Producido un rat¨®n enano al intentar fabricar uno gigante
Cient¨ªficos norteamericanos han conseguido fabricar ratones enanos, la mitad de grandes que los normales de su raza. Los investigadores, sin embargo, quer¨ªan obtener ratones gigantes, y para ello modificaron el gen que gobierna la producci¨®n de la hormona del crecimiento en las vacas y lo insertaron en los ratones, con un efecto contrario al deseado. Adem¨¢s de sus aplicaciones, la investigaci¨®n puede proporcionar informaci¨®n b¨¢sica de gran inter¨¦s para comprender el funcionamiento del proceso del crecimiento.Los investigadores creen que el m¨¦todo funcionar¨¢ en otros animales, pero todav¨ªa no lo han probado m¨¢s que en ratones, en los que han demostrado que la caracter¨ªstica de un menor tama?o se transmite a trav¨¦s de las generaciones. La obtenci¨®n de animales enanos puede ser de inter¨¦s para la ganader¨ªa y para la investigaci¨®n, ya que ocupan menos espacio y consumen menos alimentos. El m¨¦todo podr¨ªa llevar tambi¨¦n a obtener un remedio para los casos humanos de gigantismo.
John J. Kopchick, que ha realizado el trabajo junto a Wen Y. Chen, ha reconocido en una entrevista que su objetivo original era producir ratones gigantes siguiendo el trabajo realizado por otros Investigadores a principios de la d¨¦cada de los ochenta. Estos investigadores, Ralph Brinster y Richard Palmiter, tambi¨¦n de Estados Unidos, lograron producir ratones gigantes, casi el doble de grandes que lo normal, mediante la inserci¨®n por ingenier¨ªa gen¨¦tica de genes que gobiernan la producci¨®n de la hormona del crecimiento bovina (BGH).
Tres peque?os cambios
Kopehick y Chen realizaron tres peque?os cambios en el gen de la BGH antes de insertarlo en embriones de rat¨®n, con el objetivo de convertirlo en un estimulante del crecimiento todav¨ªa mayor. Sin embargo, observaron que lo que hab¨ªan conseguido fue parar el crecimiento, aunque los animales obtenidos son completamente normales en otros aspectos.En el aspecto cient¨ªfico, ha explicado Kopchick, lo m¨¢s interesante es ver c¨®mo funciona el proceso de crecimiento. La hormona del crecimiento se acopla normalmente a determinados lugares de la superficie de las c¨¦lulas denominados receptores, estimulando de esta forma una reacci¨®n qu¨ªmica dentro de la c¨¦lula que produce el crecimiento. La BGH alterada tambi¨¦n se acopla a los receptores, pero no estimula el crecimiento, y como est¨¢ ocupando los receptores, no permite que la hormona del crecimiento propia del animal act¨²e.
Al permitir a los investigadores separar las dos funciones de acoplamiento y estimulaci¨®n, la hormona alterada se convierte en un valioso instrumento para explorar los cambios qu¨ªmicos interiores de la c¨¦lula que dan lugar al crecimiento. El trabajo se ha publicado en los anales de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Los investigadores disponen ahora de 12 animales modificados individualmente, algunos de los cuales se han reproducido hasta la tercera generaci¨®n sin cambiar de tama?o final. Sus caracter¨ªsticas son las normales, a excepci¨®n del tama?o, y tienen una expectativa de vida tambi¨¦n normal.
"Creo que esto funcionar¨¢ igual en todos los mam¨ªferos", ha declarado Kopchick, aunque todav¨ªa no han realizado experimentos similares en otros animales. En el caso del gigantismo humano, no se tratar¨ªa de utilizar hormona del crecimiento de las vacas o de los hombres. Se intentar¨ªa producir una mol¨¦cula -un medicamento- cuyo funcionamiento imitara la actividad de esta hormona en el enfermo y no dejara actuar la suya propia.
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