Acuerdo sobre el fondo
M?S DEL 90% de los diputados del Parlamento comparten el diagn¨®stico y apoyan las medidas del Gobierno en relaci¨®n a la crisis del golfo P¨¦rsico. Como record¨® Miquel Roca en su intervenci¨®n, es bueno que ello sea conocido tanto por los dem¨¢s pa¨ªses como, sobre todo, por la sociedad espa?ola. Especial mente por ella, pues parece evidente, como se reconoci¨® en el debate de ayer en el Congreso, que esa casi unanimidad de los representantes de la soberan¨ªa popular contrasta con la divisi¨®n de opiniones y, sobre todo, el desconcierto de buena parte de los ciudadanos ante los acontecimientos del Golfo.Ello no hace sino confirmar el error del Ejecutivo al retrasar sin justificaci¨®n clara un debate cuyo primer efecto hubiera sido ayudar a la opini¨®n p¨²blica a comprender las razones de las iniciativas adoptadas. En un r¨¦gimen de libertades todos. tienen derecho a opinar, incluidas las personas poco o mal informadas. La lectura. de la prensa a lo largo del mes transcurrido desde la invasi¨®n de Kuwait indica que, por alg¨²n motivo, las personas menos informadas suelen ser las m¨¢s audaces a la hora de disparatar sobre asuntos bastante m¨¢s complejos de lo que pretenden. Por ello resulta doblemente lamentable la renuncia a esa funci¨®n pedag¨®gica que en la conformaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica corresponde a las Cortes, como se?al¨® Euskadiko Ezkerra.
Si bien casi todos los grupos llamaron la atenci¨®n sobre ese aspecto -formal si se quiere, pero no secundario-, el acuerdo sobre el fondo de la cuesti¨®n fue casi un¨¢nime. Dif¨ªcilmente pod¨ªa haber sido de otra manera teniendo en cuenta, por una parte, que es m¨ªnimo el n¨²mero de pa¨ªses en el mundo que no comparten la actitud de la comunidad internacional en que se inscribe tanto el diagn¨®stico como la respuesta de Espa?a a la crisis; y, por otra, que la coincidencia de las dos superpotencias sobre la valoraci¨®n de los hechos y la necesidad de una respuesta proporcionada a los mismos demuestra que el acuerdo pasa por encima de concepciones ideol¨®gicas o tradiciones culturales. Felipe Gonz¨¢lez resumi¨® de manera concisa ese diagn¨®stico y esa respuesta subrayando cinco ideas centrales: que se hab¨ªa producido una violaci¨®n grave del orden internacional que afecta a todos los pa¨ªses, y no s¨®lo a los occidentales; que el asunto ata?e directamente a los intereses concretos de los espa?oles, por lo que la respuesta no es una simple consecuencia de los compromisos de solidaridad de Espa?a; que esa respuesta deb¨ªa plantearse siempre en el marco de las resoluciones de la ONU, como garant¨ªa de una no extensi¨®n del conflicto; y que no es aceptable estar de acuerdo con una determinada respuesta internacional y negarse a colaborar, en la medida de las posibilidades, a su cumplimiento.
Respecto a las discrepancias surgidas, el presidente del Gobierno se centr¨® en dos: las facilidades dadas al despliegue de las tropas norteamericanas se debe, expl¨ªc¨®, a la legitimidad de tal despliegue -a petici¨®n de Arabia Saud¨ª- y a su necesidad para detener el expansionismo de Sadam Husein. Sobre el env¨ªo de dos centenares de soldados de reemplazo entre las dotaciones de los buques desplazados a la zona, Felipe Gonz¨¢lez consider¨® que, mientras el sistema actual no se cambie por los cauces adecuados, no es posible modificarlo para una misi¨®n concreta.
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, de acuerdo con su nueva l¨ªnea de moderar las cr¨ªticas para evitar su identificaci¨®n con la oposici¨®n de izquierda, se limit¨® a plantear suaves objeciones a la actitud del Gobierno, aunque es posible que la renuncia previa del presidente a introducir la discusi¨®n de las medidas de ajuste econ¨®mico frustrase el deseo del l¨ªder del Partido Popular de compensar con un tono m¨¢s severo la impresi¨®n deja da por su intervenci¨®n. La principal discrepancia vino de parte de Izquierda Unida, que se encontr¨® de improviso con la oportunidad de devolver el brillo a algunos de sus estandartes tradicionales, justo cuando mayor es el desconcierto ideol¨®gico de la corriente que constituye el eje de esa coalici¨®n. Anguita, tal vez por querer decir demasiadas cosas, hizo un discurso bastante confuso, m¨¢s abundante en frases que en ideas. Las referencias al "seguidismo gregario" respecto a Estados Unidos son poco acordes con la descripci¨®n de los hechos realizada por el propio Anguita. Pero tuvo raz¨®n en sus reproches a la falta de sensibilidad del Gobierno y su presidente respecto a las inquietudes de la opini¨®n p¨²blica.
Del resto de las intervenciones, es l¨¢stima que la exagerada intransigencia de F¨¦lix Pons impidiese seguir al representante de Herri Batasuna, quien, tras asegurar que ven¨ªa a hablar de paz, entendimiento y solidaridad, dijo en cuatro minutos cosas como que "no se puede hablar de paz con misiles y ca?ones" y que la actitud de los dem¨¢s grupos revelaba su "doble moral". Lo cual, viniendo de boca de HB el mismo d¨ªa en que sus amigos han hecho estallar un coche bomba en Cartagena hiriendo a 17 personas, resulta casi pat¨¦tico.
Salvo esa disidencia exc¨¦ntrica y la m¨¢s l¨®gica de Izquierda Unida, el pleno de ayer sirvi¨® para confirmar que el consenso parlamentario sobre pol¨ªtica exterior es muy amplio en Espa?a y que ello refleja el estrecho margen que separa a las principales fuerzas pol¨ªticas respecto a los grandes temas que hace unos a?os suscitaban apasionados debates.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.