Golpe de mano
JOS? MAR?A ZUFIAURPropone el articulista que para evitar que se produzcan interpretaciones abusivas del preaviso se modifique la normativa electoral, sugiriendo que, como en el Pa¨ªs Vasco, sea la autoridad laboral la que fije de oficio las citadas elecciones.
Con pleno sigilo y alevos¨ªa CC OO ha puesto en pr¨¢ctica su particular desembarco de Normand¨ªa contra la unidad de acci¨®n sindical.Cualquiera con alguna experiencia sindical podr¨ªa saber que la realizaci¨®n -a iniciativa de una sola de las partes interesadas, seg¨²n su conveniencia- de un preaviso general y pormenorizado de las elecciones sindicales constitu¨ªa una declaraci¨®n de guerra. En toda regla. M¨¢s a¨²n si ello se hac¨ªa en pleno proceso de negociaciones con el Ministerio de Trabajo para ultimar la normativa electoral y en el transcurso de una negociaci¨®n conjunta con el Gobierno sobre la segunda fase de la concertaci¨®n.
Si cualquiera podr¨ªa adivinar la trascendencia de tal iniciativa, hay que pensar que la direcci¨®n de Comisiones tambi¨¦n lo sab¨ªa.
La pregunta que surge de inmediato es: ?por qu¨¦ y para qu¨¦ CC OO inflige herida tan profunda a una unidad sindical que dura ya tres a?os y ha hecho posible movilizaciones y conquistas relevantes para los trabajadores?
Confieso que no encuentro respuestas intelectualmente satisfactorias a esas preguntas. ?Es fruto de la obsesi¨®n por jugar con ventaja en las elecciones?, ?es una pura irresponsabilidad que s¨®lo persigue tomar la iniciativa y as¨ª alentar las tendencias antiunitarias en Ja UGT y poner en cuesti¨®n a su direcci¨®n?, ?se trata de forzar a UGT para que acepte llevar de la manita a CC OO a todas las peque?as empresas a las que no ha llegado en anteriores citas electorales?
No s¨¦ si alguno de los interrogantes, o el conjunto de ellos, dan en la diana, pero lo que s¨ª es seguro es que son los que hoy se plantean muchos afiliados de la UGT.
Resulta inconcebible, en cualquier caso, que CC OO no haya sido consciente del juego que, dando este golpe de mano, hac¨ªa a todos los que en la patronal, en el Gobierno y tambi¨¦n en sectores minoritarios de CC OO y UGT, brindar¨ªan con champa?a si se rompiera la unidad de acci¨®n sindical.
Es tan insensato que por una habilidad tan grosera se arruine la unidad y tan pocas las posibilidades de que el sindicalismo espa?ol pueda defender eficazmente los intereses de los trabajadores fuera de ella, que estoy convencido de que se realizar¨¢n los esfuerzos necesarios para preservarla.
Pero hay al menos tres males que ya est¨¢n hechos. El primero, la expresi¨®n p¨²blica de la fragilidad de la unidad. El segundo, el deterioro de la confianza mutua, que siempre es la herida m¨¢s dif¨ªcil de curar. El tercero de los males consiste en que no se pod¨ªa haber empezado peor un proceso electoral en el que los sindicatos mayoritarios pretend¨ªan aumentar su representatividad y presencia, ganar terreno a los independientes y recoger el refrendo de los trabajadores por cuatro a?os de intensa acci¨®n sindical.
?En qu¨¦ ha consistido la maniobra de CC OO? En convoca unilateralmente elecciones en todas las empresas. Ello ya es de mal estilo, pero no es lo peor: lo m¨¢s grave es que las ha convocado para fechas precisas. No s¨®lo ha convocado elecciones, sino que pretende determinar cu¨¢ndo se tienen que celebrar en cada empresa.Efectivos perversos Con ello se producen diversos efectivos perversos: adelanta las elecciones que le interesan a CC OO y retrasa (en algunos casos incluso a fechas fuera de c¨®mputo, y que por tanto no se contabilizar¨¢n) las que son m¨¢s favorables a otras centrales; secuestra la libertad de miles de comit¨¦s de empresa y delegados de personal para decidir la fecha de sus elecciones; burocratiza y hace m¨¢s r¨ªgido el proceso electoral con el riesgo previsible de reducir a¨²n m¨¢s el n¨²mero de elecciones celebradas.
?Es ¨¦ste el concepto de la libre concurrencia y el c¨®digo deontol¨®gico que defiende CC OO? ?el de jugar con ventaja, el de imponer a otras centrales el calendario electoral, el de coartar la libre voluntad de los comit¨¦s de empresa para fijar sus elecciones, el de introducir la pol¨¦mica y la divisi¨®n en las empresas por esta cuesti¨®n?
No parece que este procedimiento sea ¨¦tica y jur¨ªdicamente sostenible. Se aduce ahora por parte de CC OO que su iniciativa se debe a la imposibilidad, despu¨¦s de seis meses de negociaciones, de alcanzar un acuerdo con UGT para establecer un procedimiento electoral com¨²nmente acordado.
Lo que, sin embargo, se silencia es que en el Pa¨ªs Vasco s¨ª se ha alcanzado un acuerdo al respecto, firmado por CC OO, ELA y UGT. -Este acuerdo tiene como eje el establecimiento de un preaviso generalizado y abierto (en lugar de cerrado como el realizado por CC OO) y que, por tanto, respeta plenamente la libre concurrencia, la libre iniciativa de cada organizaci¨®n y sobre todo, la libre decisi¨®n de cada empresa para establecer la fecha electoral.
Si CC OO desea un acuerdo, como han manifestado sus portavoces despu¨¦s de haber tirado la piedra, no hay que inventar nada, la soluci¨®n es extremadamente sencilla: extender a nivel nacional el acuerdo alcanzado en Euskadi. Lo que resulta dif¨ªcilmente aceptable es el ofrecimiento de una negociaci¨®n basada en el golpe de mano y las situaciones de hecho.
Por el contrario, llegar a un acuerdo requiere modificar una normativa electoral que, en cuanto al preaviso, permite interpretaciones abusivas e irracionales como la que venimos comentando. Evitar que estas interpretaciones beneficien a los m¨¢s pillos o madrugadores y asegurar una libertad de acceso a las elecciones para todos exige que, como en el Pa¨ªs Vasco, sea la autoridad laboral la qu¨¦ preavise de oficio las elecciones en todas las empresas. Todo el, mundo podr¨¢ concurrir en pie de igualdad y la ¨²nica discriminaci¨®n se establecer¨¢, leg¨ªtimamente, entre la capacidad organizativa, la implantaci¨®n o la audiencia que tenga cada candidatura y sindicato.
Hacer efectivo en el ¨¢mbito estatal el acuerdo de Euskadi facilitar¨ªa enormemente la racionalizaci¨®n de este proceso y, por supuesto, parece totalmente imprescindible dejar que sean los propios . representantes legales de los trabajadores y las organizaciones sindicales las que fijen los calendarios electorales en las empresas. .Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur es miembro de la comisi¨®n ejecutiva de la UGT.
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