El arma del petr¨®leo

Parece que Sadam Husein est¨¢ dispuesto a todo con tal de utilizar el petr¨®leo como arma. Si no puede beneficiarse de la subida de los precios, s¨ª pueden servirle otras utilizaciones, como el actual vertido de crudo en aguas de la costa de Kuwait, el emirato invadido el 2 de agosto.El presidente iraqu¨ª quiere seguir cumpliendo sus promesas de arrasar Kuwait antes que abandonarlo; sin embargo, al igual que el incendio de varios pozos de petr¨®leo en d¨ªas atr¨¢s, las ventajas militares que puede obtener con sus acciones son m¨¢s bien escasas.

Con la imagen de las trincheras listas para que se llenen con petr¨®leo ardiendo, se ha dicho que la marea negra tambi¨¦n podr¨ªa servir como una barrera defensiva ante desembarcos anfibios, ya que, al prenderse, impedir¨ªa un acercamiento de las tropas a la costa.

Seg¨²n diversos expertos de compa?¨ªas petroleras, no es sencillo hacer que arda la mancha de crudo. Es m¨¢s, en los ¨²ltimos a?os, compa?¨ªas especialistas en incendios han desarrollado distintos sistemas qu¨ªmicos para acabar con los fuegos accidentales en extracciones petrol¨ªferas. El Gobierno saud¨ª se ha puesto ya en contacto con una de las l¨ªderes en el sector. En cualquier caso, el director de operaciones del Estado Mayor norteamericano ha afirmado categ¨®ricamente que el vertido, con una mancha de unos 16 kil¨®metros de largo, "no tendr¨¢ ning¨²n impacto en la situaci¨®n militar".

De todas formas, peque?os problemas s¨ª pueden presentarse, aunque ninguno que no tenga soluci¨®n. Lo m¨¢s urgente, dependiendo de c¨®mo se desplace la marea, es mantener libres las desalinizadoras que suministran agua dulce a Arabia Saud¨ª.

Errores de Sadam

No obstante, es imaginable que en la mente de Sadam haya algo m¨¢s que un nuevo atentado terrorista, esta vez de car¨¢cter ecol¨®gico. Por ejemplo, si sigue cometiendo o amenazando con nuevas acciones de esta naturaleza (conectar algunos pozos con las terminales fuera de la costa para que el vertido al mar no se interrumpa), tal vez piense que obligue a los aliados a precipitar una campa?a terrestre a la que no est¨¢n inclinados por el momento. Pero Sadam se ha equivocado muchas veces en sus apreciaciones. Quiz¨¢ los aliados tengan que dedicar mayor atenci¨®n a Kuwait, pero liberar unos pozos puede hacerse a trav¨¦s de comandos y operaciones especiales.

Se equivoque o acierte, Sadam Husein sigue actuando como un l¨ªder desesperado. Con un gran potencial b¨¦lico que no puede utilizar frente a una coalici¨®n que no se rompe, y con un Ej¨¦rcito que, seg¨²n el estado y las declaraciones de los desertores y prisioneros, est¨¢ ya sufriendo lo que es la guerra sin haber disparado apenas un tiro.

Rafael L. Bardaj¨ª es director del Grupo de Estudios Estrat¨¦gicos.