La Embajada espa?ola en Cuba funciona en la calle

La actividad de la Embajada espa?ola en La Habana se ha reducido al m¨ªnimo. La preocupaci¨®n de sus responsables por evitar que se produzca una nueva entrada de cubanos que pidan refugio ha llevado a que tr¨¢mites consulares normales se efect¨²en desde el lunes en plena calle. Las nuevas oficinas quedaron instaladas a unos 40 metros de la sede diplom¨¢tica, junto a las vallas policiales cubanas, y las protestas de las personas afectadas no se han hecho esperar.

J. J. AZN?REZ ENVIADO ESPECIAL, Los 18 refugiados que permanecen en el interior de la misi¨®n espa?ola no han creado especiales problemas y todos se habit¨²an a la rutina con la lectura de revistas o libros proporcionados por funcionarios, jugando al domin¨® con fichas de madera de fabricaci¨®n artesanal, charlando o reflexionando sobre su incierto futuro. Un grupo pidi¨® una baraja de naipes.Las negociaciones entre las autoridades cubanas y espa?olas se efect¨²an discretamente y los diplom¨¢ticos, que se turnan en las guardias nocturnas en el interior de la sede evitan pronunciarse sobre su desarrollo aunque no parece haber avanzado lo suficiente como para pensar en una pr¨®xima resoluci¨®n del conflicto que ha enfrentado a los Gobiernos de Madrid y La Habana.

Finalizada la semana de los carnavales habaneros, per¨ªodo considerado especialmente delicado por la temida complicidad del bullicio callejero en las hipot¨¦ticas invasiones de Embajadas extranjeras, la presencia policial no ha disminuido en torno a los recintos diplom¨¢ticos. En el caso del espa?ol se mantienen cortados los accesos al edificio con vallas mientras miembros uniformados de la Polic¨ªa Nacional Revolucionaria (PNR), en primera instancia, y los geos, en la puerta principal de la legaci¨®n, autorizan o impiden el paso.

Los rigurosos controles para acceder a la Embajada o al consulado (cuyo titular, Antonio Garc¨ªa Abad, interrumpi¨® el domingo sus vacaciones y se ha reincorporado al puesto), provoca irritaci¨®n y situaciones inc¨®modas entre decenas de personas que diariamente acuden a cumplimentar gestiones y tienen que esperar horas. Cualquier espa?ol o cubano que desee entrar en la misi¨®n debe comunicar su nombre y el prop¨®sito de la visita a la polic¨ªa cubana que, provista de un radiotransmisor y una lista, comunica la petici¨®n a los geos espa?oles y ¨¦stos la ponen en conocimiento del funcionario correspondiente.

Regularmente, empleados de la Embajada van al jardincillo donde se efect¨²an las primeras gestiones para informar a gritos que ¨²nicamente se atender¨¢n aquellas urgencias que afecten a ciudadanos espa?oles (como p¨¦rdida de pasaportes, robos o accidentes) o la entrega de pasaportes con visados de entrada a Espa?a estampados previamente. Este m¨¦todo, insostenible si se prolonga, reducir¨¢ pr¨¢ctica mente los viajes de cubanos a Espa?a ya que hasta el momento no se llevan a efecto nuevas tramitaciones.

"Esto es humillante. Nos tienen a los espa?oles abandonados en la calle", se quejaba un catal¨¢n. Otro espa?ol, m¨¢s paciente que acudi¨® a la Embajada acompa?ado de una mulata para con traer matrimonio, decidi¨® esperar a fechas m¨¢s propicias. Los cubanos protestaban menos.