En alg¨²n lugar de la raz¨®n

De repente, en la Bolsa, como ocurre en cualquier parcela compleja de la realidad, la vida ocup¨® el sitio de la dial¨¦ctica o, mejor dicho, invadi¨® alg¨²n lugar de la raz¨®n. El orgullo intelectual de los analistas, atrincherados en sus mesas de cambio y protegidos por montones de gr¨¢ficos con los que el chartismo trata de adivinar posibles escenarios, tuvo que doblegarse ayer nuevamente, despu¨¦s de muchas semanas, superado por la rapidez de los acontecirnientos. El or¨¢culo le gan¨® la mano al an¨¢lisis. El mercado se convirti¨® de repente en un mentidero plagado de rumores, y las cotizaciones se movieron en funci¨®n del boca a boca como en los tiempos premodernos y no tan lejanos del parqu¨¦. Contribuy¨® a ello la suspensi¨®n de una sociedad del grupo alimentario y la ca¨ªda en picado del precio, con abundante goteo de papel, de una constructora que atraviesa una crisis de imagen. Todos los valores que podr¨ªan calificarse como los cl¨¢sicos del mercado barcelon¨¦s -cementeras famil¨ªares, alguna siderometal¨²rgica, un par de inmobiliarias y alguna sociedad de servicios- ganaron posiciones y consiguieron marcar cambios con un nivel de contrataci¨®n muy apreciable, dados los vol¨²menes registrados en la mayor¨ªa de los casos.