Les soltaron toros

Despu¨¦s de tres d¨ªas feriales con figuras de la noviller¨ªa, el cuarto ya no ten¨ªa figuras; o sea, que mengu¨® el cartel pero creci¨® el toro. No novillo, seg¨²n hab¨ªa sido anunciado y correspond¨ªa: toro. Adem¨¢s, toro-toro. Porque tampoco se trataba del tor¨ªn que suelen lidiar las figuras del escalaf¨®n superior; antes bien, se trataba del torazo que recibe las varas reglamentarias, o m¨¢s incluso, y a pesar del castigo, llega a los siguientes tercios tan entero como si en lugar de puyazos le hubieran puesto inyecciones de vitaminas.Tres de esos toros tomaron en toda regla, las tres varas que el reglamento prescribe, y uno, cuatro, y ese uno de cuatro, lidiado quinto, se convirti¨® en un barrab¨¢s enfurecido, que no le admit¨ªa ni un pase a Erik Cortez y, encima, no se quer¨ªa morir, lo cual es una desconsideraci¨®n intolerable. Pero menos se quer¨ªa morir el sexto, un bronco reserv¨®n de los que desarrollan sentido, y lo desarrollaba con tanta rapidez, que apenas Ni?o de Legan¨¦s le hubo instrumentado par de ayudados, ya sab¨ªa m¨¢s tauromaquia de la que encierra el Coss¨ªo.

No es nuevo en la fiesta que para espadas modestos salga el toraco y para figuritas, la mona. Por el contrario, esa es la norma. La fiesta tiene unas caracter¨ªsticas que ha ido configurando en el transcurso de su ya larga historia, y son la casta, el arte, el valor, y junto a esto, la poca verg¨¹enza, en complicada amalgama. El porcentaje en que se distribuyen esas caracter¨ªsticas var¨ªa seg¨²n los casos, y en el presente montaba la poca verg¨¹enza el porcentaje mayor; pues hace falta tener poca verg¨²enza para soltar lo que les soltaron a los modestos novilleros.

De cualquier forma, la modestia de quienes participaron en esta encerrona valdemorillana es relativa. Mariano Jim¨¦nez y Ni?o de Legan¨¦s han tenido importantes actuaciones en Madrid, sin ir m¨¢s lejos (unos 45 kil¨®metros). Y se not¨®. Jim¨¦nez, con ganado manejable, hizo un toreo de calidad, en el que destacaron la pulcritud, la hondura y el gusto con que interpret¨® redondos y naturales.

Ni?o de Legan¨¦s se vio desbordado por su lote infernal, aunque lo liquid¨®, y eso ya tuvo enorme m¨¦rito. Erik Cortez, torero venezolano de color, mostr¨® un estilo escasamente ortodoxo en su faena al segundo toro. Al quinto hubo de trastearlo brevemente, pues ten¨ªa un peligro tremendo y cada una de sus intempestivas embestidas llevaba impl¨ªcito el riesgo de la cornada.

La corrida dur¨® much¨ªsimo y a¨²n se prolong¨® con la presentaci¨®n de Jos¨¦-Tom¨¢s Rom¨¢n, un muchacho de 14 a?os de edad, poquita cosa en lo f¨ªsico, pero grande en lo art¨ªstico, pues torea como los ¨¢ngeles. A pesar de que hab¨ªa ca¨ªdo la noche, nevaba de vez en cuando y hac¨ªa un fr¨ªo siberiano, la afici¨®n se qued¨® a verle y disfrut¨® con su toreo. La afici¨®n no ten¨ªa m¨¢s que palabras de admiraci¨®n para el chaval debutante, y m¨¢s a¨²n para los asendereados novilleros que le precedieron. Y para quien les meti¨® en la encerrona de los torazos pregonaos, reserv¨® un selecto surtido de vocablos, elegidos entre los m¨¢s gruesos que atesora la rica lengua castellana.