Rumania y Bulgaria se rebelan contra el futuro
Dos Estados de la hasta ahora denominada comunidad socialista en el este de Europa han consumado en junio un frenazo, o incluso una suspensi¨®n temporal, del proceso de transici¨®n hacia la democracia pol¨ªtica, el sistema econ¨®mico de mercado y la sociedad abierta. Algunos observadores hablan ya de restauraci¨®n del sistema totalitario.Las revoluciones democratizadoras en pa¨ªses como Hungr¨ªa, Polonia, la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y Checoslovaquia indujeron a los comentaristas occidentales a hablar de la ley del domin¨®. Seg¨²n ¨¦sta, el proceso democratizador se hab¨ªa hecho imparable, y todos los pa¨ªses del este de Europa se adentrar¨ªan a corto plazo por un camino irreversible hacia sociedades de corte occidental.
Los derrocamientos, pac¨ªfico uno, violento el otro, de los dictadores de Bulgaria, Todor Yivkov, y Rumania, Nicolae Ceausescu, hicieron creer que con el a?o 1989 mor¨ªan los sistemas dictatoriales en Europa, con la excepci¨®n de la min¨²scula Albania.
Sin embargo, en los Balcanes, el proceso de cambio hacia unas sociedades democr¨¢ticas, abiertas y tolerantes ser¨¢ menos un salto a la libertad, al estilo de la centroeuropea Checoslovaquia, que un duro calvario plagado de reveses, contradicciones y dificultades que hay quien considera insalvables en varias generaciones.
Los rumanos y los b¨²lgaros son los ¨²nicos pueblos de Europa central y oriental que, convocados a las urnas, han dado la victoria al partido comunista y al aparato que durante 40 a?os les neg¨® el derecho de elegir y sumi¨® a sus sociedades en un subdesarrollo sin parang¨®n en el continente.
Las innumerables irregularidades registradas en los comicios del 20 de mayo en Rumania y de los d¨ªas 10 y 17 de junio en Bulgaria no cambian esta realidad. En Checoslovaquia, la RDA, Polonia y Hungr¨ªa, los ex comunistas no superaron en ning¨²n caso el 16% del voto, que viene a ser el potencial electoral del aparato policial, militar y de aquellos sectores de la Administraci¨®n del Estado que m¨¢s temen una democratizaci¨®n que les despoje de sus privilegios y acabe con su impunidad.
En Rumania, los ex comunistas cosecharon m¨¢s del 67% de los votos; en Bulgaria, el 48%. La mayor¨ªa de los rumanos y b¨²lgaros, votaron por la continuidad o al menos, por el menor de los cambios y en contra de la oposici¨®n, democr¨¢tica perseguida hasta hace a¨²n muy poco por seindos reg¨ªmenes.
Puede parecer parad¨®jica en Occidente la actitud de estos dos pueblos de optar por quienes les negaron esta libertad de optar .Hay, sin embargo, varias razones pol¨ªticas, hist¨®ricas y sociol¨®gicas que explican por qu¨¦ esta sociedades balc¨¢nicas han votado en favor de la continuidad de proteccionismo, y, en consecuencia, por la supervivencia del aparato de poder comunista rebautizado, ya como socialista en Bulgaria, ya como frentista en, Runiania.
Un c¨²mulo de razones
La primera y posiblemente principal raz¨®n de los referidos resultados electorales es el hecho de que los aparatos comunistas en ambos pa¨ªses, identificados como columna vertebral del Esta do durante d¨¦cadas, llegaron in tactos a las elecciones. En Rurr ania se ejecut¨® a Ceausescu En Bulgaria se encarcel¨® a Yivkov, y se le impide e impedir¨¢ previsiblemente hasta la muerte, declarar en p¨²blico.
Los aparatos comunistas b¨²lgaro y rumano comprendieron que en la nueva Europa su supervivencia depend¨ªa de la liquidaci¨®n de sus respectivos dictadores, ancianos y cada vez m¨¢s enajenados. En Rumania, donde una oscura trama logr¨® reconducir un levantamiento popular contra el r¨¦gimen en una revoluci¨®n contra Ceausescu y contra el t¨¦rmino comunista vaciado de contenido, ya ha sido rehabilitado todo dirigente y miembro del Partido Comunista Rumano que ofrezca lealtad al Frente de Salvaci¨®n Nacional.
Que el estalinista Birladeanu, ¨ªntimo colaborador de Ceausescu, pronunciara el discurso de presentaci¨®n de Ion Iliescu en su investidura como jefe del Estado demuestra la absoluta desinhibici¨®n del antiguo aparato seis meses despu¨¦s de la revoluci¨®n.
El aparato de los partidos comunistas mantiene intacto su Poder fuera de los reducidos sect¨®res urbanos cultos. Su capacidad de intimidaci¨®n de posturas d¨ªsidentes en empresas, cooperativas, pueblos y ciudades peque ?as en las que sigue ostentando el poder decisorio y econ¨®mico es pr¨¢cticamente total.
La tradici¨®n de obediencia al poder en estas sociedades balc¨¢nicas, reforzada por la influencia de la Iglesia ortodoxa, es otra de las razones. El poderoso es el que puede verter bienes y castigos sobre el hombre humilde, y ¨¦ste no tiende por ello a apostar por alguien que no est¨¢ en el poder.
Finalmente, la debilidad de las oposiciones en estos dos pa¨ªses tambi¨¦n ha sido un factor importante para las victorias de los aparatos comunistas.
Los l¨ªderes de la oposici¨®n b¨²lgara eran excesivamente optimistas cuando se?alaban que ellos hab¨ªan tenido m¨¢s tiempo que la oposici¨®n rumana para organizarse.
La represi¨®n implacable en estos dos pa¨ªses desde la guerra hasta un muy reciente pasado impidi¨® que se creara una oposici¨®n conocida por la poblaci¨®n aunque s¨®lo fuera a trav¨¦s de las emisoras de radio occidentales. El lastre del pasado de los partldos hist¨®ricos como el Nacional Liberal y el Nacional Campesino en Rumania y el Agrario en Bulgaria impidi¨® que pudieran crear una alternativa moderna al partido ex comunista.
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