Desde el exilio sideral
Escribo desde otra galaxia, ahora ya lo saben ustedes; mis amigos los anarquistas y yo mismo hemos sido desenmascarados por la sabia pluma del se?or Seco Serrano, en su art¨ªculo, aparecido en EL PA?S, Pararse en el tiempo.Desde este exilio sideral, me gustar¨ªa hacer algunas consideraciones sobre el mundo de los terrestres, ese mundo que en alg¨²n tiempo'tambi¨¦n fue el m¨ªo. Coincido con el articulista de su peri¨®dico en que a?os luz les separan, no s¨®lo geogr¨¢fica, sino temporalmente, de aquella ¨¦poca en que los anarcosindicalistas poblaban las mesetas y los valles. Sin embargo, disiento de la valoraci¨®n que hace de esa misma distancia.
Desde Hegel sabemos que la historia de la humanidad es la historia de la encarnaci¨®n de la raz¨®n, con Fukuyama aprendimos que esa encarnaci¨®n de la raz¨®n ha tenido lugar hace muy poquito, a saber, cuando los pa¨ªses del este de Europa abandonaron el comunismo y se apuntaron al carro del progreso liberal, capitalista. Otros escollos hab¨ªan sido salvados con anterioridad: los anarquistas, como ya sabemos, nos encontramos en un l¨ªmbico exilio, los antimilitaristas son desbordados por el pacifismo institucional de Gorbachov y Reagan-Bush, los ecologistas se sientan en los despachos de los diversos ministerios de Medio Ambiente, las feministas editan un folleto, cada tres meses, sufragado por el Instituto de la Mujer, los sindicalistas discuten en los sillones del Congreso, los movimientos sociales de solidaridad con el Tercer Mundo, el interior y el exterior a nuestras fronteras, son marginales, como los squatters, los homosexuales, las lesbianas y los pobres.
El reinado de la raz¨®n impera, la democracia liberal y capitalista se ha consumado. Popper ya nos cont¨® que est¨¢bamos en el mejor de los mundos posibles.
Es inviable cualquier tipo de conflagraci¨®n b¨¦lica, la paz reina por doquier, nunca el ecosistema ha sido mejor cuidado, las libertades son exquisitas, los derechos de las mujeres, de los homosexuales, de los emigrantes, de las minor¨ªas ¨¦tnicas, de todos los trabajadores en general, son respetados al m¨¢ximo.
Nuestros vecinos, los ¨¢rabes y los latinoamericanos, no tienen queja de nosotros.
Es imposible que todo vaya mejor.
As¨ª lo vemos nosotros, los anarquistas, desde esta galaxia; por ello no entendemos que haya quien se preocupe. Todo est¨¢ en buenas manos. Adem¨¢s, la historia transcurre seg¨²n su propio ritmo, que nadie puede alterar, y ahora que se ha detenido, ?qu¨¦ fuerza sobrehumana podr¨¢ ponerla de nuevo en movimiento? Y, si a algunos se les ocurre intentarlo, ya se encargar¨¢n los se?ores Popper, Fukuyarna y Seco Serrano de exorcizarlos.- Secretario de Prensa, Cultura y Propaganda del Comit¨¦ Regional de la CNT.
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