El moroso

Estados Unidos, que pretende que sus aliados y amigos paguen una parte sustancial de su despliegue militar en el Golfo, y que hasta ahora ha utilizado a las Naciones Unidas como el paraguas legal para sus acciones en la zona, se encuentra en la embarazosa situaci¨®n de encabezar la lista de morosos de la organizaci¨®n internacional.En parte, la deuda norteamericana con la ONU, que en la actualidad asciende a 750 millones de d¨®lares -320 por pago de su cuota y 430 por atrasos- es una carga heredada de la anterior Administraci¨®n de Ronald Reagan, que ignor¨® pr¨¢cticamente a la Asamblea General por considerarla un foro de sentimientos anti-norteamericanos.

El Congreso de Washington mantuvo la misma pol¨ªtica y los legisladores se negaron a aprobar las partidas necesarias para hacer frente a los pagos de las cuotas y de los atrasos. Dentro de esta pol¨ªtica de desentendimiento de la organizaci¨®n internacional hay que enmarcar la decisi¨®n de Washington de retirarse de la Unesco en 1987 y su actitud de no acatamiento de la sentencia del Tribunal de Justicia de La Haya que fall¨® a favor de Nicaragua en el tema del minado de puertos nicarag¨¹enses por la CIA.

Con la llegada de Bush, ex embajador de Estados Unidos en la ONU, a la Casa Blanca, la situaci¨®n cambi¨® radicalmente. El nuevo presidente prometi¨® pagar en el plazo de cinco a?os las deudas norteamericanas, que su secretario de Estado, James Baker, calific¨® de "escandalosas". La petici¨®n de Bush al Congreso en el presente a?o fiscal para atender a los gastos de las Naciones Unidas asciende a 700 millones de d¨®lares, pero los legisladores todav¨ªa no han debatido en ambas C¨¢maras la petici¨®n presidencia? y no parece probable que los 700 millones sean aprobados en su totalidad.