Los 'escuadrones de la muerte' asesinaron a 445 ni?os en R¨ªo de Janeiro durante 1990
de Janeiro Durante el a?o pasado, 445 ni?os y adolescentes murieron en R¨ªo de Janeiro asesinados por los escuadrones de la M¨²erte o por traficantes de drogas. Los mifiones de j¨®venes abandonados que circulan por las ciudades brasile?as son las principales v¨ªctimas de estos grupos de exterminio. El Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE) revel¨® recientemente que el 63% de los ni?os de nueve a 12 a?os que murieron en el pa¨ªs en 1989 fue asesinado.
Luciano Lima da Silva, conocido como Chino, muri¨® acribillado a balazos el mes pasado en el barrio carioca de Lapa Las manos, toscamente atadas a la espalda con alambres, y el orificio de bordes chamuscados dejado por un tiro de gracia, a bocajarro en medio de la frente, denunciaban la acci¨®n de un escuadr¨®n de 1,2 muerte. Es as¨ª como son llamados los varios grupos de extermino que act¨²an en la periferia de las grandes ciudades brasile?as, dedicados a eliminar a supuestos delincuentes o a meros sospechosos. Luciano ten¨ªa 14 a?os y viv¨ªa en la calle desde los nueve, como millones de ni?os abandonados que pululan en las plazas de R¨ªo de,Janeiro, S¨¢o Paulo o Belo Horizonte.El IBGE calcula que 43,6 millones de ni?os brasile?os viven en la miserla. De ¨¦stos, de acuerdo con los datos oficiales, ocho millones habitan en las calles, muchos de ellos sin la menor referencia familiar.
Mendigos y prostitutas
Provenientes de favelas (barrios de chabolas) o de zonas perif¨¦ricas, los ni?os sin techo han sido arrojados a la calle por sus propias familias, que no tienen c¨®mo alimentarlos. De noche duermen bajo las marquesinas o en los porches, se esconden en galer¨ªas comerciales o simplemente pasan las noches acurrucados en las veredas. Durante el d¨ªa andan en grupos; son limpiabotas, mendigos, ladrones o prostitutas. Sucios y harapientos, vocingleros y agresivos, suscitan la ira de los hoteleros y de los comerciantes que trabajan con turistas. Seg¨²n informaciones policiales, el 80% de la poblaci¨®n reclusa brasile?a tiene entre 18 y 25 a?os.
En los ¨²ltimos a?os se ha extendido entre ellos el h¨¢bito de drogarse con cola de zapatero, que llevan en bolsas de pl¨¢stico e inhalan con fruici¨®n, "para no sentir hambre", como explica Bira, un esmirriado muchachito negro de 13 a?os. Bir¨¢, que parece ser el portavoz de una pandilla de 12 o 15 adolescentes que viven bajo unos ¨¢rboles en la playa de Copacabana, dice ganar alg¨²n dinero cuidando autom¨®viles estacionados, "pero a veces aparece alg¨²n gringo con cara de tonto; entonces nos juntamos dos o tres, le robamos la cartera y salimos corriendo Despu¨¦s, por algunos d¨ªas, no hace falta trabajar", declara. Peque?os andrajosos sin familia, raterillos de ocasi¨®n, los ni?os sin techo se convierten en v¨ªctimas de los matones que han implantado clandestinamente la pena de muerte para limpiar las ¨¢reas tur¨ªsticas de R¨ªo de Janeiro, el centro financiero de S¨¢o Paulo o los barrios elegantes de Recife.
La directora del Centro de Defensa del Ni?o y del Adolescente, Ana FiIgueiras, afirma que las cifras del exterminio no llegan a reflejar cabalmente la realidad, pues no incluyen "la gran cantidad de cr¨ªmenes no registrados que alimentan los cementerios clandestinos, donde los traficantes de drogas entierran a sus v¨ªctimas. Las mafias de la coca¨ªna", explic¨® Filgueiras, "suelen utilizar a los ni?os sin techo como vig¨ªas o como instrumentos para el transporte de la droga. Cuando llegan. a saber demasiado matarlos es f¨¢cil y seguro, no habr¨¢ nadie para pedir cuentas".
Wolmer Nascimento, un contable de 39 a?os, coordinador del Movimiento Nacional de Ni?os y Ni?as de la Calle (MNMM), acusa de connivencia con los escuadrones de la muerte a 15 soldados de la polic¨ªa militarizada y a varios funcionarios judiciales, "designados por jueces vinculados a los exterminado res". Nascimento -que ha sido amenazado de muerte por uno de esos grupos y vive bajo custodia permanente de la polic¨ªa federal- destac¨® que, en casi todos los casos, se hallaron en los cad¨¢veres se?ales caracter¨ªsticas de este tipo de homicidios: estaban esposados, con numerosos orificios de bala y marcas de quemaduras de cigarrillos.
Una comisi¨®n especial de la polic¨ªa descubri¨® 15 grupos de exterminio e identific¨® a 59 de sus integrantes, entre los cuales figuraban soldados de la polic¨ªa militarizada, polic¨ªas jubilados, peque?os comerciantes y delincuentes vinculados al tr¨¢fico de drogas. Sin embargo, resultaron procesados s¨®lo dos de los acusados, ya que en general los jueces alegaron falta de pruebas.
El presidente brasile?o, Fernando Collor, promulg¨® recientemente un nuevo estatuto del ni?o y del adolescente que propone alterar la situaci¨®n de la infancia en el pa¨ªs.
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