El padre 'pr¨®digo'
Condenado a pedir permiso a su hijo para disponer de sus bienes
"Hijo, ?me das dinero para salir con mi novia?". No es una prejunta ni una adivinanza. Es la consecuencia de la condena que la Audiencia de Zaragoza impuso a Rafael G. L., un empresario que abandon¨® su hogar cuando su esposa le neg¨® la separaci¨®n y se fue a vivir con otra mujer. La abandonada esposa trat¨® de que le internasen por alcoh¨®lico, pero al no conseguirlo, atac¨® los "desenfrenados" gastos de la pareja. El empresario fue declarado pr¨®digo y si el Tribunal Supremo no lo cambia, necesitar¨¢ el permiso de su hijo para poder disponer de su patrimonio.El pr¨®digo es, seg¨²n nuestro Derecho hist¨®rico (Partida 5,11,5) un "desgastador de sus bienes". Pero sus gastos deben ser "desordenados e irreflexivos" hasta la "irracional complacencia en el despilfarro". La cuesti¨®n que debe resolver ahora el Tribunal Supremo es si el empresario despilfarr¨® alocadamente un dinero en atenciones a su nueva compa?era o si simplemente se limit¨® a vivir con la holgura propia de una acomodada posici¨®n econ¨®mica.
Casado y padre de dos hijos, Rafael G. L. cambi¨® un buen d¨ªa su convivencia con su esposa, Esperanza B., por una nueva vida con otra compa?era. Al no conseguir una separaci¨®n bien avenida dej¨® atr¨¢s su f¨¢brica de harinas en un pueblito aragon¨¦s y se instal¨® por su cuenta en Zaragoza.
Esperanza B., la esposa abandonada, le hizo seguir por detectives hasta averiguar que viv¨ªa con una empleada. Al no conseguir incapacitarle por alcoh¨®lico, apel¨® a que los "desenfrenados gastos" de la pareja estaban estrangulando la econom¨ªa familiar.
Un dormitorio de dote
Rafael era de otra opini¨®n: "la ¨²nica dote de mi mujer fue su persona y un dormitorio", contest¨® a la demanda presentada por su esposa en el juzgado. Tras la separaci¨®n le dej¨® un piso de 20 millones y gracias a un legado familiar, do?a Esperanza se encontr¨® gratis et amore con un 25% de la f¨¢brica de harinas".Seg¨²n el empresario, su pecado fue que nunca supo "decir que no" a su esposa. No pod¨ªa ni tomarse unas copas con los amigos, porque su esposa le interrogaba "como a un ni?o". Esperanza, a su vez, esgrimi¨® que Rafael y su pareja hab¨ªan gastado m¨¢s de 22 millones en elos a?os.
La cuesti¨®n es tanto m¨¢s compleja cuanto que las dos sentencias preexistentes son contradictorias. Un juez de Zaragoza sentenci¨® en primera instancia que el empresario no pod¨ªa ser declarado pr¨®digo "porque en ning¨²n momento se ha perfilado con nitidez cu¨¢l sea el montante econ¨®mico de sus bienes"'. "Una cosa es la conducta dilapidadora y otra muy distinta la crisis econ¨®mica de cierta empresa", explicaba el magistrado.
Disconforme con este fallo, Esperanza B. recurri¨® a la Audiencia de Zaragoza. Este tribunal vincul¨® la "situaci¨®n cr¨ªtica" de la empresa a que el marido "se hab¨ªa desentendido" y la situaci¨®n econ¨®mica de la esposa era debida al "inter¨¦s del demandado hacia la otra mujer". La sentencia, fuertemente conservadora, concluy¨® declarando "pr¨®digo" a Rafael G. y designando "curador" a su hijo, sin cuyo consentimiento el empresario no podr¨¢ realizar disposiciones patrimoniales de cierto alcance.
En el recurso visto ayer ante el Tribunal Supremo, el abogado del empresario sorprendi¨® a la sala al asegurar que el matrImonio hab¨ªa conseguido el divorcio y a la esposa le hab¨ªan quedado "4000 o 500 millones de la liquidaci¨®n de la sociedad de gananciales".
El fiscal jefe de la Sala de lo Civil, Jes¨²s Vicente Chamorro, apoy¨® el recurso del empresario y record¨® que el promedio de gastos del declarado pr¨®digo fue de 894.000 pesetas al mes. "Hay quien se gasta dos millones al mes en alquilar un chal¨¦ en verano", record¨® no sin cierta malicia en clara alusi¨®n a algunos personajes p¨²blicos.
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