Pol¨ªtica de avestruz

Desde que estall¨® la crisis del Golfo, el Gobierno espa?ol ha cometido varios errores:1. No saber decidir con claridad y sin ambig¨¹edades la postura a adoptar, teniendo en cuenta nuestras vinculaciones con organismos internacionales como la OTAN, la ONU o la CE.

2. Insistir en que nuestros buques est¨¢n en la zona (sic) en misi¨®n de paz, cuando ya se hab¨ªa producido la situaci¨®n b¨¦lica.

3. A ra¨ªz de la tr¨¢gica p¨¦rdida de vidas en el bunker en Bagdad, el Gobierno opina que los bombardeos de Irak deben cesar para concentrarse sobre Kuwait, olvidando de esta manera fr¨ªvola que la guerra va contra Irak y no contra Kuwait.

4. Destituir a unos funcionarios del Ministerio de Cultura por tener la osad¨ªa de expresarse en contra de la guerra y en contra de la postura del Gobierno espa?ol, lo cual evidencia que tan sonadas expresiones como democracia, libre expresi¨®n y Estado de derecho carecen de sentido alguno, a la vez que nos muestra que Jorge Sempr¨²n se ha contaminado de la misma arrogancia, intolerancia e insensibilidad que sus amos.

5. Declarar que el T¨ªo Sam est¨¢ contento con el papel que ha desempe?ado Espa?a en la crisis, con lo cual podemos interpretar que EE UU se alegra de que Espa?a se quite de en medio y que les dejemos pista libre para el paso de sus B-52.

Todo ello indica que en este desagradable asunto, entre otros, no debemos tomar muy en serio este Gobierno y sus actitudes de avestruz.- Petrel, Alicante.

El lunes d¨ªa 4

de febrero, EL PA?S public¨® una cr¨®nica del enviado especial Juan Jos¨¦ Azn¨¢rez acerca de la guerra en el golfo P¨¦rsico. El motivo principal de esta carta es para protestar por una opini¨®n del se?or Azn¨¢rez desafortunada y grosera.

Dice el se?or Azn¨¢rez que el sargento Garc¨ªa lleva en su casco las bragas de su novia, "a la manera del milagroso detente bala de los carlistas navarros

Yo luch¨¦ en un tercio del Requet¨¦ andaluz durante la cruzada y llev¨¦ un detente. Nunca cre¨ª, ni nadie a mi alrededor, que fuera milagroso. Simplemente era una muestra p¨²blica de nuestra fe y una petici¨®n, tambi¨¦n p¨²blica, de ayuda divina en circunstancias dif¨ªciles. Comparar un detente, en el que se inscribe una rogativa junto a la imagen de Jes¨²s, con unas bragas usadas, al menos, desafortunado y grosero.

El sargento Garc¨ªa parece ser simplemente un fetichista sexual como hay muchos. Los requet¨¦s que llev¨¢bamos el detente no pon¨ªamos nuestra esperanza en el trozo de tela, sino en Jes¨²s. Lo cual es bastante m¨¢s serio.- Jos¨¦ Herrera. Sevilla.