1991
Este a?o no comienza el d¨ªa 1 de enero, sino el 15. Las l¨ªneas imaginarias han convertido la cultura, el espacio y el tiempo en un sinsentido, cuando realmente nacieron como referencias para orientar la cultura, el espacio y el tiempo. Hasta el d¨ªa 15 seguiremos apurando los planteamientos de 1990, el a?o en que se esfumaron otras dos l¨ªneas imaginarias, el Este y el Oeste, y nos quedamos a medio camino entre el Norte y el Sur. Yo, en Barcelona, lo tengo bastante bien porque alguien ha escrito que esta ciudad es la m¨¢s sure?a del Norte y la m¨¢s norte?a del Sur. A¨²n quedan poetas y siguen siendo v¨¢lidos los versos denunciantes de los cuatro puntos cardinales "... que crucifican el mundo", aunque ahora la v¨ªctima s¨®lo est¨¦ clavada por los pies.Pero en 1991 todos podemos ser v¨ªctimas. Imaginen ustedes que nos quedamos sin gasolina y sin algunos de nuestros hijos. No podremos ir a El Corte Ingl¨¦s a cargar con las rebajas, no podremos viajar tozudamente todos los fines de semana hacia esos 500 o 1.000 palmos cuadrados de para¨ªso, incluso es posible que se paralicen los tractores y tengamos que importar bueyes de Cuba para trabajar los campos y asegurarnos as¨ª la lechuga para un sandwich a la americana, crecer¨¢n los stocks de autom¨®viles en las f¨¢bricas y se practicar¨¢ una dr¨¢stica reducci¨®n de plantilla en la industria y el comercio del autom¨®vil sin que sepamos de d¨®nde sacar y d¨®nde poner a los caballos, asnos, mulos, burros necesarios para conservar un m¨ªnimo de tr¨¢fico. La poca gasolina circulante tendr¨¢ precio de latita de caviar iran¨ª, es un decir. Nos quedaremos tan tristes y tan capados que ni siquiera tendremos ¨¢nimos para investigar qu¨¦ se hizo de nuestros bloques constitucionales. Y en cuanto a la p¨¦rdida de algunos de nuestros hijos, ser¨¢n tan pocos que sus nombres y rostros concretos ser¨¢n insoportablemente inolvidables.
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