El consagrado 'secreto'
En la era de la informaci¨®n y el conocimiento, aqu¨ª y ahora, estamos rodeados de secretos e impedimentos que hacen imposible cualquier iniciativa que la imaginaci¨®n y la creatividad pueda establecer. Me explicar¨¦.Dicen que estamos en una sociedad libre y democr¨¢tica, y, sin embargo, los ¨®rganos del Estado y de la Administraci¨®n p¨²blica todav¨ªa viven en un Estado feudal, donde el dominio del sector p¨²blico impone e impide que la sociedad pueda desarrollarse. Peque?os ejemplos pueden ejemplarizar, valga la redundancia, todo lo dicho. Me presento en la delegaci¨®n de Hacienda de Barcelona y solicito informaci¨®n sobre la legalidad de una empresa a trav¨¦s de su inscripci¨®n y deseo me proporcionen la c¨¦dula de identificaci¨®n fiscal (CIF) de la misma; no puede ser, al estar considerado secreto. He solicitado en la Tesorer¨ªa de la Seguridad Social mi situaci¨®n tributaria a la misma y cuant¨ªa por la que me cotizan; no puede ser, al estar considerado secreto. Los archivos de la Generalitat de Catalunya son considerados secretos y al ciudadano se le niega el derecho a su estudio e informaci¨®n. Las declaraciones de los contribuyentes, Hacienda las clasifica como secreto; esto ¨²ltimo es el m¨¢s llamativo ejemplo de c¨®mo el secreto es utilizado con fines defraudatorios a gran escala, pero, claro, el "derecho a la intimidad...".
En cualquier ¨¢mbito cerrado y sin ventilaci¨®n el enmohecimiento y el aire viciado se adue?an del ambiente, y en la sociedad ocurre lo mismo. La honradez necesita luz y aire fresco. El "derecho a la intimidad" es un eufemismo muy utilizado por quienes defienden el secreto para sus fines de dudosa justificaci¨®n. El derecho a la informaci¨®n y ser informado que preconiza la Constituci¨®n es papel mojado. La verdad no dialoga con el error seg¨²n una vieja pr¨¢ctica vaticana. Un triste espect¨¢culo consagrar en los altares la miseria humana, y el secreto ha sido reconocido como valor supremo.-
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