Un dejarse llevar

Cheb Khaled1.500 personas. Precio: 1.000 pesetas. La Muralla ?rabe. Madrid, 15 de julio.

Es joven, apenas 30 a?os, pero desde que en 1985 se celebr¨® el primer festival de m¨²sica de Or¨¢n, a Cheb Khaled se le entroniz¨® como el rey del ra?. Equidistante de los integristas y de la oficialidad argelina, Khaled es un heterodoxo que ha contribuido decisivamente a convertir el ra? en uno de los fen¨®menos de la m¨²sica norteafricana de los ochenta, como fusi¨®n de elementos tradicionales emergentes desde los a?os treinta con estilos occidentales como el rock, el funk y el reggae.

Khaled ha llevado esta s¨ªntesis hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Su ¨²ltimo disco, Kutch¨¦, fue grabado con un presupuesto de 15 millones de pesetas y unos planteamientos de gran alarde t¨¦cnico. En directo es otra cosa.

El cantante argelino se present¨® por primera vez en Madrid con un trompetista que parec¨ªa siempre a punto de atacar El gato mont¨¦s o Moliendo caf¨¦; un guitarrista dentro de la m¨¢s pura tradici¨®n del blues-rock; un teclista con una ingenuidad enternecedora; un especialista en darbuka para mantener el esp¨ªritu y una discotequera base r¨ªtmica de bajo y bater¨ªa.

Con una voz tan excelente como su capacidad interpretativa, Cheb Khaled demostr¨® que el ra? es una m¨²sica envolvente, circular, mon¨®tona, bailable y esencial. Que a pesar de la utilizaci¨®n de elementos del pop occidental mantiene una pureza admirable y un ambiente cercano a los grupos de verbena. Y que para disfrutar con el ra? s¨®lo es necesario dejarse llevar.