Gonz¨¢lez cuenta con Serra y Solana para puestos relevantes en su Gobierno

Narc¨ªs Serra, ministro de Defensa; Javier Solana, titular de Educaci¨®n, y Jos¨¦ Luis Corcuera, ministro del Interior, estar¨¢n en el pr¨®ximo Gobierno que forme el jefe del Ejecutivo, Felipe Gonz¨¢lez, seg¨²n confirmaron ayer personas del entorno del presidente a modo de decisi¨®n segura. En esos medios se cita a Narc¨ªs Serra y a Javier Solana como candidatos a puestos "relevantes" dentro del Gabinete. No obstante, la soluci¨®n de la crisis de gobierno ha entrado en un comp¨¢s de espera a causa de la situaci¨®n en el golfo P¨¦rsico y de la complejidad de las soluciones pol¨ªticas a adoptar.

Mientras que en el entorno de la Moncloa se asegura que Felipe Gonz¨¢lez no ha decidido todav¨ªa la permanencia del titular de Econom¨ªa y Hacienda, Carlos Solchaga, sectores cercanos al vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, dan como segura su presencia en el pr¨®ximo Gabinete, cuya formaci¨®n se sit¨²a temporalmente en la ¨²ltima semana de este mes de enero.Los interlocutores del ¨¢mbito de La Moncloa afirman que el esquema pensado por Gonz¨¢lez a principios de mes en cuanto a la estructura del futuro Gobierno sigue intacto y con todas las alternativas abiertas, sobre todo en relaci¨®n a las vicepresidencias.

Parad¨®jicamente, en los ¨¢mbitos guerristas no existe duda alguna respecto a que Carlos Solchaga continuar¨¢ en el Gabinete. De ah¨ª, precisamente, el pesimismo que manifiestan desde esas instancias. Ese estado de ¨¢nimo no viene tanto por la continuidad de Solchaga, sino por la eventualidad de que el futuro Gabinete "sea mayoritariamente o totalmente de ese estilo", seg¨²n expresi¨®n de un dirigente de la Comisi¨®n Ejecutiva Federal.

Mientras que en el per¨ªodo que precedi¨® el 32? Congreso del PSOE la actitud de los miembros del aparato del partido fue un tanto belicosa, conscientes de que su fuerza era tal, seg¨²n se demostr¨®, que impedir¨ªa la entrada en la ejecutiva de aquellos que consideraron d¨ªscolos, ahora sus manifestaciones muestran cierto abatimiento. Ello pone en evidencia que la salida de Alfonso Guerra del Gobierno todav¨ªa no ha sido asumida ni por el aparato de la madrile?a calle de Ferraz [sede federal del PSOE], ni por el poder socialista en las federaciones de ¨¢mbito territorial, dominadas mayoritariamente por hombres cercanos al hasta ahora vicepresidente del Gobierno.

Agradecimiento a Guerra

La Comisi¨®n de Subsecretarios aprob¨® ayer, a propuesta del ministro Virgilio Zapatero, que conste en acta el agradecimiento a los servicios prestados por Alfonso Guerra, hasta ahora presidente de dicho organismo, seg¨²n informa No obstante lo cual, a ra¨ªz de esa misma reuni¨®n se han ampliado los comentarios sobre el distanciamiento entre Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra.En estos momentos, la euforia de los ganadores del 32? congreso empieza a matizarse e incluso consideran que su contento fue excesivo, ya que si quienes consideran perdedores ahora se refuerzan en el Gobierno, su poder ser¨¢ mayor. Tambi¨¦n en estos momentos, esos dirigentes rememoran el discurso de Felipe Gonz¨¢lez en la clausura de esa asamblea, en la que pidi¨® al partido que se le respetara su autonom¨ªa en el ¨¢mbito gubernamental, ya que acababan de elegir a la direcci¨®n del partido que hab¨ªan deseado.

Estos dirigentes contaban con la posibilidad de que Alfonso Guerra resistiera a sus deseos -siempre en versi¨®n guerrista- de abandonar el Gobierno, de tal manera que en ese congreso se repet¨ªa profusamente y con cierto aire de generosidad que lo probable es que en el futuro Gabinete permanecieran tanto Guerra como Solchaga. Con la salida de su l¨ªder, consideran dif¨ªcil restablecer el equilibrio en el seno del Gobierno y de momento acatan de mala gana las palabras pronunciadas por Alfonso Guerra en el momento de su dimisi¨®n proclamando "el apoyo" que el partido dispensar¨¢ a cualquier Gobierno que forme Felipe Gonz¨¢lez.

Problema de fondo

En medio de la preocupaci¨®n evidente que albergan los dirigentes del partido socialista, se alza la voz de un grupo minoritario de dirigentes y de alg¨²n ministro, que abogan por el sentido de la responsabilidad que ahora debe ejercitar el partido en un momento en el que se inaugura un nuevo modelo de relaciones, con la esperanza de que nadie opte por irse "a las trincheras".Un hecho diferencia claramente a esta crisis de gobierno respecto a las anteriores sufridas por los gabinetes de Felipe Gonz¨¢lez. Consiste en que los sectores o sensibilidades socialistas ya no se recatan en expresar, siquiera sea en privado, sus deseos y posiciones ante la remodelaci¨®n pendiente, informa . Lo cual es completamente normal en otras democracias, pero en Espa?a choca con la pr¨¢ctica f¨¦rreamente centralizada de las decisiones que afectan al ¨¢mbito pol¨ªtico socialista, hasta ahora dirigido por un tandem -Felipe Gonz¨¢lez-Alfonso Guerra- del que no se sabe hasta qu¨¦ punto permanece intacto, aunque s¨ª parece clara la lealtad del segundo hacia el primero.

Gonz¨¢lez dif¨ªcilmente llevar¨¢ a cabo el reajuste a corto plazo, a causa de la gravedad de la situaci¨®n internacional. El presidente dedica la mayor parte de su atenci¨®n a la crisis del Golfo, si bien es inexacto afirmar que Felipe Gonz¨¢lez no ha dedicado un s¨®lo minuto a los problemas derivados de la dimisi¨®n de Alfonso Guerra y de la recomposici¨®n de su equipo y de las relaciones partido-gobierno-grupo parlamentario, contra la tesis que se suministra con reiteraci¨®n.