Roma permite a las carmelitas integristas organizarse al margen de la orden
La Santa Sede ha decidido dar salida al conflicto que enfrentaba a los sectores renovadores e integristas de las carmelitas descalzas desde el final del Concilio. El Vaticano ha permitido que las monjas m¨¢s conservadoras -una minor¨ªa del 20%- puedan regirse de acuerdo con normas del siglo XVI, cuando Santa Teresa de Jes¨²s fund¨® la congregaci¨®n. La noticia ha sido muy mal acogida por el sector que seguir¨¢ rigi¨¦ndose por las Declaraciones de 1977, aprobadas por Pablo VI.
Las integristas, capitaneadas por la madre Josefa, priora del convento de Cerro de los ?ngeles, suponen alrededor de un centenar de los conventos carmelos -la mayor¨ªa de ellos en Espa?a- frente a los 800 con que cuenta la orden. Precisamente fue el propio nuncio de la Santa Sede en Espa?a, Mario Tagliaferri, quien comunic¨® la decisi¨®n vaticana al monasterio de Cerro de los ?ngeles, noticia que era desconocida por otras miembros de la orden en Espa?a, seg¨²n fuentes eclesi¨¢sticas."Este conflicto dura desde que el concilio Vaticano II termin¨®", explicaron medios de la orden a este diario. Entonces el sector integrista de la madre Maravillas -antecesora de la madre Josefa- se organiz¨® en torno a la Asociaci¨®n de Santa Teresa, para impedir la renovaci¨®n de la orden. Ante esta situaci¨®n Pablo VI aprob¨® las Declaraciones de 1977, de car¨¢cter experimental y por un per¨ªodo de cinco a?os. Aunque las monjas m¨¢s renovadoras acogieron bien la experiencia, las integristas volvieron a la carga. El 80% de la orden se defini¨® a favor y el 20% en contra de esas Declaraciones. En diversas ocasiones se temi¨®, por parte del sector m¨¢s abierto, que el Vaticano impusiera unas constituciones restrictivas a toda la congregaci¨®n, temor fundado en el hecho de que en estas nuevas normas -encargadas a un dicasterio vaticano- jugar¨ªan un importante papel los criterios de las seguidoras de la madre Maravillas, llamadas las maravillosas. "Ahora cualquier soluci¨®n de consenso ha desaparecido", manifestaron fuentes de la congregaci¨®n.
"Las m¨¢s conservadoras, a pesar de ser una minor¨ªa, tienen gran peso en Roma", manifestaron las citadas fuentes. En 1984, cuando el secretario de Estado, Agostino Casaroli, escribi¨® a la madre Josefa una carta para indicarle como deb¨ªa proceder para obtener las nuevas constituciones, Alvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, las felicit¨® en una carta por el s¨ªntoma que supon¨ªa la carta del secretario de Estado con un "?Laus Deo!".
Con las nuevas constituciones, de acuerdo con el art¨ªculo 615 del C¨®digo de Derecho Can¨®nico, las integristas consiguen tener como ¨²nico v¨ªnculo superior al Vaticano, pasando por alto al obispo de la di¨®cesis y al general de la orden, con el que existe v¨ªnculo jur¨ªdico.
Estas constituciones podr¨¢n ser seguidas por el 20% de las monjas de la orden, a las que el responsable de los y las carmelitas de la zona centro de Espa?a, Gustavo Guerra, calific¨® en TVE de "integristas". No es extra?a esta calificaci¨®n a la luz de lo que proponen las constituciones, que algunos expertos consideran m¨¢s duras que las que dej¨® en el siglo XVI Santa Teresa de Jes¨²s.
Coristas y no coristas
Las integristas proponen la vuelta a la doble llave, las rejas y celos¨ªas, adem¨¢s del retorno de las clases al interior de los conventos, Con la divisi¨®n entre hermanas del coro y las conversas o legas, que hacen tareas dom¨¦sticas.
Asimismo, se exige el uso de velo cubriendo la cara en el locutorio, y la presencia de una tercera persona -una monja- de escucha en las visitas. La superiora, que cobra un poder m¨¢s que absoluto, totalitario, podr¨¢ adem¨¢s abrir las correspondencia de sus compa?eras -ahora ya inferiores- y se mantendr¨¢n las inclinaciones y postraciones de cap¨ªtulo y el no someterse a las miradas de extra?os.
"Que las monjas que acompa?en al confesor, le gu¨ªen por camino derecho y en ning¨²n caso se detengan con ¨¦l", se afirma. Asimismo, "en vestido ni en cama jam¨¢s habr¨¢ cosa de color, aunque sea cosa tan poca como una franja". Se renuevan asimismo las sanciones. La priora y subpriora tendr¨¢n trato de "reverencia". Las monjas tampoco podr¨¢n salir de la clausura para visitar a sus familiares.
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