N¨²ria Espert

La actriz N¨²ria Espert ha sucedido a Charo Llerena, Marina Danko, Mar¨ªa Vidaurreta, Cuca Solana, Tita Cervera, la duquesa de Alba, Marta Ch¨¢varri y Laura Valenzuela en el t¨ªtulo de Lady Espa?a, que le fue concedido en la noche del lunes en Madrid, en el transcurso de un acto al que asistieron diversas personalidades del mundo del espect¨¢culo y de la vida social espa?ola.Madre espiritual de toda una generaci¨®n de actrices catalanas, N¨²ria Espert es una se?ora capaz de pedirle por favor a un poeta que escriba otra Fedra para ella, encarnar los m¨¢s terribles personajes masculinos de Shakespeare, o conseguir tal fama con sus interpretaciones de Lorca como para que se enteren de sus virtudes en medio mundo.

Es justamente el encargo de montar un Lorca fuera de Espa?a el principio del adi¨®s de Espert a los escenarios espa?oles primero, y un adi¨®s posterior al ejercicio siempre duro de pisar las tablas ante el p¨²blico. Este segundo extremo se rompi¨® tras cinco a?os la pasada temporada en Valencia con el estreno del mon¨®logo Maquillaje, del japon¨¦s Hisashi Inoue, dirigido por Koichi Kimura. Este montaje se present¨® recientemente en Barcelona, dentro de la programaci¨®n del Festival de Tardor.

Tiene contratos para dirigir puestas en escena de teatro y ¨®pera hasta 1997, y s¨®lo hasta esta fecha porque no quiere comprometerse con un futuro demasiado lejano. Sus trabajos para el Reino Unido (Rigoletto, Butterfly, La traviata; en la actualidad prepara Carmen para el Covent Garden), o la producci¨®n de Elektra para el teatro La Monnaie de Bruselas, situada por ella en la Italia fascista, le han valido mantener su nombre en letras grandes para aquellos que ya no la sent¨ªan m¨¢s que como una presencia et¨¦rea del pasado reciente. El montaje de Elektra se present¨® durante la temporada pasada en el Liceo de Barcelona, despu¨¦s de haberse exhibido en diferentes teatros europeos.

Hace cuatro a?os suya consolidado renombre internacional se vio reforzado por un hito en el teatro londinense: Espert afront¨® por primera vez la direcci¨®n de una obra dram¨¢tica, La casa de Bernarda Alba, protagonizada por Glenda Jackson y Joana Plowright.

Su retorno a los escenarios espa?oles y a la actualidad del pa¨ªs ha sido aprovechado para colocarle un marchamo de pedigr¨ª nacional, una etiqueta de identificaci¨®n de denominaci¨®n de origen. Ella, sin embargo, niega haberse ido jam¨¢s de Espa?a: "Vivo aqu¨ª, en Barcelona y Madrid, y tambi¨¦n un poco en un avi¨®n de Iberia. Lo que ocurre es que trabajo en el extranjero con una cierta frecuencia". Es una de esas verdades a medias, potenciada por un cierto alejamiento de Espert de las c¨¢maras fotogr¨¢ficas indiscretas. La actriz, no por vanidad, preserva con un cierto recelo su mirada serena de calle y su mueca tremenda de tragedia. N¨²ria Espert es ella y su teatro. Sus extremos interpretativos en las ¨¦pocas negras del blanco y negro televisivo son ahora un extremismo crom¨¢tico en la forma de administrar su carrera, yendo por libre, haciendo s¨®lo lo que quiere, cuando quiere, donde quiere y porque puede. Y aceptando seg¨²n qu¨¦ agasajos porque quiere y porque puede. Y porque lleva d¨¦cadas llenando p¨¢ginas del teatro catal¨¢n y espa?ol.