El KGB sovi¨¦tico saca a la luz p¨²blica sus 'trapos sucios'

El Comit¨¦ de Seguridad del Estado de la URSS (KGB) ha pasado a la ofensiva contra los herejes m¨¢s populares de esta organizaci¨®n en una revista titulada Sin Ning¨²n Secreto, que se vende en el quiosco del Palacio de Congresos del Kremlin, donde se re¨²ne el Congreso de los Diputados Populares de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El ex general del KGB, Oleg Kaluguin, uno de los diputados del mcroparlamento sovi¨¦tico, es el blanco principal de los ataques.

La revista, que va subtitulada como Colecci¨®n del KGB de la URSS, tiene el precio de un rublo y no lleva impreso ning¨²n dato ni tel¨¦fono sobre los responsables de la publicaci¨®n. ?sta tiene por el momento car¨¢cter experimental y una tirada de 100.000 ejemplares, seg¨²n un portavoz del centro de relaciones sociales del KGB. Kaluguin, jefe del Servicio de Contrainteligencia Exterior del KGB entre 1973 y 1979, fue elegido diputado en septiembre pasado, al obtener una amplia victoria en la regi¨®n de Krasnodarsk, al norte del C¨¢ucaso. El general fue privado de sus condecoraciones, grado militar y pensi¨®n de jubilado tras las declaraciones contra el KGB que comenz¨® a efectuar el pasado verano.Kaluguin, que ha entablado un pleito contra el KGB, fue clasificado profesionalmente como parado cuando el Congreso confirm¨® su esca?o de diputado el lunes pasado.

En un art¨ªculo titulado Bajo la bandera de las ambiciones personales, el KGB sale al paso de las muchas declaraciones y entrevistas concedidas por el general. El KGB niega que Kaluguin comenzara su servicio en los ¨®rganos de seguridad en los tiempos del deshielo de Nikita Jruschov movido por el clima de renovaci¨®n social posestalinista.

Seg¨²n Sin Ning¨²n Secreto, Kaluguin inici¨® sus contactos con los servicios de la seguridad sovi¨¦tica en 1952, en vida de Stalin, cuando su padre, ya teniente de la polic¨ªa secreta de Leningrado, pidi¨® una recomendaci¨®n para que su hijo ingresara en el Instituto de Idiomas Extranjeros dependiente de la organizaci¨®n y situado en Leningrado.

Entre los materiales contra Kaluguin, Sin Ning¨²n Secreto publica la carta de un ex colega, seg¨²n el cual, en 1978, Kaluguin habr¨ªa insistido en que le castigasen por criticar las memorias de Leonid Br¨¦znev. La revista censura tambi¨¦n a Mija¨ªl Liubimov, otro de los altos funcionarios del KGB que han denunciado los procedimientos de este organismo en la prensa liberal sovi¨¦tica. Tanto este art¨ªculo como los dedicados a Kaluguin responden a un modelo basado en la desacreditaci¨®n personal y profesional.Ideal socialista

El KGB proclama su fidelidad a la idea de un Estado sovi¨¦tico ¨²nico y socialista en un art¨ªculo sin firma, donde se se?ala que "en el extranjero hay fuerzas que esperan ajustar cuentas hist¨®ricas con el socialismo y tachar a la URSS de la lista de las potencias dirigentes". "Hoy, a nosotros y a aquellos que desinteresadamente nos ayudan a reforzar la seguridad del pa¨ªs, nos exhortan con insistencia al 'arrepentimiento' de 'pecados' que no hemos cometido", se?ala el art¨ªculo reaccionando a la hostilidad de la sociedad sovi¨¦tica contra el KGB.

"Las cosas han llegado al punto de que los traidores de la patria han comenzado a ser colocados en las filas de los h¨¦roes y se les atribuye el m¨¦rito de luchar contra su pueblo", se?ala Sin Ning¨²n Secreto, que no menciona ning¨²n caso concreto. Otros materiales, un tanto sorprendentes dado el clima de distensi¨®n sovi¨¦tico-norteamericana, est¨¢n dedicados a la detenci¨®n de agentes de la CIA involucrados en actividades antisovi¨¦ticas. Hay tambi¨¦n una cr¨®nica sobre la desarticulaci¨®n de una banda de traficantes de armas robadas al Ej¨¦rcito de la URSS desde Mosc¨² a Armenia.

Dentro de la campa?a para incrementar la disciplina econ¨®mica, el KGB ha recibido un papel prominente y se encarga, entre otras cosas, de supervisar la distribuci¨®n de la ayuda occidental. La instituci¨®n, fuertemente ideologizada, como revela Sin Ning¨²n Secreto, desarrolla en la actualidad sus facetas econ¨®micas mediante pago. El KGB est¨¢ dispuesto a ofrecer sus servicios a las empresas sovi¨¦ticas que lo deseen para averiguar la solvencia y caracter¨ªsticas de sus socios extranjeros. Andrei Oligov, vicejefe del servicio de prensa del KGB en Mosc¨², manifest¨® que un conjunto de compa?¨ªas estatales, cooperativas y empresas mixtas han recurrido ya al KGB.