Un solo ej¨¦rcito

La Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos proclama que los seres humanos deben comportarse fraternalmente los unos con los otros, y que toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en tal declaraci¨®n se hagan efectivos.Convirtamos pues las ingentes moles de armas y las m¨¢quinas de muerte y destrucci¨®n en bienes para la vida y el desarrollo fraternal de todos los pueblos: el ¨²nico camino de liberaci¨®n. La diversidad de pueblos es rica diversidad, pero no est¨²pida y cruenta y ruin rivalidad, que emerge de las cavernas de barbarie contumaz. El verdadero progreso de los hombres y los pueblos se puede lograr con mutuo conocimiento y en solidaridad.

Es, por tanto, contraria al bien com¨²n universal la existencia de 150 ej¨¦rcitos, unos rivales de otros en rec¨ªproca amenaza, que los recursos derrochan de la pr¨®vida naturaleza y a la humanidad dividen, empobrecen y desangran. Un solo ej¨¦rcito basta: el de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, cuya misi¨®n ser¨¢ el mantenimiento de la seguridad colectiva y la defensa de la justicia y la paz entre todas las naciones, y cuyos efectivos no exceder¨ªan de la vig¨¦sima parte de la totalidad de los actuales ej¨¦rcitos nacionales, los cuales, por consenso, quedar¨ªan disueltos, transformados en fuerzas de socorro, salvamento y defensa ecol¨®gica. Y estableci¨¦ndose la prohibici¨®n del tr¨¢fico de armas, todos los Estados proceder¨ªan a efectuar la conversi¨®n de la inmensa mayor¨ªa de las industrias de armamento en industrias productoras de bienes para la vida y el bienestar de todos los seres humanos y pueblos de la Tierra.-