El 'caso Espartaco '

Para permanecer, como Espartaco, durante cinco temporadas ininterrumpidas a la cabeza del escalaf¨®n, para torear m¨¢s de 100 corridas al a?o, para hacer el paseo todos los d¨ªas del mes de agosto, viajando de norte a sur y de este a oeste, hay que tener el ¨¢nimo muy templado y la mente muy clara. Es un esfuerzo al alcance de muy pocos. Sin embargo, una parte de la afici¨®n le niega a Espartaco el pan y la sal. En sus primeras temporadas triunfales, no se enjuiciaba negativamente su forma de torear, sino el estilo: se dec¨ªa que carec¨ªa de duende, que le faltaba pellizco. Hoy esa parte de la afici¨®n lo deval¨²a por la frecuente adopci¨®n de ventajas, es decir, por no ajustarse a los c¨¢nones del toreo.. Otra parte de la afici¨®n, y sobre todo la gran masa de espectadores que llenan las plazas, admira en Espartaco su permanente voluntad de triunfo, su inteligencia al servicio d¨¦ una t¨¦cnica que le permite no le tropiecen los enga?os un alt¨ªsimo porcentaje de toros, su valor, y el matar como si dispusiera de un ca?¨®n.

Ambas facciones tienen raz¨®n, y la facci¨®n purista desear¨ªa que toreara con m¨¢s verdad y menos ventajas, aun a costa de triunfar muchas, menos veces, pues con todos los toros no se puede uno cruzar, cargar la suerte y embraguetarse. La gran masa, por el contrario, no requiere esos c¨¢nones, y se entusiasma cuando ve que el toro persigue la muleta sin tropezarla, y se encandila con los circulares, y con los muletazos de rodillas, y con los desplantes. En definitiva es la eterna contradicci¨®n entre el toreo para las mayor¨ªas y el toreo para una peque?a minor¨ªa.

Espartaco triunf¨® rotundamente en Linares con su toreo para el gran p¨²blico, que es el que llena las plazas y mantiene el espect¨¢culo. Muchos muletazos, todos muy templados, muy despegados, con el pico de la muleta, sosteniendo en pie a su primero que ten¨ªa pocas fuerzas, y tirando con valor de su segundo, que se le paraba en el embroque.

. Fernando Lozano tore¨®- bien al tercero en una serie de redondos y en una tanda de naturales de larga trayectoria. Despu¨¦s el toro se le qued¨® muy parado. El sexto ten¨ªa menos recorrido y Lozano consigui¨®, entre diversas series, una de naturales con mano y temple.

Curro V¨¢zquez hizo una faena con aroma a su primero, aunque casi toda por el lado derecho, por el que el toro ten¨ªa el cuerno partido. Con la izquierda lo intent¨® pero no se acopl¨®. Con el cuarto, que ten¨ªa casta, Curro no pudo con ¨¦l.