El desierto olvidado, S¨¢hara y Kuwait
Cuando toda la actualidad internacional se centra en la crisis del golfo P¨¦rsico, no puede pasar desapercibida, sin embargo, la fecha en la que se cumplen 15 a?os de la firma de los acuerdos de Madrid.El 14 de noviembre de 1975 el Gobierno espa?ol sell¨® su retirada del S¨¢hara y lo dej¨® en manos de la invasi¨®n de Ias tropas marroqu¨ªes. Sin embargo, la anexi¨®n de Kuwait por el r¨¦gimen de Bagdad ha suscitado la m¨¢s amplia resonancia y repulsa en todas las esferas internacionales hasta el punto de oscurecer otras crisis pendientes.
Si condenable es el hecho de la invasi¨®n y posterior anexi¨®n por Irak de un Estado soberano, recordemos que desde 1975 el pueblo del S¨¢hara occidental se debate tambi¨¦n en una lucha ¨¦pica contra sus ocupantes marroqu¨ªes, intentando recuperar una patria usurpada gracias a la complicidad de varias de las naciones que ahora se han apresurado a enviar efectivos militares a la zona en conflicto.
La incoherencia y la doble e hip¨®crita moral internacionales se ponen as¨ª de manifiesto ante dos problemas muy similares en su planteamiento: invasi¨®n y anexi¨®n de un pa¨ªs por otro. Porque si el S¨¢hara de 1975 no estaba a¨²n constituido como Estado por causa del retraso espa?ol en la descolonizaci¨®n obligada, la soberan¨ªa para decidir sobre su propio destino resid¨ªa (y sigue residiendo) en el pueblo saharaui, de acuerdo con los principios mantenidos en el derecho internacional y con la resoluci¨®n 1514 (XV) de las Naciones Unidas de 14 de diciembre de 1960, sobre la concesi¨®n de independencia a los pa¨ªses y pueblos coloniales.
Sin embargo, en el transcurso de estos 15 a?os de guerra la formaci¨®n de la rep¨²blica saharaui a caballo de las fronteras, la admisi¨®n de la misma en la Organizaci¨®n de la Unidad Africana (OUA) y su reconocimiento por 73 pa¨ªses (31 africanos, 25 de Am¨¦rica Latina, 9 asi¨¢ticos, 6 de Ocean¨ªa y 2 europeos) han convertido al antiguo S¨¢hara espa?ol en un nuevo Estado soberano, a falta tan s¨®lo de su ingreso en las Naciones Unidas.
La doble ¨¦tica internacional permite volcar una enorme cantidad de efectivos militares en la zona del Golfo, incluyendo un contingente marroqu¨ª, junto a otras presiones de tipo econ¨®mico sobre Irak, mientras se desentiende del problema del S¨¢hara y vende armas a Marruecos, como antes se las vend¨ªa a Sadam Husein.
Ello permite al monarca alau¨ª torpedear constantemente las resoluciones de la ONU y de la OUA -cuyas reuniones calific¨® Hassan II de conferencias del tam-tam- para celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n sin coacciones militares o administrativas en el S¨¢hara occidental, refer¨¦ndum que viene siendo preconizado desde hace muchos largos.
Plan de la ONU
El plan de paz del secretario general de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, (documento de S/21360) aprobado por la resoluci¨®n 658 del Consejo de Seguridad, est¨¢ ya trazado en sus l¨ªneas b¨¢sicas y comprende, entre otros puntos: la declaraci¨®n de alto el fuego el d¨ªa D; el establecimiento de un periodo transitorio de 24 semanas hasta el refer¨¦ndum; la elaboraci¨®n, actualizaci¨®n y verificaci¨®n de un censo de saharauis sobre la base del censo espa?ol de 1974 por medio de una comisi¨®n de identificaci¨®n; la reducci¨®n de las fuerzas de ocupaci¨®n marroqu¨ªes y el confinamiento de todos los combatientes en lugares acordados; la campa?a para el refer¨¦ndum garantizando la libertad de movimientos, de expresi¨®n, de reuni¨®n, de manifestaci¨®n y de prensa; el regreso pac¨ªfico al territorio de todas las personas que lo deseen y re¨²nan las condiciones de voto; el intercambio de prisioneros por medio de la Cruz Roja internacional y la amnist¨ªa y excarcelaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos saharauis, as¨ª como la derogaci¨®n de las leyes y disposiciones que se opongan a la realizaci¨®n de un refer¨¦ndum libre e imparcial, cuyas ¨²nicas disyuntivas ser¨ªan independencia o anexi¨®n a Marruecos.
Asimismo, el secretario general de la ONU expone en su plan la creaci¨®n de una misi¨®n de las Naciones Unidas para el refer¨¦ndum del S¨¢hara occidental (Minurso), compuesta por una unidad civil, una unidad de polic¨ªa y una unidad militar, que supervisar¨ªa el alto el fuego y la retirada y confinamiento de tropas.
Pero todas las iniciativas de paz de la ONU se vienen estrellando contra la intransigencia de Marruecos, que rechaza importantes y decisivos aspectos del proyecto de refer¨¦ndum, sobre todo en lo relativo a la retirada de parte de sus tropas del territorio, que alcanzan los 170.000 hombres, as¨ª como a la neutralizaci¨®n del resto y a la anulaci¨®n de sus elementos policiales y de sus leyes represivas.
El apoyo a Marruecos por parte de varios gobiernos occidentales y ¨¢rabes, entre los que puede incluirse Espa?a, contribuye poderosamente al mantenimiento de tal situaci¨®n, gracias tambi¨¦n a la venta permanente de armas para sostener una guerra que Marruecos no puede ganar desde una posici¨®n tan inmovilista en la estrategia de los muros como en la pol¨ªtica internacional.
Solamente en lo relativo a la venta de armas espa?olas en el periodo 1988-1989 se ha enviado a Marruecos o se est¨¢ en curso de entregar material militar por valor de 126.400 millones de pessetas, entre camiones y blindados BMR, corbetas, patrulleras, aviones CN-235, simuladores de tiro, munici¨®n y material electr¨®nico (fuente: Anuario 1989-1990 del Centro de Investigaci¨®n para la Paz).
Ante la disposici¨®n de los pueblos para auxiliar con sus aportaciones a los saharauis (caravanas de ayuda por la paz brit¨¢nicas, italianas, francesas, espa?olas el 22 de marzo de este a?o), se impone la necesidad de acabar con una moral hip¨®crita de los gobiernos, por lo menos del espa?ol, que no son coherentes con las resoluciones y los planes propiciados y aprobados en las Naciones Unidas y que contin¨²an suministrando armas a Marruecos y alimentando un conflicto sin final a las puertas del archipi¨¦lago canario.
No es preciso enviar una flotilla a la zona del S¨¢hara, como al golfo P¨¦rsico, pero s¨ª resulta imprescindible recordar la responsabilidad y el abandono espa?oles en la g¨¦nesis de este conflicto, las promesas a los saharauis del presidente del Gobierno y la necesidad de recurrir a la coherencia y suspender la venta de material militar a Marruecos.
Hay que aplicar, en cambio, todas las presiones pol¨ªticas posibles para la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum que imponga la paz tal como es el voto espa?ol en la ONU.
En ello est¨¢n en juego nuestras obligaciones hist¨®ricas, nuestra dignidad, nuestra seguridad y nuestros intereses. Que, una vez m¨¢s, no lleguemos de nuevo tarde y mal a la resoluci¨®n de los problemas de nuestro entorno africano.
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