Sin noticias de Gurb
D¨ªa 900.01 (hora local). Aterrizaje efectuado sin dificultad. Propulsi¨®n convencional (ampliada). Velocidad de aterrizaje: 6.30 de la escala convencional (restringida). Velocidad en el momento del amaraje: 4 de la escala Bajo-U1 o 9 de la escala Molina-Clavo. Cubicaje: AZ-0.3.
Lugar de aterrizaje: 63? (IIB) 28476394783639473937492749.
Denominaci¨®n local del lugar de aterrizaje: Sardanyola.
07.00. Cumpliendo ¨®rdenes (m¨ªas) Gurb se prepara para tomar contacto con las formas de vida (reales y potenciales) de la zona. Como viajamos bajo forma acorp¨®rea (inteligencia pura-factor anal¨ªtico 4800), dispongo que adopte cuerpo an¨¢logo al de los habitantes de la zona. Objetivo: no llamar la atenci¨®n de la fauna local (real y potencial). Consultado el Cat¨¢logo Astral Terrestre Indicativo de Formas Asimilables (CATIFA), elijo para Gurb la apariencia del ser humano denominado Marta S¨¢nchez.
07.15. Gurb abandona la nave por escotilla 4. Tiempo despejado con ligeros vientos de componente sur; temperatura, 15 grados cent¨ªgrados; humedad relativa, 56 por ciento; estado de la mar, llana.
07.21. Primer contacto con habitante de la zona. Datos recibidos de Gurb: Tama?o del ente individualizado, 170 cent¨ªmetros; per¨ªmetro craneal, 57 cent¨ªmetros; n¨²mero de ojos, dos; longitud del rabo, 0.00 cent¨ªmetros (carece de ¨¦l). El ente se comunica mediante un lenguaje de gran simplicidad estructural, pero de muy compleja sonorizaci¨®n, pues debe articularse mediante el uso de ¨®rganos internos. Conceptualizaci¨®n escas¨ªsima. Denominaci¨®n del ente, Lluc Puig i Roig (probable recepci¨®n defectuosa o incompleta). Funci¨®n biol¨®gica del ente: profesor encargado de c¨¢tedra (dedicaci¨®n exclusiva) en la Universidad Aut¨®noma de Bellaterra. Nivel de mansedumbre, bajo. Dispone de medio de transporte de gran simplicidad estructural, pero de muy complicado manejo, denominado Ford Fiesta.
07.23. Gurb es invitado por el ente a subir a su medio de transporte. Pide instrucciones. Le ordeno que acepte el ofrecimiento. Objetivo fundamental: no llamar la atenci¨®n de la fauna aut¨®ctona (real y potencial).
07.30. Sin noticias de Gurb.
08.00. Sin noticias de Gurb.
09.00. Sin noticias de Gurb.
12.30. Sin noticias de Gurb.
20.30. Sin noticias de Gurb.
D¨ªa 10
07.00. Decido salir en busca de Gurb.
Antes de salir oculto la nave para evitar reconocimiento e inspecci¨®n de la misma por parte de la fauna local. Consultado el Cat¨¢logo Astral, decido transformar la nave en cuerpo terrestre denominado vivienda unifamiliar adosada, calef., 3 dorm., 2 b?s. Terraza. Piscina comunit. 2 plzs pkng. M¨¢ximas facilidades.
07.30. Decido adoptar apariencia de ente humano individualizado. Consultado Cat¨¢logo, elijo el conde-duque de Olivares.
07.45. En lugar de abandonar la nave por la escotilla (ahora transformada en puerta de cuarterones de gran simplicidad estructural pero de muy dif¨ªcil manejo), opto por naturalizarme all¨ª donde la concentraci¨®n de entes individualizados es m¨¢s densa con objeto de no llamar la atenci¨®n.
08.00. Me naturalizo en lugar denominado Diagonal-paseo de Gracia. Soy arrollado por autob¨²s n¨²mero 17 Barceloneta-Vall d'Hebron. Debo recuperar la cabeza, que ha salido rodando de resultas de la colisi¨®n. Operaci¨®n dificultosa por la afluencia de veh¨ªculos.
08.01. Arrollado por un Opel Corsa.
08.02. Arrollado por una furgoneta de reparto.
08.03. Arrollado por un taxi.
08.04. Recupero la cabeza y la lavo en una fuente p¨²blica situada a pocos metros del lugar de la colisi¨®n. Aprovecho la oportunidad para analizar la composici¨®n del agua de la zona: hidr¨®geno, ox¨ªgeno y caca.
08.15. Debido a la alta densidad de entes individual izados, tal vez resulte algo dif¨ªcil localizar a Gurb a simple vista, pero me resisto a establecer contacto sensorial, porque ignoro las consecuencias que ello podr¨ªa tener para el equilibrio ecol¨®gico de la zona y, en consecuencia, para sus habitantes.
Los seres humanos son cosas de tama?o variable. Los m¨¢s peque?os de entre ellos lo son tanto que si otros seres humanos m¨¢s altos no los llevaran en un cochecito, no tardar¨ªan en ser pisados (y tal vez perder¨ªan la cabeza) por los de mayor estatura. Los m¨¢s altos raramente sobrepasan los 200 cent¨ªmetros de longitud. Un dato sorprendente es que cuando yacen estirados contin¨²an midiendo exactamente lo mismo. Algunos llevan bigote; otros, barba y bigote. Casi todos tienen dos ojos, que pueden estar situados en la parte anterior o posterior de la cara, seg¨²n se les mire. Al andar se desplazan de atr¨¢s a delante, para lo cual deben contrarrestar el movimiento de las piernas con un vigoroso braceo. Los m¨¢s apremiados refuerzan el braceo por mediaci¨®n de carteras de piel o pl¨¢stico o de unos maletines denominados Samsonite, hechos de un material procedente de otro planeta. El sistema de desplazamiento de los autom¨®viles (cuatro ruedas pareadas rellenas de aire f¨¦tido) es m¨¢s racional y permite alcanzar mayores velocidades. No debo volar ni andar sobre la coronilla si no quiero ser tenido por exc¨¦ntrico. Nota: mantener siempre en contacto con el suelo un pie -cualquiera de los dos sirve- o el ¨®rgano externo denominado culo.
11.00. Llevo casi tres horas esperando ver pasar a Gurb. Espera in¨²til. El flujo de seres humanos en este punto de la ciudad no decrece. Antes al contrario. Calculo que las probabilidades de que Gurb pase por aqu¨ª sin que yo lo vea son del orden de 73 contra una. A este c¨¢lculo, sin embargo, hay que a?adir dos variables: a) que Gurb no pase por aqu¨ª, b) que Gurb pase por aqu¨ª, pero habiendo modificado su apariencia externa. En este caso, las probabilidades de no ser visto por m¨ª alcarizar¨ªan los nueve trillones contra una.
12.00. La hora del ¨¢ngelus. Me recojo unos instantes, confiando en que Gurb no vaya a pasar precisamente ahora por delante de m¨ª.
13.00. La posici¨®n erecta a que llevo sometido el cuerpo desde hace cinco horas empieza a resultar¨ªne fatigosa. Al entumecimiento muscular se une el esfuerzo continuo que debo hacer para inspirar y expirar el aire. Una vez que he olvidado hacerlo por m¨¢s de cinco minutos, la cara se me ha puesto de color morado y los ojos me han salido disparados de las ¨®rbitas, debiendo ir a recogerlos nuevamente bajo las ruedas de los coches. A este paso acabar¨¦ por llamar la atenci¨®n. Parece ser que los seres humanos inspiran y expiran el aire de un modo autom¨¢tico, que ellos llaman respirar. Este automatismo, que repugna a cualquier ser civilizado y que consigno aqu¨ª por razones puramente cient¨ªficas, lo aplican los humanos no s¨®lo a la respiraci¨®n, sino a muchas funciones corporales, como la circulaci¨®n de la sangre, la digesti¨®n, el parpadeo -que, a diferencia de las dos funciones antes citadas, puede ser controlado a voluntad, en cuyo caso se llama gui?o-, el crecimiento de las u?as, etc¨¦tera. Hasta tal punto dependen los humanos del funcionamiento autom¨¢tico de sus ¨®rganos (y organismos), que se har¨ªan encima cosas feas si de ni?os no se les ense?ara a subordinar la naturaleza al decoro.
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