Una exposici¨®n 'hollywoodiense' resucita el universo de Champollion
Homenajes en Par¨ªs al descifrador de la escritura jerogl¨ªfica
Al franc¨¦s Jean-Fran?ois Champollion (1790-1832) le debemos la posibilidad de comprender la escritura jerogl¨ªfica. En la exposici¨®n consagrada al arque¨®logo en la Biblioteca Nacional de Par¨ªs los visitantes van provistos de unos cascos que relatan la historia de la egiptolog¨ªa, y recorren unos decorados de cart¨®n piedra que reproducen interiores fara¨®nicos junto a tesoros egipcios de los museos europeos.
Con motivo del segundo centenario de su nacimiento, el Museo Arqueol¨®gico Nacional, de Madrid, recordar¨¢ a Chanpollion con un ciclo de conferencias titulado Pr¨®ximo Oriente y Egipcio, que se celebrar¨¢ a partir de hoy y hasta el mi¨¦rcoles. Champollion naci¨® el 23 de diciembre de 1790, hijo de un modesto librero. Fue un autodidacto que a los 18 a?os hablaba ya 14 lenguas y se hab¨ªa convertido en el m¨¢s joven profe sor universitario de Francia. A partir de los trabajos de la expedici¨®n cient¨ªfica que hab¨ªa acompa?ado a Napole¨®n en su campa?a contra los mamelucos de Valle del Nilo, Champollion des cubri¨® el 14 de septiembre de 1822, en la soledad de su gabinete parisiense, la clave del hasta entonces insoluble enigma de lo jerogl¨ªficos: los signos de los escribas egipcios representaban no s¨®lo sonidos, sino tambi¨¦n palabras, ideas enteras.La emoci¨®n del descubrimiento fue tan poderosa que el erudito cay¨® en, un coma de cinco d¨ªas. Una vez repuesto, Champollion, disfrazado de beduino, viaj¨® al Valle de los Reyes. All¨ª comprob¨® la exactitud de su descubrimiento. Falleci¨® a los 42 a?os y sus restos reposan bajo la copia de un obelisco en el cementerio parisiense del P¨¨re-Lachaise.
Para rendir homenaje a este fascinante personaje, la exposici¨®n Memorias de Egipto, que permanecer¨¢ abierta en la Biblioteca Nacional de Par¨ªs hasta el pr¨®ximo 17 de marzo, cuenta con una deslumbrante puesta en escena debida a Alain Cunillera y su equipo del Basic Theatral.
Los organizadores de Memorias de Egipto cuentan, cierto es, con el inter¨¦s que el valle del Nilo despierta entre las masas occidentales. El pasado a?o, la exposici¨®n Egipto-Egipto ya atrajo a m¨¢s de medio mill¨®n de pansienses al Instituto del Mundo ?rabe. Pero en el caso de la presente iniciativa de la Biblioteca Nacional se ha dado un paso adelante en la concepci¨®n de este tipo de acontecimientos culturales. Cunillera ha convertido la muestra en un espect¨¢culo de inter¨¦s popular.
Indiana Jones
La muestra ocupa dos grandes salas de la venerable instituci¨®n y puede ser recorrida como se ve una pel¨ªcula de Steven Spielberg y su arque¨®logo de pacotilla, Indiana Jones. En la entrada el visitante recibe unos cascos que, a medida que va avanzando, le cuentan las distintas etapas del descubrimiento occidental de la civilizaci¨®n fara¨®nica. El paseo incluye decorados de cart¨®n piedra con palmerales, tiendas del ej¨¦rcito napole¨®nico en la campana de Egipto, salas funerarias, siniestros laberintos, estanques con cocodrilos, el gabinete de trabajo de Champollion y todo lo que la imaginaci¨®n europea atribuye al viejo Egipto y a la egiptolog¨ªa.La diferencia con una pel¨ªcula de Hollywood est¨¢ en el rigor de las explicaciones y, sobre todo, en las piezas que pueden verse. Para asociarse al homenaje al sabio franc¨¦s, el Louvre, el British Museum y los museos de Berl¨ªn, Florencia y Tur¨ªn han enviado a Par¨ªs lo mejor de sus colecciones sobre el pa¨ªs de los faraones.
La exposici¨®n incluye las joyas y obras de orfebrer¨ªa del tesoro de Mero¨¦, el le¨®n de Prudhoe en granito rosa, el sarc¨®fago de Teos, una r¨¦plica de la piedra Roseta y los 20 vol¨²menes originales de la Descripci¨®n de Egipto, seg¨²n la expedici¨®n cient¨ªfica que acompa?¨® a Napole¨®n.
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