Yves Montand
La confesi¨®n de un hombre marcado por dos grandes actrices
Yves Montand se ha decidido a hablar por primera vez de su vida, de toda su vida menos de la mas inmediata. En un libro titulado Ves, yo no he olvidado, puesto a la venta en Par¨ªs el pasado fin de semana, el actor y cantante franc¨¦s, de 69 a?os, evoca, la huella imborrable que dejaron en ¨¦l dos grandes actrices: Simone Signoret, su esposa, y Marilyn Monroe, un gran amor. La idea de escribir esta biograf¨ªa no fue suya, sino de Herv¨¦ Hamond y Patrick Rotman, que han invertido dos a?os para estudiar en todos sus detalles la vida de este mito.S¨®lo a Hamond y a Rotman, Yves Montand ha contado que el inesperado romance que vivi¨® durante tres meses con Marilyn Monroe, en 1960, durante el rodaje de una pel¨ªcula en Hollywood le produjo una enorme conmoci¨®n, aunque asegura que nunca habr¨ªa podido dejar a su esposa, Simone Signoret. "Ni por un segundo se me pas¨® por la imaginaci¨®n romper con mi mujer, pero si ella hubiera dado un portazo, yo probablemente hubiera hecho mi vida con Marilyn. O al menos lo hubiera intentado. Quiz¨¢ no habr¨ªa durado nada m¨¢s que dos o tres a?os. Pero qu¨¦ a?os", confiesa. Su biograf¨ªa cuenta muchas historias. Nacido en Italia, Yves Montand, adaptaci¨®n afrancesada de: "Yvo, monta" con que su madre le llamaba de ni?o para que volviese a casa, era Yvo Livi, un chico desconocido, programado te¨®ricamente para seguir si¨¦ndolo. Pero, como explica un periodista franc¨¦s, Yves Montand lleva en su sangre "el cromosoma de la fantas¨ªa", que le sac¨® de las barriadas pobres de Marsella, del dogmatismo y del sue?o.
A pesar de que, seg¨²n sus bi¨®grafos, su ¨¦poca m¨¢s gloriosa se termin¨® a principios de los ochenta, cuando dej¨® de ser sobre todo un hombre del espect¨¢culo y del cine y se centr¨® m¨¢s en la pol¨ªtica, en las listas de popularidad francesas sigue ocupando uno de los primeros, puestos. Sin ni siquiera propon¨¦rselo, por el mero hecho de trabajar y de existir de esa manera tan personal que es la suya, asalta con frecuencia las primeras p¨¢ginas de la actualidad.
Hamon y Rotman no s¨®lo entrevistaron Montand durante cientos de horas, sino que fueron a buscar tambi¨¦n la opini¨®n de amigos y enemigos, y rebuscaron en su pasado a trav¨¦s de un sinfin de documentos; por eso en su libro caben algunas cartas dur¨ªsimas de Simone Signoret, a la que vio autodestruirse alcoholizada, o de su hermano mayor, Julien Livo, que nunca le perdon¨® la coherencia con que practic¨® su paulatina desilusi¨®n por un r¨¦gimen comunista en el que hab¨ªa cre¨ªdo hasta la invasi¨®n de Checoslovaquia y la guerra de Corea.
La idea del libro era hablar del siglo XX a trav¨¦s de un mito, conocido en todo el mundo y con 50 a?os de carrera art¨ªstica". Sin embargo, el gran descubrimiento de los autores ha sido el encuentro con un hombre, que fue padre por primera vez hace poco m¨¢s de un a?o, "fr¨¢gil, ansioso, lleno de inseguridad y con una especie de complejo cultural formidable, que se interroga sobre s¨ª mismo constantemente y que necesita probarse con nuevos desaf¨ªos".
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