Los centros para enfermos cr¨®nicos se encuentran colapsados por falta de alternativas
La red de asistencia sanitaria para enfermos cr¨®nicos se encuentra colapsada por la falta de residencias asistidas y servicios alternativos para el cuidado de los ancianos. El mayor centro especializado en enfermos cr¨®nicos, el hospital de Sant Gervasi de Barcelona, tiene en estos momentos m¨¢s de 150 enfermos que han recibido el alta m¨¦dica pero permanecen en el hospital porque no tienen d¨®nde ir. La red sanitaria parece una ciudad saturada de tr¨¢nsito con todas sus salidas cerradas, lo que est¨¢ dando lugar a todo tipo de picarescas. En Madrid, un responsable del Insalud reconoce que la Seguridad Social "no tiene una respuesta adecuada para este tipo de enfermos". Seg¨²n Sanidad, a las 45.000 camas que hay actualmente habr¨ªa que a?adir otras 80.000.
La poblaci¨®n de enfermos cr¨®nicos la componen los afectados por dolencias reum¨¢ticas, patolog¨ªas respiratorias, cardiovasculares y de tipo ps¨ªquico, procesos todos ellos asociados a la vejez. Simult¨¢neamente, la falta de residencias -se necesitan 100.000 plazas para atender la demanda actual- en las que atender a los ancianos mantiene colapsados los hospitales para enfermos cr¨®nicos.Esta situaci¨®n impide el ingreso de otros enfermos, que a su vez colapsan los grandes hospitales de agudos, como Valle de Hebr¨®n, Sant Pau o el hospital del Mar, en Barcelona, e impiden que se acorten las largas listas de espera de pacientes que han sido programados para ser operados. En Madrid, La Paz o el hospital Doce de Octubre atraviesan por situaciones similares. En muchos casos, los propios servicios de urgencias de los grandes hospitales de agudos se niegan a ingresar a determinados enfermos, habitualmente ancianos en situaci¨®n terminal, y los derivan hacia los hospitales de cr¨®nicos, donde tampoco encuentran plaza.
Los trastornos respiratorios que van asociados con el invierno hacen que enero y febrero sean tradicionalmente los dos meses de m¨¢xima ocupaci¨®n de los hospitales. Insalud Madrid reconoce que los hospitales se encuentran congestionados, "sobre todo, debido a los abuelos". Reconocen tambi¨¦n que es frecuente el hecho de que un paciente que tiene el alta hospitalaria no abandone el centro, porque no tiene d¨®nde ir. "Son situaciones muy cr¨ªticas que se resuelven muy crispadamente. La oferta de camas es peque?a, y los m¨¦dicos se enfrentan al problema deontol¨®gico de luchar con una familia que no quiere sacar al enfermo del hospital, porque no se ve capacitada para atenderlo en casa, y el hecho de que ¨¦ste est¨¢ ocupando una cama que puede salvar la vida de un enfermo grave".
Atasco
En Madrid, los ingresos de ancianos suponen el 60% de los casos de urgencias cl¨ªnicas. En el hospital de la Fuenfr¨ªa, centro de referencia del hospital La Paz para pacientes cr¨®nicos, la lista de espera est¨¢ situada en una media de 50 pacientes al mes. "Todos los ingresos son programados; no hay urgencias, y se trata, generalmente, de mujeres con patolog¨ªas de tipo neurol¨®gico o de medicina interna", explica un portavoz de La Paz. Con una capacidad de 270 camas, la estancia media en Fuenfr¨ªa est¨¢ situada en mes y medio.El atasco llega a todas partes, y ello provoca una disfunci¨®n general que acaba afectando a toda la red sanitaria, y ha dado lugar a todo tipo de picarescas. En Barcelona, a excepci¨®n del hospital de Sant Gervasi, cuyos ingresos son directamente controlados por un inspector de la Seguridad Social, en la mayor¨ªa de los centros de convalecientes concertados -peque?as cl¨ªnicas adaptadas para cumplir esta funci¨®n- es pr¨¢ctica com¨²n examinar el historial cl¨ªnico antes de confirmar si existe plaza, para poder efectuar una rigurosa selecci¨®n de enfermos. Aqu¨¦llos con patolog¨ªas molestas o conflictivas son sistem¨¢ticamente rechazados con el pretexto de que no hay camas libres.
Algunos centros, una vez admitido el enfermo, advierten a la familia que deber¨¢ hacer una aportaci¨®n extraordinaria, porque lo que paga el ICS no es suficiente. La mayor¨ªa de las familias, ante la eventualidad de perder la plaza e iniciar un nuevo calvario de solicitudes, acceden al pago, que se plantea en forma de donativo y suele oscilar entre las 10.000 y las 20.000 pesetas mensuales.
"Voluntarios" especiales
La mayor¨ªa de los centros carece de personal suficiente para cubrir todos los servicios que precisan estos enfermos, por lo que tambi¨¦n se ofrecen a la familia servicios especiales a cargo de voluntarios. Algunas cl¨ªnicas no garantizan dar la comida a los enfermos que no se valen por s¨ª mismos. En este caso, la cl¨ªnica dispone de personal ajeno al centro que se ofrece a la familia para dar la comida al paciente a cambio de una propina diaria que suele oscilar en torno a las 500 pesetas. Como la demanda es tan desmesuradamente desproporcionada respecto a la exigua oferta, el amiguismo funciona a todos los niveles, de modo que los peor parados son los ancianos y enfermos m¨¢s pobres y con patolog¨ªas m¨¢s graves, porque son los que menos capacidad de influencia tienen.Algunos asistentes sociales tratan de ingresar al enfermo a trav¨¦s del servicio de urgencias de un gran hospital de agudos, porque la cuesti¨®n est¨¢ en lograr penetrar en la red sanitaria. Pero este recurso, que hasta ahora hab¨ªa solventado situaciones angustiosas, ya no es posible, porque los hospitales son cada vez m¨¢s restrictivos y s¨®lo ingresan a los enfermos que presentan una crisis aguda.
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