A vueltas con el aborto
El autor critica tanto la actitud de los sectores conservadores como la posici¨®n pusil¨¢nime del Gobierno ante el problema social que plantea la interrupci¨®n del embarazo y propone la elaboraci¨®n de una nueva ley progresista y socialmente justa.
De siempre en el tema del aborto la realidad social ha caminado por delante de la realidad jur¨ªdica. Ese retraso de las medidas le gales con respecto a la realidad es lo que permite que ocurran hechos como el reciente juicio por aborto celebrado en M¨¢laga y que, sorprendentemente, se ha saldado, entre otras, con una pena de prisi¨®n, de siete a?os para el ginec¨®logo que sent¨® la indicaci¨®n de interrupci¨®n del embarazo. Es, por tanto, un tema recurrente sobre el que se ha escrito mucho. Hace ya tiempo que, desde distintos sectores sociales, se viene instando al Gobierno para que otorgue carta de naturaleza a esta realidad que desborda los estrechos m¨¢rgenes de una modificaci¨®n del C¨®digo Penal, que naci¨® con ¨¢nimo de no crispar a la derecha pol¨ªtica y social de este pa¨ªs, y permitir una salida a muchas mujeres que hasta entonces ten¨ªan que abortar fuera o hacerlo de manera clandestina en condiciones deplorables.Todos sabemos que los supuestos sobre los que se basa la interrupci¨®n del embarazo resultan coercitivos, pero que se utilizan de manera amplia para dar salida a una demanda social importante, que estar¨ªa claramente discriminada si el conjunto de la sociedad no comprendiera, en este caso m¨¢s que en muchos otros, que "hecha la ley, hecha la trampa". As¨ª, con un mecanismo de andar por casa, la sociedad imparte la justicia social que el Estado es incapaz de impartir por su actitud pusil¨¢nime.
Pero se nos plantea entonces una situaci¨®n viciada, ya que se favorece la actitud conservadora e intolerante de ciertos jueces y fiscales que utilizan la ambig¨¹edad de la ley para estigmatizar y condenar a personas que se han atrevido a transgredir sus prejuicios mentales y morales y la de los sectores sociales m¨¢s conservadores, que utilizan el aborto como arma pol¨ªtica de ataque y limitaci¨®n de las libertades democr¨¢ticas.
Una nueva ley
Actualmente hay seis comunidades aut¨®nomas (Navarra, Murcia, La Rioja, Arag¨®n, Castilla-La Mancha y Extremadura) donde ejercer el derecho al aborto, a¨²n dentro de la ley actual, es pr¨¢cticamente imposible, y los profesionales sanitarios progresistas han abandonado cualquier actitud beligerante para transformar esta realidad.
Pienso que el Gobierno deber¨ªa abordar la soluci¨®n definitiva de este problema poniendo fecha l¨ªmite para la nueva ley del aborto y buscar el consenso necesario, pol¨ªtico y social, para conseguir eficazmente este objetivo. Esta ley deber¨ªa recoger una serie de premisas esenciales para que fuera una ley progresista y socialmente justa:
- El aborto debe ser contemplado como un derecho democr¨¢tico de nuestra sociedad y, por tanto, la decisi¨®n sobre ¨¦l debe quedar plenamente en manos de las mujeres, que son las ¨²nicas interesadas y las que van a sufrir en su cuerpo un procedimiento cruento y nada gratificante. El periodo de tiempo para practicarlo debe ser amplio y generoso, equiparable al que existe en las legislaciones europeas m¨¢s avanzadas.
- El coste del proceso debe correr a cargo de la Seguridad Social, ya que es l¨®gico que sean las mujeres con menos recursos econ¨®micos las que m¨¢s lo precisen, porque en este caso coinciden menores recursos con menor acceso a la informaci¨®n y educaci¨®n sexual y sanitaria. La Administraci¨®n debe poner los mecanismos para asegurar su realizaci¨®n en el servicio p¨²blico, regulando de manera estricta la cl¨¢usula de conciencia, leg¨ªtima en muchos profesionales, pero que sirve tambi¨¦n de excusa para encubrir boicoteo ideol¨®gico en la sanidad p¨²blica.
La Administraci¨®n sanitaria debe desarrollar una pol¨ªtica intersectorial que permita una educaci¨®n sexual adecuada que reduzca la incidencia del aborto y una mejor utilizaci¨®n de m¨¦todos anticonceptivos.
Nuestra posici¨®n, la de muchos profesionales de la salud y ciudadanos a favor de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, es mucho m¨¢s consecuente con una visi¨®n de Justicia social, democr¨¢tica y de defensa de la equidad en las acciones de salud, que la de aquellos que defendiendo el derecho a la vida del no nacido, abogan por soluciones reaccionarias para tratar la marginalidad o se quedan indiferentes ante desigualdades sociales que condicionan la salud y la vida.
es m¨¦dico y presidente de la Asociaci¨®n Ciudadana en Defensa de la Salud del Pa¨ªs Valenciano.
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