El candidato comunista en Portugal sorprende
La campa?a del candidato comunista, Carlos Carvalhas, para las elecciones presidenciales portuguesas del pr¨®ximo domingo, constituye una gran sorpresa, y los analistas admiten que el pol¨ªtico espera obtener cerca del 10% de los votos: el mejor resultado obtenido por el Partido Comunista de Portugal (PCP) en unas elecciones presidenciales, dado que en 1980 y en 1986 los candidatos comunistas hab¨ªan desistido antes del acto electoral.
La ¨²ltima encuesta conocida sobre las expectativas de voto, referida a la primera semana de la campa?a, otorga entre el 59% y el 65% al presidente Mario Soares, lo que le asegurar¨ªa la reelecci¨®n en la primera vuelta del domingo; entre el 14,9% y el 19,55% para el candidato derechista Basilio Horta; entre 7,4% y 11, 5% para el comunista Carvalhas y entre 1,7% y 2,5% al candidato de extrema izquierda, Carlos Marques.Lo m¨¢s sorprendente de la campa?a comunista es la presencia de muchos j¨®venes entre quienes apoyan al candidato Carvalhas y la buena acogida que le fue dispensada fuera de los tradicionales bastiones del PCP, sobre todo en el norte del pa¨ªs, tradicionalmente cat¨®lico y conservador.
Las urnas dir¨¢n si esta simpat¨ªa se concreta en votos o sucumbe ante viejos reflejos anticomunistas. Si la respuesta es positiva, el PCP puede esperar sobrevivir a¨²n algunos a?os, privado ya de la mayor parte de sus atributos tradicionales como partido popular, de los pobres y marginados de la modernidad y del progreso. Como testimonio, seg¨²n los socialistas, del atraso pol¨ªtico y cultural portugu¨¦s.
Probable sucesor de Cunhal
Cuando, en su congreso de febrero pasado, el PCP decidi¨® ponderar la eventualidad de presentar una candidatura propia contra la de Mario Soares, esta actitud fue interpretada como una tentativa desesperada de ?lvaro Cunhal de sustraer al PCP de la crisis que minaba a todos los partidos comunistas europeos; y de aislar aun pu?ado de disidentes que contestaban su autoridad y quer¨ªan cambiar a uno de los pocos partidos comunistas aparentemente inmune a las reformas del presidente sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov.Meses m¨¢s tarde, el Comit¨¦ Central del PCP formaliz¨® el anuncio de la candidatura de Carlos Carvalhas, entre tanto designado secretario general adjunto y presunto sucesor del l¨ªder hist¨®rico ?lvaro Cunhal. Los socialistas y la derecha ironizaron acerca de la "p¨¦rdida definitiva del sentido de las realidades" de los viejos dirigentes comunistas portugueses, al presentarse para la jefatura de un Estado europeo, miembro de la OTAN y de la Comunidad Europea, cuando el comunismo se desmoronaba en el mundo.
Carvalhas no es el agitador revolucionario, el caudillo popular que mejor se corresponder¨ªa con el fervor revanchista de algunos de sus correligionarios. En p¨²blico y por televisi¨®n se presenta como un profesional culto, serio y concienzudo.
Esta ausencia de carisma y de agresividad es, parad¨®jicamente, el mejor triunfo de Carvalhas frente al electorado conservador y moderado. Hay que hacer un esfuerzo para recordar que es el candidato comunista, porque las banderas, s¨ªmbolos y esl¨®ganes tradicionales del PCP est¨¢n ausentes.
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