La pica nacionalista ayud¨® a derribar el tel¨®n de acero
Europa asiste a una carrera entre la balcanizaci¨®n y el deseo de federaci¨®n
Los sentimientos nacionales han sido un factor decisivo en el hundimiento en Europa del Este del llamado internacionalismo proletario. En el Oeste la aceleraci¨®n de la construcci¨®n de la Comunidad Europea comienza a despertar pulsiones nacionalistas. En torno a la cuesti¨®n ?Las naciones son peligrosas?, una veintena de intelectuales, convocados por Le Nouvel Observateur, France Culture y EL PA?S se han reunido en la localidad francesa de Montpellier.
Como cab¨ªa esperar, los pensadores, profesores, diplom¨¢ticos y periodistas reunidos en la universidad donde estudiaran Petrarca y Rabelais, no han dado una respuesta un¨¢nime a la cuesti¨®n. No obstante, de las intervenciones de Alain Finkielkraut, Katharina von Bolow, R¨¦gis Debray, Max Gallo, Manuel Azc¨¢rate, Javier Corcuera y los dem¨¢s se ha desprendido la idea de que si el modelo del Estado naci¨®n parece haber agotado su eficacia hist¨®rica en el Viejo Continente, los diferentes nacionalismos europeos tienen a¨²n una larga vida por delante y pueden ser fuente de nuevos conflictos y tensiones.Para muchos pueblos de Europa central y oriental, aplastados por los imperios y luego por el comunismo, el concepto de naci¨®n es todav¨ªa liberador.
R¨¦gis Debray, ex compa?ero del Che Guevara y ex asesor de Fran?ois Mitterrand hoy convertido al gaullismo de izquierda, ironiz¨® sobre el "entusiasmo europe¨ªsta del reci¨¦n converso" de los espa?oles.
Debray cree que la muerte de la utop¨ªa internacionalista del comunismo va a ser seguida por la de la utop¨ªa federalista europea y por un regreso a lo que llam¨® "tribalismo". Esta muerte comenzar¨¢ el d¨ªa, que ¨¦l ve pr¨®ximo e inevitable, en que la Alemania unida comience a reclamar el papel de superpotencia pol¨ªtica y militar que corresponde a su poder econ¨®mico.
"Cuando Alemania", dijo Debray, "cambie de opini¨®n respecto a la desnuclearizaci¨®n de su territorio, ?qu¨¦ argumentos podr¨¢n oponer el Reino Unido y Francia a la fabricaci¨®n de la bomba at¨®mica germana?". El historiador Jacques Julliard constat¨® el ascenso de las pulsiones nacionalistas en la derecha y la izquierda francesas. El nacionalismo de Le Pen triunfa en las clases populares amenazadas por la modernizaci¨®n econ¨®mica y se expresa en un racismo contra los inmigrantes ¨¢rabes y africanos. El de izquierda, el social-jacobino del ministro de Defensa, Jean-Pierre Chevenement, ardiente partidario de mantener el poder nuclear franc¨¦s, ha encontrado su manifiesto en el libro de Debray A demain De Gaulle. "Aqu¨ª", dijo Julliard, "la amenaza contra la identidad francesa est¨¢ representada por los mordiscos de la tecnocracia europea a la soberan¨ªa nacional".
Sin precedentes hist¨®ricos
Todo el mundo estuvo de acuerdo en que no hay precedentes hist¨®ricos de una entidad supranacional como la que pretende construir la Comunidad Europea. Ni los imperios, desde el romano al austroh¨²ngaro, ni Estados Unidos son el modelo de un conjunto pol¨ªtico y econ¨®mico relativamente homog¨¦neo que recorte buena parte de su soberan¨ªa a los Estados nacionales y respete al mismo tiempo todas las identidades culturales. El fil¨®sofo Alain Finkielkraut anim¨® el debate sobre la amenaza que para las culturas nacionales representa la internacionalizaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Mientras las viejas banderas salen de los armarios, los techos se erizan de antenas parab¨®licas. Vivimos un tiempo caracterizado tanto por el retorno a las fuentes y la defensa de las identidades culturales como por la uniformizaci¨®n impuesta por las leyes del mercado y el desarrollo sin fronteras de las t¨¦cnicas de comunicaci¨®n de masas. Finkielkraut hizo un elogio de la diversidad de las lenguas y culturas europeas, y predic¨® que la literatura es el mejor modo de preservarlas.
El ¨²ltimo gran debate estuvo consagrado a la idea de que, muerto el internacionalismo proletario, asistimos en el Viejo Continente a una carrera entre la balcanizaci¨®n y el deseo de federaci¨®n. El ex diplom¨¢tico, escritor y periodista Fernando Schwartz expres¨® su militancia personal en la idea del europe¨ªsmo, aunque no ocult¨® su escepticismo al afirmar: "Me temo que el ¨²nico internacionalismo pol¨ªtico eficaz en nuestro tiempo, el ¨²nico que mueve masas, es el integrismo musulm¨¢n".
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