Insatisfactoria, insuficiente, injusta

Con cierta esperanza, aunque tambi¨¦n con el natural escepticismo que da la experiencia, se esperaba el ¨²ltimo congreso del PSOE en los medios progresistas, preocupados por los numerosos problemas que tiene el desarrollo de la legislaci¨®n sobre el aborto en nuestro pa¨ªs. El resultado no ha podido ser m¨¢s insatisfactorio.Se elude el punto principal del problema, y es que la legislaci¨®n actual ha demostrado ser obsoleta. A estas alturas, decir que se va a hacer una encuesta para ver los problemas que tiene la aplicaci¨®n pr¨¢ctica del aborto en nuestro pa¨ªs es casi un insulto: que pregunten a los ginec¨®logos de Pamplona, a los de M¨¢laga, a los de Salamanca, Vallalolid, Asturias, etc¨¦tera, es decir, que lean la prensa o se acerquen a los juzgados y se enterar¨¢n de los juicios celebrados o pendientes, de las mujeres que se han visto puestas en la picota por intentar acogerse a una legislaci¨®n raqu¨ªtica, de las condenas a m¨¦dicos e incluso a mujeres, de quienes tienen que continuar viajando de un sitio a otro en busca de una soluci¨®n a un embarazo no deseado, de juicios convertidos en seudocongresos m¨¦dicos en que se discuten dosis de radiaciones y sus efectos teratog¨¦nicos, de las historias cl¨ªnicas de los centros de planificaci¨®n investigadas, etc¨¦tera.

Que miren un poco a esa sociedad a cuyos problemas reales dicen querer acercarse y se enterar¨¢n que uno de cada cuatro embarazos acaba en aborto, y que organismos de la CE y de la OMS han se?alado la necesidad de dar soluciones.

?Por qu¨¦ insuficiente? Porque no responde a las necesidades de la sociedad. Porque no asegura a las mujeres la libre y responsable decisi¨®n en un tema tan crucial como ¨¦ste, quedando en manos de los criterios de los m¨¦dicos y los jueces; porque tampoco establece mecanismos de seguridad jur¨ªdica de los profesionales ni regula la objeci¨®n de conciencia de ¨¦stos, y, en fin, porque no asegura su cobertura por el sector sanitario p¨²blico.

Discriminaci¨®n

Las injusticias son, por otro lado, patentes. La legislaci¨®n actual sigue discriminando a las mujeres que viven en determinadas comunidades aut¨®nomas, que poseen menos medios econ¨®micos (y no pueden acceder al sector privado) y que tienen menor nivel cultural. Pero es m¨¢s: penaliza al sector profesional que se ha querido comprometer en la defensa de los derechos de las mujeres y que se ve sometido a persecuci¨®n judicial, adem¨¢s de la marginaci¨®n profesional.

En este contexto, las resoluciones del 32? Congreso del PSOE son un paso atr¨¢s evidente. Se pretende negar lo obvio y aplazar la inminencia de adoptar soluciones; como en tiempos del conde-duque de Olivares, se crea una comisi¨®n para no afrontar el problema. Sin embargo, la realidad no por negada dejar¨¢ de existir, y las mujeres espa?olas y los ginec¨®logos dispuestos a realizar abortos continuar¨¢n con el mismo calvario. Hora ser¨ªa ya de que todos los responsables de esta situaci¨®n se decidieran a darle una salida razonable a la misma y se hiciera una nueva legislaci¨®n que pusiera en marcha un sistema de plazos, regulase la objeci¨®n de conciencia de los profesionales y asegurase la cobertura por el sistema sanitario p¨²blico. De no ser as¨ª, los sucesivos congresos del PSOE tienen tema para rato, o quiz¨¢s, como sucede con casi todo, est¨¢n esperando que llegue 1992 para solucionarlo definitivamente.