La etapa reina
Son estas fechas estivales m¨¢s propias de pelotones ciclistas, serpientes multicolores y maillots amarillos que de balones, goles y proezas futbol¨ªsticas. Tal vez por esto tengo la impresi¨®n de haber superado las rmieras etapas de esta gran vuelta que es el Mundial.En nuestra primera contrarreloj no llegamos al despiste de Pedro Delgado en el Tour del a?o pasado, pero muy cerca anduvimos, aunque no perdlinos tiempo. En la segunda, a pesar de ser de perfil llano, fue diricil despegarnos de un pelot¨®n conipuesto por 11 coreanos, muy parecidos todos, que impusieron un ritmo inernal en los primeros kil¨®meros y que, adem¨¢s, nos sorprendieron con un fuerte tir¨®n antes de llegar al control de avituallamiento. Menos mal que el equipo, con Michel como jefe de filas, se despeg¨® en el inomento oportuuno y ,ganamos la etapa con facilidad.
El tercer d¨ªa de ruta ya fue m¨¢s complicado. Toboganes, abanicos, incluso pav¨¦s, como en las mejores cl¨¢sicas de los Pa¨ªses Bajos. Ten¨ªamos como rivales a un buen equipo belga, dotado de especialistas en todos los terrenos. Menos mal que controlamos bien la etapa, a pesar del calor que tanto gusta a los ciclistas y que a nosotros nos hizo ir con la lengua fuera. Pero conseguimos el jersey amarillo, o m¨¢s bien la maglia rosa, es decir, una buena posici¨®n para afrontar las pr¨®ximas etapas.
?Y cu¨¢l es el perfil de las pr¨®ximas etapas? Pues duro sin remisi¨®n. La etapa reina pasar¨¢ por Yugoslavia, un pa¨ªs que cuenta con buenos rodadores, que se mueven bien en el pelot¨®n, aunque, tal vez, les falte m¨¢s esp¨ªritu de equipo que a nosotros. Es un conjunto con hombres que pueden sorprenderte en cualquier momento. P¨ªcaros, listos, de los que saben meter el codo y encerrarte contra las vallas en el sprint.
Todo el mundo sabe que hace aproximadamente un mes lo pasamos muy mal con ellos y casi nos recoge el coche escoba, aunque acabamos venciendo. En realidad, nos conocemos muy bien. Se trata, pues, de una etapa cl¨¢sica. Si se supera, llegar¨¢n los Alpes, los Pirineos y todo lo que podamos imaginar.
El equipo est¨¢ fuerte, sobre todo despu¨¦s de haber recobrado la confianza ante B¨¦lgica. Podemos buscar la cabeza del pelot¨®n, sufriendo, sudando, luchando en cada pedalada, utilizando la inteligencia y dosificando esfuerzos. Ha llegado la hora de la verdad. Al final de este duro recorrido se vislumbra la inaglia rosa. Hay que demostrar que lo merecenios, que podemos estar en el podio. Costar¨¢, pero no es imposible.
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