal reivindicaci¨®n de los enmendantes: la inclusi¨®n de la literatura espa?ola. En este punto, la cuesti¨®n abandona los apacibles ¨¢mbitos acad¨¦micos y salta a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos.

Un ¨²ltimo acto de esta batalla alrededor de la literatura entre humanistas y tecn¨®cratas se ha librado en el hotel Mindanao de Madrid, donde, entre otras, se reuni¨® la ponencia de humanidades. La ¨²ltima noticia filtrada de dichas reuniones apunta al equilibrio. Ser¨¢n finalmente aprobados 15 cr¨¦ditos de literatura espa?ola para el primer ciclo de carrera, contra los 16 que eran solicitados por la mayor¨ªa de enmendantes. El cr¨¦dito es la unidad de tiempo lectivo dedicado a una materia y equivale a 10 horas.

Soluci¨®n salom¨®nica

Empate, tablas o como quiera denominarse la salom¨®nica soluci¨®n: los licenciados en Filolog¨ªa Espa?ola sabr¨¢n qui¨¦n fue Quevedo, habr¨¢n tenido que leerlo, y es previsible que algo de esa experiencia alcance a los ni?os de EGB y a los adolescentes de BUP y COU. De todas formas, la definitiva propuesta, ya inapelable por v¨ªas corporativas, se conocer¨¢ hoy, cuando el pleno del Consejo de Ponencias de Reforma, reunido en Torremolinos, haga p¨²blicas sus conclusiones.