Medicina de combate
Las nuevas guerras traen consigo nuevos problemas f¨ªsicos y ps¨ªquicos para los soldados
Una ventaja que ofrece la guerra del Golfo es que las mejoras en equipamiento m¨¦dico y formaci¨®n se traducen en una mayor probabilidad de supervivencia para los heridos. Sin embargo, el peligro f¨ªsico para los soldados no ha disminuido porque es tambi¨¦n mayor la precisi¨®n mortal de la moderna maquinaria b¨¦lica, al tiempo que aparecen nuevas armas con multiplicado poder destructor. Entre las efectos ps¨ªquicos del combate sigue planeando a finales del siglo el fantasma de la fatiga de guerra, que ya afectara a los combatientes de la II Guerra Mundial.
Seg¨²n el profesor Charles Rob, consejero m¨¦dico del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, las nuevas guerras revelan nuevos problemas sanitarios. Dejando de lado el impredecible horror de las armas qu¨ªmicas -contra un ej¨¦rcito carente de experiencia en ese tipo de combate-, encontramos la velocidad de los modernos proyectiles. "La bala se ha hecho mucho m¨¢s r¨¢pida en el transcurso de los a?os. Hace explosi¨®n al penetrar en el cuerpo y destroza una cantidad de tejido mucho mayor que antes", afirma el profesor. Charles Rob, catedr¨¢tico de Cirug¨ªa en el hospital St. Mary de Londres, cuenta con una experiencia de 50 a?os en el tratamiento de heridos de guerra en muy distintos escenarios del mundo. Durante la II Guerra Mundial sirvi¨® en el Primer Batall¨®n Paracaidista del Ej¨¦rcito brit¨¢nico en Italia y el norte de ?frica. M¨¢s tarde asesor¨® a las fuerzas de EE UU en Vietnam, y actualmente lo hace en el Golfo.El profesor Rob dice que aunque hoy d¨ªa los heridos tienen m¨¢s probabilidades de sobrevivir si escapan a un bombardeo o a un tiroteo, es m¨¢s probable tambi¨¦n que un n¨²mero mayor de gente pueda encontrar la muerte inmediata como consecuencia del enorme poder explosivo y de la mayor precisi¨®n de la maquinaria de guerra moderna. "Si eres alcanzado por la explosi¨®n de una bomba, vuelas por los aires y no hay mucho que hacer", dice.
La log¨ªstica de la atenci¨®n m¨¦dica desplegada en el Golfo en principio se diferenciar¨¢ poco de la de las ¨²ltimas guerras. Los cirujanos destacados en el frente se localizar¨¢n en peque?as unidades a unas 10 millas del combate, fuera del alcance medio del fuego. Estas unidades ser¨¢n f¨¢cilmente desplazables, de forma que puedan seguir la evoluci¨®n de la l¨ªnea de frente. "Una guerra en el desierto se parece mucho a una batalla naval; hay muchas maniobras", explica Rob.
Ser¨¢ fundamental que los hospitales de campana est¨¦n aprovisionados de agua y sangre. Deber¨ªa asegurarse el transporte de los heridos en helic¨®ptero desde el frente en cuatro o cinco horas.
Quienes lo requieran -aquellos con heridas de abdomen o extremidades- ser¨ªan operados en el hospital de campa?a. Los heridos en la cabeza ser¨ªan trasladados al principal hospital de la regi¨®n, en este caso en Dahran. Las m¨¢s comunes ser¨¢n, con mucho, las heridas en miembros, con un n¨²mero elevado de fracturas. Los afectados por heridas en cabeza, pecho o abdomen en general mueren.
Enfermedades ven¨¦reas
Los f¨¢rmacos de hoy d¨ªa pueden controlar muchas infecciones. El profesor Rob recuerda la llegada de los antibi¨®ticos en el segundo semestre de 1943. Aunque fueron muy ¨²tiles con las heridas, asegura: "El mayor beneficio obtenido con ellos fue en el tratamiento de enfermedades ven¨¦reas". Los m¨¦dicos de campana tambi¨¦n tratan lo que en la I Guerra Mundial se conoc¨ªa como fatiga de guerra; y en la II Guerra Mundial como neurosis de guerra. "En cada guerra recibe un nombre distinto, dice Rob, pero significa esencialmente lo mismo: los soldados est¨¢n angustiados o exhaustos. En general, si se les dan tres d¨ªas de descanso,se recuperan y pueden volver. Pero otros se trastornan completamente y tienen que pasar meses con un tratamiento especial". Entre los aliados apenas hay experiencia en el tratamiento de heridas por armas qu¨ªmicas y l¨®s expertos son cautelosos al discutir la respuesta m¨¦dica.Copyrigh The Independent - EL PA?S.
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