El d¨ªa del paraguas
Monjas, 'abertzales', dos votantes de Falange y uno de Ruiz-Mateos componen el electorado de Loiu
Euskadi tom¨® ayer "Ios deshilachados, vestidos del oto?o", como dice Bernardo Atxaga, y se lanz¨® a votar con un paraguas negro. Las monjas de la localidad de Loiu (antiguo Lujua), un pueblo escolar cercano a Bilbao, y los j¨®venes abertzales del casco viejo de la capital vizca¨ªna compartieron, a falta de otras ideas, ese elemento imprescindible de la vestimenta vasca porque el d¨ªa se hizo tan desapacible que parec¨ªa pintado.
En Loiu conviven 1.128 electores que conocen por sus nombres a la mayor¨ªa de los votantes e ignoran a otros porque les suenan raro. Saben que hay dos que votan siempre a Falange Espa?ola y saben que hay uno que tiene la veleidad de bromear dando su voto a una de las cien mujeres candidatas de Ruiz-Mateos. Ayer, antes de las nueve de la ma?ana, los encargados de canalizar esos votos re¨ªan de buena gana la sugerencia de uno de ellos: "Somos tan pocos que ser¨ªa mejor que vinieran todos de pronto".No vinieron todos de pronto, sino que se fueron espaciando, de forma que la pretensi¨®n de irse a almorzar con la urna llena se qued¨® insatisfecha. El primero que vino, un jubilado que antes trabaj¨® en la hosteler¨ªa, en un restaurante de Bilbao, se llamaba I?aki Goirrogonzarri Unibaso, y llevaba el n¨²mero 545 en el censo. ?l se dio prisa porque no tiene nada que hacer, pero, como ¨¦l dec¨ªa, "si ser¨ªa para cobrar o eso ya vendr¨ªan m¨¢s r¨¢pido".
La mesa electoral era el Pa¨ªs Vasco, si puede decirse as¨ª. El presidente de la mesa, un chico de 26 a?os, de nombre Javier Larrondo, es el carnicero del pueblo. Seg¨²n le han dicho, "tengo la obligaci¨®n de vigilar la devoci¨®n del voto". Est¨¢ muy orgulloso porque de Loiu es Larraz¨¢bal, el futbolista del Athletic. Araceli Lavi?a, componente de la mesa, es secretaria de direcci¨®n en Galdakao, "pero sobre todo soy madre", comenta. Un joven de barba poblada, KoIdo Urrizabarrena, es el interventor de HB y lo ve todo muy bien, "excepto que hemos tenido que pegar los carteles varias veces", dice.
El personaje que con m¨¢s humor lleva su oficio y su obligaci¨®n es el interventor de Euskadiko Ezkerra, Jes¨²s Mari Sangroniz, que es el enterrador de Loiu. "Es la empresa m¨¢s grande de Loiu porque es para uso de todos". "Soy", indica, "representante de muebles de precisi¨®n". Otro, del PNV, que est¨¢ sentado en la mesa donde est¨¢n los interventores, r¨ªe con ¨¦l y le apoya: "Fabricas trajes a medida. A medida que van cayendo".
Las bromas conducen a una conclusi¨®n. La dice Maite Gasta?aga, que es represente del PNV y secretaria de un colegio en Derio: "F¨ªjate si tenemos tolerancia entre nosotros que nos re¨ªmos todos". El joven de HB no tiene duda, sin embargo: "Claro que existe la crispaci¨®n". ?Cu¨¢l es su origen y c¨®mo puede acabar? Se hizo el silencio en la mesa que fue roto por una respuesta muy gallega que hoy se dice en Euskadi: "Cada uno tiene su opini¨®n. Depende".
Un descanso para ir a misa
A las diez y cuarto es la misa. A esa hora todos esperan que haya un descanso. Antes llegan cinco monjas clarisas con la papeleta ya preparada. "Claro, no nos vamos a encerrar ah¨ª dentro". Las clarisas son una m¨¢s de las abundantes congregaciones que tienen colegio en la zona: aqu¨ª conviven agustinos, clarisas, mercedarios, el Opus. El de HB es gr¨¢fico describi¨¦ndolo: "Por metro cuadrado aqu¨ª hay m¨¢s cura que en cualquier sitio donde haya mucho cura". "Yo preferir¨ªa que me mandaran frailes m¨¢s jovencitos", dice la interventora del PNV. "Tanto cura y ¨¦ste es el segundo pueblo donde m¨¢s se peca de Espa?a", dice otro, que a?ade: "El segundo, pero el a?o que viene ser¨¢ el primero".
Pero llegan las monjas, con sus t¨²nicas marrones y su risa nerviosa. ?C¨®mo ha ido la campa?a? "Vaya, bastante bien, como siempre", dice la que parece m¨¢s experimentada. Son de las Calzadas de Bego?a y buscan nerviosas el carn¨¦ para votar, luego lo hacen apelotonadas y pierden los papeles. Bueno, pues ya han votado. "S¨ª, hijo, hemos votado, pero a nosotros las campa?as y todo esto nos da igual, porque nosotros seguimos la campa?a del de arriba", dice una de las monjas, se?alando al cielo. ?Y el de arriba qu¨¦ dice? "El de arriba siempre acierta".
Un ertzaina les ayuda a abrir el paraguas negro y despu¨¦s se van bajo la lluvia a trav¨¦s de un prado verde que hoy domingo est¨¢ desierto de chicos y cubierto, de nuevo como dice Atxaga, de "la llovizna y la tristeza de la herrumbre" que hab¨ªa ca¨ªdo ayer con el oto?o sobre la geograria del Pa¨ªs Vasco.
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