Los Gobiernos son "los ¨²nicos que pueden hacer la uni¨®n Europea"
Manuel Mar¨ªn es cr¨ªtico con algunas de las propuestas que empezar¨¢n a debatirse esta semana en Roma y con el papel de Pen¨¦lopes que ejercen los expertos cuando ha llegado el momento de dejar de elaborar nuevos esquemas para tomar decisiones Es necesario, dice, un reajuste en profundidad que proporcione a Europa el equilibrio institucional del que ahora carece si la CE aspira a desempe?ar un papel preponderante.Pregunta. La Comunidad Europea comienza el pr¨®ximo viernes a decidir su futuro, pero ?cu¨¢l debe ser el objetivo?
Respuesta. Estamos ante un hito hist¨®rico. Lo esencial de las conferencias intergubernamentales sobre uni¨®n pol¨ªtica y uni¨®n econ¨®mica y monetaria es definir de qu¨¦ manera se va a resolver el futuro de la integraci¨®n comunitaria, lo cual, no lo olvidemos implica a la fuerza nuevas transferencias de soberan¨ªa.
P. ?Y el modelo es construir los Estados Unidos de Europa?
R. Vivimos una ¨¦poca de cambios profundos que provocan incertidumbre sobre la validez de los proyectos. El tema crucial es clarificar las etapas y las prioridades pol¨ªticas e institucionales. Lo principal en una primera fase de 5 o 10 a?os es echar a andar, independientemente de si el resultado final es una Europa federal o confederada.
P. ?Qu¨¦ contenido fundamental aportar¨¢ la reforma de los tratados?
R. El de la pol¨ªtica exterior com¨²n y de seguridad. Pol¨ªticas que han estado circunscritas al ¨¢mbito nacional empiezan ahora a plantearse a nivel comunitario, y esto se va a convertir en el term¨®metro del futuro de la Comunidad Europea. La negociaci¨®n del GATT prueba el desequilibrio que existe entre pol¨ªticas integradas como la agr¨ªcola y un sistema cuasi intergubernamental a la hora de discutir en una negociaci¨®n como ¨¦sta, en la que al adversario le resulta sencillo atacar nuestros intereses. Es muy f¨¢cil dividir a la CE, que cuenta con esquemas institucionales supers¨®lidos al lado de un marco negociador en el que el mandato tiene que estar recurriendo continuamente al apoyo del Consejo de Ministros. Su margen de maniobra es m¨ªnimo.
P. Est¨¢ tambi¨¦n la propuesta espa?ola de un estatuto de ciudadan¨ªa europea.
R. Para dar credibilidad al proyecto es indispensable conseguir que el ciudadano se d¨¦ cuenta de que participa en una Europa cada vez m¨¢s integrada y con una personalidad propia creciente. Se trata, tal como lo explica el presidente espa?ol, de un concepto que no puede ser en ning¨²n caso un movimiento de rechazo al exterior. No podemos caer en la tentaci¨®n de aplicar una nueva doctrina Monroe formulada esta vez como "Europa, para los europeos". El objetivo es contar con derechos c¨ªvicos, pol¨ªticos y sociales, pero sin perder de vista que Europa est¨¢ en el mundo.
P. Hace falta, pues, un reajuste institucional, pero ?qui¨¦n debe liderar este proceso?
R. El sentimiento mayoritario es que el Consejo Europeo es la ¨²nica instituci¨®n de la CE que est¨¢ en condiciones de dar el impulso necesario para que se puedan determinar las grandes l¨ªneas tanto de la uni¨®n pol¨ªtica como de la monetaria. Se van a tomar decisiones de gran trascendencia que van a afectar a la soberan¨ªa nacional, y lo l¨®gico es que quienes est¨¢n capacitados pol¨ªticamente sean los que decidan dar estos pasos decisivos.
P. Pero habr¨¢ dificultades para lograr el consenso.
R. Este Consejo Europeo tiene la ventaja hist¨®rica de que sus componentes se conocen muy bien. Salvo los primeros ministros brit¨¢nico y griego, los dem¨¢s desempe?an el cargo desde hace mucho tiempo. Todos mantienen contactos constantes, y se ha generado entre ellos un clima de compromiso y de confianza pol¨ªtica. Existe adem¨¢s otro elemento decisivo, porque en el proceso de integraci¨®n se est¨¢n echando en falta los necesarios arbitrajes internos a la hora de decidir qu¨¦ competencias se van a transferir a la Uni¨®n.
Arbitrajes internos
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. Pues es muy sencillo. No se avanza un metro con una multiplicidad de consejos de ministros sectoriales, en el que cada uno decide desde una perspectiva exclusivamente de sector. Es absolutamente fundamental que si se va a transferir soberan¨ªa a la CE, se tengan que realizar arbitrajes internos, y los l¨ªderes europeos son los ¨²nicos capacitados. ?Qu¨¦ ministro por s¨ª solo est¨¢ en condiciones de doblarle la mano al resto del Gabinete?
P. ?Habr¨¢ una oportunidad para el Parlamento Europeo?
R. El reajuste institucional no se reduce s¨®lo al directorio de los jefes de Estado y de Gobierno. El Parlamento debe desempe?ar un papel y ser consultado. En el futuro debe contar tambi¨¦n con un cierto grado de iniciativa legislativa, pero m¨¢s poderes significan mayor grado de responsabilidad pol¨ªtica. El Parlamento Europeo deber¨ªa intentar mejorar su funcionamiento y su coherencia.
P. ?Y el papel del Consejo de Ministros de la CE debe ser mayor o m¨¢s peque?o?
R. Habr¨¢ que encontrar un equilibrio que pase por establecer consejos generales que arbitren el d¨ªa a d¨ªa. Considero que hay que buscar un mecanismo de tres o cuatro consejos decisorios que se repartan la decisi¨®n en grandes ¨¢reas. A partir de ah¨ª, la Comisi¨®n Europea puede asumir m¨¢s poder administrativo y de gesti¨®n durante esta primera etapa, siempre y cuando el leitmotiv sea garantizar la eficacia a la hora de poner en pr¨¢ctica las directrices.
P. La Comisi¨®n Europea parece salir reforzada.
R. Incluso si la reforma de los tratados de la CE le conserva el monopolio de la iniciativa legislativa, tenemos que asumir el hecho de que en esta primera fase el ¨®rgano decisorio debe ser el Consejo Europeo. Todos hablamos del d¨¦ficit democr¨¢tico, pero resulta que la situaci¨®n peor en este sentido es la de la Comisi¨®n Europea, cuyos miembros son simplemente designados. No s¨®lo el presidente, sino todos los comisarios deben ser elegidos por el Parlamento Europeo, a propuesta del Consejo Europeo. La Comisi¨®n debe preservar por ahora su car¨¢cter colegiado como garant¨ªa de que sus posiciones son una s¨ªntesis integradora.
P. Por razones de eficacia ?no intentar¨¢n los l¨ªderes colocar a uno de los suyos al frente de una Comisi¨®n Europea reforzada?
R. En la pr¨®xima Comisi¨®n tiene que haber gente capaz de gestionar de manera eficaz las competencias reforzadas, y lo l¨®gico es que su presidente participe tambi¨¦n plenamente en el Consejo Europeo. Si uno de los viejos routiers de entre los l¨ªderes pasa a dirigir esta casa, qu¨¦ duda cabe que aumentar¨ªa la confianza.
P. Se habla del belga Wilfried Martens y del holand¨¦s Ruud Lubbers. Tambi¨¦n de Felipe Gonz¨¢lez. ?Usted por qui¨¦n apuesta?
R. Cualquiera de los dos primeros ser¨ªa id¨®neo en esta primera etapa. Para Felipe Gonz¨¢lez, el momento vendr¨¢ un poco m¨¢s tarde, acaso en 1997. Ahora le toca la vez a un democristiano. Por turno de pa¨ªs y de familia ideol¨®gica, la candidatura espa?ola tendr¨ªa despu¨¦s muchos enteros. El presidente tiene la tarea de intentar ganar primero las pr¨®ximas elecciones y dejar resuelta la sucesi¨®n en el PSOE. Para la presidencia de Europa cuenta con el prestigio y la capacidad suficientes, adem¨¢s de la confianza del resto de los l¨ªderes. Personalmente, yo apuesto por esta candidatura.
P. La f¨®rmula de uni¨®n pol¨ªtica parece confederada, mientras la uni¨®n monetaria ser¨¢ federal. ?No significa ello un cierto retraso de la pol¨ªtica sobre la econom¨ªa?
R. Pensar que son dos procesos independientes es una pura creaci¨®n del esp¨ªritu, porque no hay nada m¨¢s pol¨ªtico que la uni¨®n econ¨®mica y monetaria.
P. ?La Comunidad Europea est¨¢ dispuesta a dar una ayuda masiva a la URSS?
R. Nuestro programa es un programa t¨ªpico de ayuda de urgencia alimentaria. La reconstrucci¨®n de la URSS es un problema muy serio que no podr¨¢ abordarse sin la evaluaci¨®n t¨¦cnica del FMI y del Banco Mundial. Desgraciadamente, ni la Comisi¨®n Europea ni la Banca para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo de Europa Central y del Este tienen todav¨ªa capacidad para ello. Sin embargo, o actuamos decididamente, o salen cinco millones de sovi¨¦ticos.
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