Kohl, en Mosc¨²
EL PRESIDENTE sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov, asegur¨® durante la sesi¨®n de clausura del congreso del PCUS, el pasado viernes que la Uni¨®n Sovi¨¦tica no sacrificar¨ªa sus intereses por la nueva Alemania. Pese a ello, ¨¦sta conseguir¨¢ quedarse en Occidente a cambio de la ayuda econ¨®mica que aliviar¨¢ el atolladero en el que se encuentra sumida la URSS. El viaje del canciller Kohl a Mosc¨² durante el pasado fin de semana parece confirmar esta tesis.Todo el proceso alem¨¢n de unificaci¨®n y de resituaci¨®n estrat¨¦gicos est¨¢ ligado a la distensi¨®n que acab¨® con la guerra fr¨ªa a principios de este a?o. Tanto el Pacto de Varsovia como la OTAN, tras su reciente cumbre de Londres, han manifestado su voluntad de evolucionar hacia estructuras de perfiles m¨¢s pol¨ªticos que estrat¨¦gicos. Las dos organizaciones han bajado la guardia, incluso han firmado la paz. S¨®lo queda entre las dos una cuesti¨®n por resolver: c¨®mo hacer que la unidad alemana no ponga en peligro la concordia continental. El problema estriba en que la fisonom¨ªa europea, tras su cambio irreversible en menos de un a?o, presenta en su centro a un pa¨ªs -Alemania- que est¨¢ hecho de la recomposici¨®n de dos partes que desde que existen fueron antagonistas. Parece un problema artificial, sobre todo considerando que una parte, la occidental, va a absorber pol¨ªtica y econ¨®micamente a la otra. La dificultad es militar. ?Qu¨¦ se hace con la absorci¨®n estrat¨¦gica de la nueva Alemania unida?
Cuando se plante¨® la posibilidad de la unificaci¨®n alemana, Mosc¨² fue ligando su visto bueno a sucesivas condiciones: primero, una Alemania que fuera neutral; despu¨¦s, que fuera al tiempo miembro de la OTAN y del Pacto de Varsovia; m¨¢s adelante, que simultaneara la pertenencia a la Alianza con la presencia de tropas del Pacto, y finalmente, el pasado 12 de junio, el S¨®viet Supremo admiti¨® la posibilidad de que la nueva Alemania fuera miembro exclusivo de la OTAN "en determinadas condiciones". Helmut Kohl ha acudido a entrevistarse con Gorbachov para averiguar exactamente cu¨¢les son ¨¦stas.
No es la primera vez que el canciller germano occidental viaja a Mosc¨². Ya lo hizo en enero pasado, y entonces asegur¨® que volv¨ªa "con la llave" de la uni¨®n en el bolsillo. Para nadie era un secreto que de lo que se trataba era de que el pa¨ªs econ¨®micamente m¨¢s fuerte de Europa prestara la ayuda que necesita la URSS para seguir adelante en la dif¨ªcil v¨ªa de la reconversi¨®n de su econom¨ªa al modelo occidental de mercado. A cambio de ello, Mosc¨² retirar¨ªa sus objeciones a la unidad alemana. La f¨®rmula entonces fue la de la concesi¨®n de cr¨¦ditos garantizados de 5.000 millones de marcos, la formaci¨®n en la RFA de cuadros sovi¨¦ticos y la asunci¨®n por Bonn de los compromisos de la RDA hacia Mosc¨².
Seis meses m¨¢s tarde, las cosas han cambiado poco: en la reciente cumbre de los Siete Grandes, en Houston, la RFA no consigui¨® el compromiso solidario de sus socios para ayudar econ¨®micamente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Unos d¨ªas antes, sin embargo, la cumbre de la OTAN en Londres hab¨ªa avanzado considerablemente en la suavizaci¨®n de los par¨¢metros de enfrentamiento con el antiguo bloque socialista: no s¨®lo se mostraba dispuesta a firmar la paz con el Pacto de Varsovia, sino que se compromet¨ªa a reducir sustancialmente su "presencia avanzada" en territorio alem¨¢n y a eliminar la artiller¨ªa nuclear.Que Kohl haya llegado a Mosc¨² en esta ocasi¨®n ofreciendo reducir tanto su ej¨¦rcito como la duraci¨®n del servicio militar (de 15 a 12 meses) ha tenido que dar cierta satisfacci¨®n a Gorbachov, despejando la v¨ªa hacia la unidad alemana, incluso sin que se incrementaran las ofertas de asistencia econ¨®mica. Alemania se est¨¢ convirtiendo aceleradamente en el gran aliado occidental de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Har¨ªan mal sus socios en dejarla sola en el empe?o. Tal falta de visi¨®n pol¨ªtica amenazar¨ªa con restar eficacia al esfuerzo germano de asistencia econ¨®mica y estimular¨ªa las insulsas sospechas sobre el expansionismo alem¨¢n.
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