Marxismo tropical

Fidel Castro ordena y manda: los j¨®venes cubanos ya no podr¨¢n estudiar en Hungr¨ªa, y los que all¨ª est¨¢n, que interrumpan sus estudios y regresen a la isla. Los ministros de Educaci¨®n y Ense?anza Superior no intervienen en esta decisi¨®n, son t¨ªteres ante la soberbia, la vanidad y el capricho personal del jerarca caribe?o. En la forma est¨¢n las discrepancias ideol¨®gicas entre el castrismo, que se resiste y se aferra a su marxismo tropical, y el procedimiento democratizador que vive Hungr¨ªa, al desterrar de su escenario esa tr¨¢gica obra de teatro que es el comunismo. Ya el pa¨ªs magiar no tienen por qu¨¦ formar bloque solidario e internacionalista, de ah¨ª su voto en la ONU para que el r¨¦gimen de La Habana siga siendo investigado en su pol¨ªtica, mejor dicho, en su no pol¨ªtica de derechos humanos, ya que se violan todos. Pero esto es en la forma. En el fondo, Castro teme y trata de que los estudiantes cubanos en Budapest se contagien lo menos posible de los nuevos aires democr¨¢ticos, como ya ocurri¨® con los que en la URSS conocieron de cerca la perestroika y fueron llamados al orden y a la tranquilidad por la Securitate cubana. ?Hablas de bloqueo, camarada Fidel? Pero si t¨² mismo has impuesto el verdadero bloqueo!-