"El PSOE no es propiedad de sus militantes"
El secretario de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a (FSM) asegura que dice lo que piensa y, en una figura cl¨¢sica de los dibujos animados, sospecha que le est¨¢n aserruchando el suelo donde pisa.Pregunta. Jorge Sempr¨²n ha dicho que el Gobierno discute poco de pol¨ªtica.
Respuesta. No puedo opinar sobre eso, no estoy en el Gobierno, y adem¨¢s sus deliberaciones son secretas.
P. Pero podr¨¢ opinar sobre las divisiones en el PSOE aludidas por Sempr¨²n.
R. No estoy muy de acuerdo con las apreciaciones hist¨®ricas que hace. Me parece abusivo, desde el punto de vista intelectual, llegar a ra¨ªces hist¨®ricas como el largocaballerismo y el prietismo de antes de la guerra. Pero, en t¨¦rminos generales, estoy bastante de acuerdo con lo que dice.
P. ?Aunque no sea militante?
R. El partido no es propiedad s¨®lo de sus militantes, es propiedad de la sociedad espa?ola, y muy especialmente de la que se identifica con el socialismo, que, salvo una pequena parte, no est¨¢ en el partido. En el PSOE hay unos 250.000 militantes, y en las ¨²ltimas elecciones se han sacado m¨¢s de ocho millones de votos.
'Perestroika'
P. ?Qu¨¦ le sugiere la expresi¨®n Perestroika en el PSOE?
R. Me parece que es una frase de Felipe Gonz¨¢lez.
P. Usted tambi¨¦n apostaba por una oxigenaci¨®n del partido.
R. Creo que el PSOE tiene que enfrentarse, en este tramo de su vida hist¨®rica, a un reto complicado: ser el partido articulador, desde el punto de vista pol¨ªtico, m¨¢s importante del pa¨ªs, y a la vez el partido destinado a ser la casa com¨²n de la izquierda. Para ello tiene que plantearse, como se ha planteado en otras etapas, un talante profundamente integrador y una mayor habitabilidad interna.
P. ?Comparte las tesis de Solchaga?
R. Dentro del PSOE yo no estoy en las posiciones de Solchaga, pero las respeto porque representan, no s¨®lo en el partido, sino en la sociedad, una parte importante del juego pol¨ªtico que tiene que hacer el partido socialista.
P. ?Y las de Maravall o Solana?
R. Me identifico mucho m¨¢s con ellos que con Solchaga.
P. ?Los enemigos de sus enemigos son sus amigos?
R. Es una frase p¨¦sima. Detr¨¢s de este debate entre Solchaga y el aparato pol¨ªtico del partido hay una lucha por los espacios de poder que me parece leg¨ªtima, pero que ha de expresarse, como ha dicho nuestro secretario general, en torno a ideas.
P. ?Insiste en definir al aparato socialista como una orden religioso-militar?
R. Es un ejemplo abusivo y caricatural. Algunos ven al PSOE como una orden religioso-militar, con una disciplina de estricta gobernanta. Me refiero a ciertos comportamientos sectarios que se dan en cualquier grupo humano, pero que hay que evitar.
P. ?Para renovar el PSOE deben cambiar las personas? ?Habr¨¢ m¨¢s ministros en la ejecutiva federal?
R. Siempre hay alg¨²n cambio. Hasta ahora se planteaba el problema de las incompatibilidades, con el que se ha jugado para hacerse con el santo y la limosna.
P. Pero desde el aparato se les acusa de no contar con apoyos entre las bases.
R. ?C¨®mo es posible que un ministro no tenga apoyo entre las bases del partido? Solana, Maravall, Almunia... no son extraterrestres. ?Qui¨¦n tiene los apoyos?
P. ?Usted los tiene?
R. Por supuesto. Soy secretario general de la FSM y me han votado mis compa?eros.
P. ?Cu¨¢l es su capital pol¨ªtico?
R. Detr¨¢s de lo que nosotros hemos hecho en los ¨²ltimos a?os est¨¢ la inmensa mayor¨ªa del partido socialista en Madrid. Aparte de algunos ¨¦xitos electorales, nadie va a negar que en la Federaci¨®n Socialista Madrile?a la habitabilidad es buena. Cualquiera, est¨¦ donde est¨¦ colocado, en una corriente o en otra, ha tenido acceso a los cargos p¨²blicos y no se le ha expulsado de las listas. Hemos de seguir profundizando en ese talante, y no precisamente al contrario.
P. ?A Acosta le cuadra ese talante?
R. No ser¨ªa lo mismo. Su talante no es precisamente el m¨¢s aperturista.
P. Usted ha dicho que apoyar¨ªa al presidente de la FSM si resulta elegido.
R. Si es designado candidato para la Comunidad de Madrid voy a apoyarle con todas mis fuerzas. Pero Acosta nunca ha tenido cargos de gesti¨®n, algo que es bueno para un pol¨ªtico.
P. ?Que dice de Juan Barranco?
R. Es un activo importante para el partido. Ha sido un buen alcalde y deber¨ªa volver a serlo. Para eso se necesitan dos premisas: que se presente como candidato y que consiga los votos necesarios. Creo que las dos cosas van a ocurrir.
P. ?Y si Barranco quiere ocupar su puesto en el Gobierno aut¨®nomo?
R. No creo que eso vaya a ocurrir. Respeto a todo el mundo, y especialmente a mis amigos. La posici¨®n de Juan Barranco es muy clara: no est¨¢ en disposici¨®n de entrar en el debate; por cuestiones personales y de amistad ha tomado una opci¨®n de neutralidad, y no voy a ser yo quien presione en ninguna direcci¨®n.
P. Se ha dicho que usted pretend¨ªa crear, con Rodr¨ªguez de la Borbolla , una corriente de barones auton¨®micos.
R. Esa historia ya la inventaron hace tiempo. Es la t¨¢ctica de segarte todos los praos. Nunca hubo barones, ni los hay ahora.
P. ?A¨²n colean las secuelas del 14-D?
R. En aquel momento yo estuve en desacuerdo con UGT por la, convocatoria de la huelga. Pero, vistas las cosas a la distancia de m¨¢s de un a?o, creo que el PSOE cometi¨® muchos errores hasta el 14-D. Se ha rectificado a tiempo.
P. ?Cu¨¢l es su propuesta para ganarse a los militantes de la FSM?
R. De cara al interior, un partido participado y habitable, donde la disciplina sea un valor de segundo orden y la participaci¨®n y la ilusi¨®n sean los valores de primer orden; de cara al exterior, empujar un proyecto renovado, progresista y capaz de ilusionar a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
P. ?Que los madrile?os sean felices y ben¨¦ficos?
R. Eso ya lo dijeron en 1812, y de todas formas no est¨¢ mal dicho. No creo en las utop¨ªas individuales, pero s¨ª en las utop¨ªas colectivas. La felicidad, en un sentido m¨¢s blando, tambi¨¦n consiste en salir a la calle, ir a un parque, no tener problemas de contaminaci¨®n.
P. Eso est¨¢ muy bien, aunque ya sabe que hay colas en los ambulatorios y el metro no llega a muchos barrios.
R. Esas d¨¦ficit de equipamiento forman parte del malestar que existe en la cultura urbana. Pero todo no acaba ah¨ª. Hay que hacer pedagog¨ªa pol¨ªtica: no se pueden solucionar todos los problemas a la vez. Una sociedad participada resuelve mucho mejor sus problemas.
P. ?Este malestar urbano es el que ha desgastado al PSOE?
R. Sin duda, porque el partido socialista aparece ante la sociedad como el partido del Gobierno.
P. ?Hay que cambiar algo para que todo siga igual?
R. Lo que hay que hacer es mejorar las cosas.
P. ?C¨®mo?
R. Con una condici¨®n, que a algunos compa?eros no les gusta demasiado. La conexi¨®n con lo que yo llamo la sociedad civil socialista. La FSM no puede ser un gueto de 16.000 militantes que gestionan lo que le entregan un mill¨®n de votantes.
P. ?No est¨¢ ya cansado de peleas pol¨ªticas? ?Le gustar¨ªa ser un simple militante de base?
R. Llevo en esto desde los 17 a?os, y me gusta m¨¢s esta lucha de ideas que la que sosten¨ªamos cuando el que llamaba a la puerta de madrugada nunca era el lechero.
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