Se avecina la batalla terrestre
Tres factores de la guerra del Golfo apuntan claramente a la inminencia de un asalto terrestre contra las posiciones iraqu¨ªes en Kuwait: el escepticismo expresado el martes por el presidente George Bush, sobre la suficiencia de los masivos bombardeos aliados para desalojar a Irak del emirato; la presencia del veterano acorazado Missouri frente a las costas kuwalt¨ªes, y el anuncio del viaje a Arabia Saud¨ª, esta semana, de los responsables pol¨ªtico y militar del Pent¨¢gono, el secretario de Defensa, Dick Cheney, y el jefe del Estado Mayor conjunto, general Colin Powell.La esperanza expresada al principio de las hostilidades, de que esta guerra podr¨ªa ser ganada exclusivamente por la acci¨®n de la aviaci¨®n sin tener que recurrir a una costosa batalla terrestre, se va desvaneciendo a medida que pasan los d¨ªas, y el mando militar norteamericano y aliado no percibe lo que el general Norman Schwarzkopf, califica de
grietas sustanciales" en la resistencia de las 10 divisiones de ¨¦lite iraqu¨ªes, formadas por la Guardia Republicana y los cuerpos acorazados desplegados en el sur de Irak y el norte de Kuwait.
El propio Bush, para quien las bajas de un sangriento enfrentamiento terrestre se traducir¨¢n en una seria erosi¨®n de su actual apoyo popular, manifest¨® en una rueda de prensa el martes que, personalmente, era "esc¨¦ptico" sobre la posibilidad de que s¨®lo la guerra en el aire fuera capaz de forzar una derrota iraqu¨ª.
Precisamente, el objetivo fundamental del Inminente viaje que realizar¨¢n Cheney y Powell al teatro de operaciones, y cuya fecha exacta no se ha anunciado por razones de seguridad, es realizar junto al comandante supremo aliado, general Schwarzkopf, una evaluaci¨®n sobre el terreno para decidir cu¨¢ndo se iniciar¨¢ la guerra terrestre.
Todos los indicios apuntan a que la batalla final para desalojar al Ej¨¦rcito iraqu¨ª de sus posiciones actuales comenzar¨¢ dentro del mes actual, a pesar de las declaraciones de Bush y de sus colaboradores de que el presidente iraqu¨ª, Sadam Husein, "no fijar¨ªa el calendario de la guerra".
La ubicaci¨®n actual de varias unidades navales norteamericanas, entre ellas las de los hist¨®ricos acorazados Wisconsin y Missouri, a s¨®lo 16 kil¨®metros de la costa kuwait¨ª para bombardear las defensas iraqu¨ªes en Kuwait indica dos cosas: la primera, que tanto la aviaci¨®n como la marina de Irak han dejado de constituir una amenaza para la flota norteamericana y aliada en el Golfo; la segunda, que, seg¨²n todos los manuales de estrategia militar, cualquier operaci¨®n anfibia de desembarco est¨¢ precedida por un bombardeo masivo de las posiciones enemigas.
Mientras la flota ha avanzado hasta el norte de] Golfo y las unide acorazadas de choque norteamericanas est¨¢n siendo desplegadas, el mayor contigente de marines congregados desde la guerra de Corea se prepara intensamente para lanzarse sobre las playas de Kuwait desde los transportes militares.
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