No a la intervenci¨®n
El Ej¨¦rcito de EE UU y sus aliados occidentales est¨¢n realizando la mayor acci¨®n genocida desde Vietnam contra el pueblo iraqu¨ª. Es parad¨®jico que "el gran Sat¨¢n", Sadam Husein, que fue apoyado incondicionalmente por EEUU y sus aliados contra Ir¨¢n hace unos meses y que cometi¨® un gran genocidio contra el pueblo kurdo (entonces s¨®lo hubo tibias protestas), sea ahora el m¨¢ximo demonio para Bush & C¨ªa. El objetivo de EE UU no puede ser m¨¢s c¨ªnico: mientras las tropas de EE UU hicieron lo mismo hace unos a?os en Granada y hace unos meses en Panam¨¢ (ocupante actual) y apoyaba a las dictaduras m¨¢s sangrientas latinoamericanas, hasta que dejaron de cumplir su funci¨®n, y apoyando a los reg¨ªmenes m¨¢s racistas en los ¨²ltimos a?os (Israel y Sur¨¢frica), ahora la Administraci¨®n norteamericana brama contra la violaci¨®n de un territorio, cuando a ciencia cierta el objetivo del Gobierno de EE UU es el siguiente: restablecer el control de la zona (y defender los intereses de las multinacionales petroleras), resquebrajado de ra¨ªz la revoluci¨®n, iran¨ª (que hizo caer al principal aliado de EE UU, que era el sha) en 1979, siguiendo con la expulsi¨®n de L¨ªbano unos a?os m¨¢s tarde por las milicias ¨¢rabes fundamentalistas. Ahora EE UU quiere aprovechar esta violaci¨®n territorial iraqu¨ª para desencadenar una ofensiva con el ex hijo pr¨®digo que les ha salido rebelde, y sobre todo, contra el pueblo iraqu¨ª, que le ha plantado cara, y los palestinos (?cu¨¢ntos ni?os iraqu¨ªes habr¨¢n muerto por el boicoteo internacional por falta de alimentos, insulina, etc¨¦tera?). Fuimos 50.000 manifestantes en Madrid, otros tantos en Barcelona, 15.000 en Zaragoza, etc¨¦tera. En el resto del mundo tambi¨¦n ha habido intensas movilizaciones, y es interesante se?alar las manifestaciones y la oposici¨®n creciente del pueblo norteamericano a la intervenci¨®n de su Ej¨¦rcito en Irak (recu¨¦rdese que en Vietnam ello fue decisivo para la retirada de su Ej¨¦rcito). S¨®lo ello puede detener la pol¨ªtica imperialista y belicista de EE UU y sus aliados. La otra cuesti¨®n b¨¢sica es la soluci¨®n del tema palestino con la creaci¨®n de un Estado palestino.- Suscribo plena y apasionadamente el texto ?Alguien ha pensado en las personas? de Jordi Foix i Enric Prat (EL PA?S, 9 de enero). Opino, como ellos, que ninguna de las fuerzas pol¨ªticas que han aprobado una posible intervenci¨®n militar ha pensado en las personas: soldados de varios Estados (obligados y voluntarios), ciudadanos y ciudadanas de Irak, de Jordania, de Gaza, de Arabia Saud¨ª o de Israel, la mayor¨ªa inocentes, morir¨¢n irremisiblemente. Es obvio hablar de las consecuencias de todo orden que comportar¨ªa una guerra de las dimensiones que se preven.
?No ser¨ªa infinitamente m¨¢s barato (en vidas humanas, resultar¨ªa gratis) que todos pag¨¢ramos un poco m¨¢s cara la energ¨ªa (ya lo estamos haciendo), que aparc¨¢ramos un poco m¨¢s nuestros coches, que renunci¨¢ramos un poco a nuestra calidad de vida privilegiada, que el coste de una guerra de imprevisibles consecuencias?
Pero, no, los intereses ego¨ªstas, de hegemon¨ªa pol¨ªtica, econ¨®mica, de orgullo nacional de las grandes potencias que quedan, encandilan a las fuerzas pol¨ªticas de los pa¨ªses turiferarios de turno y sofocan la paz. S¨®lo Francia ha estado dispuesta a desmarcarse impulsando una iniciativa de paz franco-¨¢rabe. Y los ciudadanos de a pie nos sentimos impotentes para hacer o¨ªr nuestra voz, que apasionadamente creo percibir que es contraria a la guerra, pero cuesta hallar canales de expresi¨®n cuando la mayor¨ªa est¨¢n acaparados o mediatizados por los belicistas- Ram¨®n Vinaixa. Andorra la Vella.
Ante el mapamundi, los generales constataron, midieron y sopesaron, calcularon. Fr¨ªamente. Con raz¨®n y con l¨®gica. Necesitaban un enemigo que destruir. Necesitaban una guerra que luchar, hab¨ªa que dar salida a los arsenales de armas ya fabricadas y asegurar que continuaran fabric¨¢ndose. Adem¨¢s, conquistar¨ªan unos recursos que no por encontrarse en territorio ajeno dejaban de considerarse como suyos. Seguir¨ªan dictando las normas del mercado. Lo dem¨¢s no importaba, y menos que nada los millones de seres del inframundo, de otra raza, de otra religi¨®n, que no se merec¨ªan el menor respeto; gente tan atrasada que lapidaba a sus delincuentes en vez de electrocutarlos. Tendr¨ªan la aquiescencia de los dem¨¢s poderes y autoridades. Unos por miedo y otros por conveniencia. Los vencedores se repartir¨ªan el pastel. A las costas de sus oc¨¦anos y a sus garajes particulares no llegar¨ªan la contaminaci¨®n nuclear ni el racionamiento. Eran hombres de firmes principios los generales. Inconmovibles. Y, a la vez, justos. ?No iban a derrocar acaso al enemigo p¨²blico n¨²mero uno, ese dictador cobrizo de bigotes hitlerianos? Y, terminada la guerra, a las mujeres embozadas que a¨²n quedaran se les distribuir¨ªan gratuitamente coca-colas- Amparo P¨¦rez. Madrid.
Abraham. Hablar¨¦ a mi Se?or, aunque sea yo polvo y ceniza. Si un mill¨®n de hombres deseara la paz, ?podr¨ªa evitarse la guerra, Se?or?
Jehov¨¢. No, no podr¨ªa evitarse.
Abraham. Pero, ?y si 1.000 millones de hombres desearan la paz?
Jehov¨¢. Ni aun si 1.000 millones de hombres desearan la paz podr¨ªa evitarse la guerra.
Abraham. Se?or, y si todos los hombres del mundo -?todos menos unos poquitos!- desearan la paz, ?se evitar¨ªa la guerra?
Jehov¨¢. Ni aun as¨ª podr¨ªa evitarse.
Y desapareci¨® el Se?or luego que acab¨® de hablar con Abraham, el cual se volvi¨® a su casa completamente desanimado.Ovidio P¨¦rez. ?vila.
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