El fin de una pesadilla liberiana
El H¨¦rcules con los evacuados de Monrovia toca finalmente suelo espa?ol
El H¨¦rcules de las Fuerzas A¨¦reas espa?olas que evacu¨® a los espa?oles de Monrovia, Liberia, tomaba tierra ayer por la noche en la zona militar del aeropuerto de Barajas, en Madrid, acabando de esta forma con los prolongados padecimientos de una colonia entrampada en la guerra civil liberiana. Atr¨¢s quedaba la pesadilla. En Monrovia, el rebelde Charles Taylor y sus huestes dec¨ªan encarar, una vez m¨¢s, el asalto final al palacio del presidente Samuel Doe.
El ministro de Asuntos Exteriores de Espa?a, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez recibi¨® ayer a los 63 evacuados, entre ellos 16 espa?oles, al pie del H¨¦rcules del Ej¨¦rcito espa?ol que los transport¨® hasta Barajas desde el aeropuerto de Freetown, capital de Sierra Leona.Poco despu¨¦s de saludar al embajador en Monrovia, Manuel de Luna, y al nuncio apost¨®lico en Liberia, Romeo Panciroli, tambi¨¦n evacuado en este contingente, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez subray¨® la importancia del apoyo log¨ªstico dado por Estados Unidos a la operaci¨®n de evacuaci¨®n bautizada con el nombre de Barcelona.
En el avi¨®n adem¨¢s de los espa?oles, entre ellos tres diplom¨¢ticos, viajaron desde Freetown 63 personas. En total 29 ciudadanos comunitarios, un estadounidense, una mujer de Colombia, 14 ciudadanos de Liberia, L¨ªbano y Filipinas, adem¨¢s del nuncio y su secretario.
El ministro aclar¨® que la salida del embajador Luna fue efectuada por decisi¨®n de Exteriores que, ante la situaci¨®n de la capital liberiana, arrasada por los combates de la guerra civil, opt¨® por la "suspensi¨®n de toda actividad administrativa y diplom¨¢tica de dicha representaci¨®n".
El embajador espa?ol en Liberia, Manuel de Luna, hab¨ªa afirmado horas antes en Canarias, durante una escala del avi¨®n, que la situaci¨®n del pa¨ªs africano es de "total anarqu¨ªa y la poblaci¨®n est¨¢ muerta de miedo". Durante la escala en Las Palmas, Luna coment¨® que desde hac¨ªa dos meses las circunstancias aconsejaban abandonar el pa¨ªs pero "los espa?oles somos como somos y ninguno pens¨® que se pod¨ªa llegar a esta situaci¨®n".
Destacado papel
El embajador espa?ol a?adi¨® que el Ministerio de Asuntos Exteriores se encargar¨¢ de "dotar de medios econ¨®micos y materialesa a algunos de los extranjeros que nos acompa?an, ya que han debido salir huyendo del pa¨ªs con lo imprescindible".Los evacuados insistieron en se?alar, en el viaje desde Sierra Leona, el destacado papel que ha jugado el embajador Manuel de Luna. Entre otras cosas recordaron como se enfrent¨® a los rebeldes en los puestos de control de la carretera que une Monrovia con Bakunan.
Los rebeldes en los puestos de control pretend¨ªan franquear el paso s¨®lo a los ciudadanos espa?oles y no a los restantes miembros de la expedici¨®n. Luna se neg¨® rotundamente a dejar en el camino a miembros del grupo que ¨¦l hab¨ªa organizado con los refugiados en la embajada.
En la expedici¨®n que ayer lleg¨® a Madrid se encontraban tres diplom¨¢ticos espa?oles, quince empresarios de la misma nacionalidad, y un total de otros 20 europeos entre los que hay dos sacerdotes ingleses, adem¨¢s de s¨²bditos de Filipinas, India, Ghana, L¨ªbano y Liber¨ªa.
El embajador Luna se?al¨® que 9os intereses espa?oles en la zona se han perdido totalmente como consecuencia de la cruenta guerra civil que sacude al pa¨ªs desde comienzos de este a?o. La situaci¨®n en Liberia es un caos total y se aprecia cierta desconfianza entre la poblaci¨®n".
La ¨²ltima fase de esta dificultosa repatriaci¨®n comenz¨® a primera hora de la tarde de ayer en Freetown, la capital de Sierra Leona. La tripulaci¨®n del avi¨®n H¨¦rcules enviado por el Gobierno espa?ol ayud¨® a los evacuados a distribuirse por el aparato y reparti¨® emparedados y refrescos a los ni?os, que lloran, y a los mayores. Tras el despegue, algunos de los huidos, sobre una caja de cart¨®n, improvisaron una partida de mus con las cartas, que dicen les han ayudado en los momentos de apuro y bombardeos a no pensar en la muerte.
El tema principal de las conversaciones giraba en torno al contenido de los primeros di¨¢logos, que hab¨ªan logrado mantener con sus familias por tel¨¦fono en Freetown; un aut¨¦ntico milagro puesto que en la capital sierraleonesa s¨®lo hay nueve l¨ªneas para comunicar con el extranjero.
Despreocupaci¨®n
Recuerdan como en Sierra Leona sus habitantes parecen estar muy distantes de las preocupaciones de los observadores diplom¨¢ticos en Freetown, que temen que el genocidio que la triunfante guerrilla liberiana ha iniciado contra la tribu minoritaria de los krahn del presidente Samuel Doe provoque las reacciones de las etnias afines mayoritarias en pa¨ªses lim¨ªtrofes. Durante el vuelo uno de estos evacuados contaba como un liban¨¦s, que sali¨® de Liberia en un convoy estadounidense, se quejaba del procedimiento demasiado materialista de los marines norteamericanos durante la evacuaci¨®n. Comentaba esta persona que los soldados fueron muy puntillosos, especialmente con los ciudadanos de potencias no aliadas, en el cobro de los 340 d¨®lares que cada uno deb¨ªa pagar en concepto de transporte, al pie del helic¨®ptero, para poder realizar el vuelo que los llevar¨ªa a la salvaci¨®n.
El doctor hispano-liban¨¦s El Azziz era uno de los muchos en asegurar que, a pesar de todo, estaba dispuesto a volver a ?frica. Por fin, tras dos horas y media de viaje, Unas 10 horas despu¨¦s aterrizaban en Madrid. Para ellos el infierno liberiano ya pasaba a ser s¨®lo un recuerdo.
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