Joel Shapiro expone sus esculturas de las emociones en Valencia
El artista neoyorquino muestra obras de los ¨²ltimos 20 a?os
El artista neoyorquino Joel Shapiro expone desde hoy en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) 19 esculturas pertenecientes al periodo 1973-1990. Las obras mostradas, realizadas en bronce o hierro, delatan cu¨¢l ha sido la trayectoria de este escultor, que abandon¨® algunas referencias minimalistas para procurar la s¨ªntesis "de las diversas actitudes e inquietudes que exploran tanto el terreno de lo escult¨®rico como de lo psicol¨®gico".
La exposici¨®n escult¨®rica de este artista, nacido en Nueva York en 1941, y que se expone en el IVAM desde hoy hasta el pr¨®ximo 10 de febrero, recoge obras de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas y cuenta, a trav¨¦s del cobre colado y del hierro, la ruptura con la llamada "sensibilidad minimalistas".Le interesaban a Shapiro en un primer tiempo, aspectos tangibles de aquello con lo que trabajaba. ?Cu¨¢l era el peso de lo que estaba realizando, por ejemplo? Pero fue a principios de los setenta cuando decidi¨® cambiar una de las condiciones del minimalismo. Y esta decisi¨®n de su primera etapa le llev¨® a crear "una serie de objetos, f¨¢cilmente identificables y nombrables: un puente, un barco, un sof¨¢, una silla, un caballo, un ata¨²d", seg¨²n reza el cat¨¢logo.
Objetos que le hablaban de una emoci¨®n cotidiana. "Mi trabajo localiza un mundo", dice este escultor, "un mundo real y tambi¨¦n al individuo que pertenece a ¨¦l". Y ese terreno abonado de emociones es el que se muestra ahora en el IVAM. Con el cobre colado y el hierro como voz escult¨®rica que revela, en palabras de Shapiro, "una clase de poder y un tipo de insistencia". El sexo y el miedo son algunas de las sensaciones descritas.
Ninguna de las esculturas que aparece en esta exposici¨®n, que ha sido mostrada anteriormente en el Lousiana Museum for Modern Art de Dinamarca, tiene nombre. Ya que denominar la obra, ponerle t¨ªtulo es algo que este escultor define como un "inconveniente". Prefiere que el espectador adivine: "No me siento interesado en ser un mediador".
Las 19 esculturas asentadas en dos salas del IVAM, y que muestran lo que para Shapiro es el "lenguaje rico de la escultura, la pala.bra de la forma", est¨¢n instaladas rodeadas de espacios abierto, a pesar de que algunas de ellas son fisicamente peque?as. Pero esta es una de las pretensiones del escultor: "Se trata de observar ese mundo peque?o que hay dentro de una habitaci¨®n grande". Y una imagen se repite entre las obras m¨¢s diminutas: un bloque compacto de hierro con la figura de una casa y con unas medidas de 14xl7xl3 cent¨ªmetros. "Estoy muy ligado afectiva y sentimentalmente a esa imagen, aunque unas veces localizas una emoci¨®n en una obra y luego lo haces en otra".
Lenguaje po¨¦tico
Mantener una emoci¨®n al comienzo de un proyecto lo considera Shapiro muy dif¨ªcil. "Es duro", se?ala, "es complicado mantenerte en ese estado durante toda la evoluci¨®n de la experiencia". Tal vez por eso compare el lenguaje escult¨®rico con el literario, pero m¨¢s cerca de la poes¨ªa que de la narrativa."El universo po¨¦tico lo puedes ver todo de una vez, pero tambi¨¦n puedes mirarlo por piezas, trocearlo, y esto mismo sucede con la escultura. Aunque sea muy dif¨ªcil encontrar una forma ling¨¹¨ªstica de lo que se va a hacer en escultura, porque la obra se va formando en s¨ª misma", manifiesta Shapiro.
Y en ese universo del lenguaje que toma la forma del hierro y el cobre, dos sentimientos significativos y fundamentales para este escultor: la debilidad y el miedo. "Estas vivencias son necesarias para sentirte un hombre libre".
El cat¨¢logo subraya que Shapiro "no est¨¢ interesado en Ilustrar o describir la Figura o el movimiento humanos, sino en sugerir ideas o recuerdos de formas, posturas y sentimientos".
Su ¨²ltimo trabajo, que no se encuentra en esta exposici¨®n del museo valenciano de arte moderno, habla de un estado de ¨¢nimo que Shapiro define como un "colapso". "All¨ª est¨¢n un hombre y una mujer, rodeados de enigma, de inquietudes". ?Habla de amor, de pasi¨®n?. "Posiblemente, sea eso".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.