Futuro sombr¨ªo
BELGRADO HA sido escenario en los ¨²ltimos d¨ªas de grandes protestas contra los m¨¦todos antidemocr¨¢ticos del Gobierno y del presidente de la Rep¨²blica de Serbia, Slobodan Milosevic. El s¨¢bado pasado, los choques entre polic¨ªas y manifestantes causaron dos muertos y un centenar de heridos. El Gobierno serbio recurri¨® al Ej¨¦rcito, cuyos tanques ocuparon el centro de la capital. Si bien ¨¦stos fueron retirados al cabo de unas horas, Belgrado sigue sometido a la vigilancia de un enorme dispositivo policial. A despecho de esas medidas, las protestas contin¨²an y los estudiantes han declarado una huelga general. La capital yugoslava no hab¨ªa conocido, desde la II Guerra Mundial, un enfrentamiento de tales proporciones entre el pueblo y la fuerza p¨²blica.Estas manifestaciones evidencian el considerable desgaste del presidente Milosevic, dirigente comunista que logr¨® una gran popularidad agitando audazmente la demagogia nacionalista y que venci¨® claramente en las elecciones de diciembre pasado. Despu¨¦s de haber bautizado al viejo partido comunista con el nombre de socialista, ha seguido aplicando, despu¨¦s de las elecciones, los m¨¦todos dictatoriales tradicionales. As¨ª, Serbia se ha alejado de la evoluci¨®n realizada en otras rep¨²blicas yugoslavas, como Eslovenia y Croacia, donde ha avanzado la democracia pluralista, cierto que con fuertes dosis de nacionalismo -fruto, sin duda, de la historia-, pero obviamente exacerbado como reacci¨®n frente a las pretensiones de una Serbia que combina sus ansias hegem¨®nicas con un apego anacr¨®nico al autoritarismo comunista.
El asunto concreto que provoc¨® las manifestaciones de Belgrado fue la manipulaci¨®n descarada de la televisi¨®n por el Gobierno serbio, el cual cerr¨® adem¨¢s la primera estaci¨®n independiente, Studio B. El falseamiento sistem¨¢tico de la informaci¨®n origin¨® una indignaci¨®n creciente, que se expres¨® en las manifestaciones de estos d¨ªas, apoyadas por los partidos de la oposici¨®n y principalmente por los estudiantes.
El presidente Milosevic, que siempre ha alardeado de contar con el apoyo entusiasta de las mayor¨ªas serbias, se encuentra en una situaci¨®n dificil. Su primera reacci¨®n ha sido la represi¨®n brutal y la amenaza de utilizaci¨®n del Ej¨¦rcito. Ha detenido incluso a dirigentes del Partido del Renacimiento Serbio, acus¨¢ndoles de "v¨¢ndalos" y de "traidores" por haber organizado la manifestaci¨®n. Pero una represi¨®n de ese g¨¦nero puede tener consecuencias peligrosas para Yugoslavia, en un momento en que las diversas rep¨²blicas de la federaci¨®n est¨¢n discutiendo su futuro. Es significativo que el primer ministro federal, Ante Markovic -cuyo papel esencial hoy es buscar v¨ªas para que Yugoslavia no se rompa-, ha condenado la represi¨®n y el empleo del Ej¨¦rcito. Por otra parte, lo ocurrido en Belgrado ha despertado grandes inquietudes en Croacia y en Eslovenia: temen que el empleo del Ej¨¦rcito contra los estudiantes serbios sea un paso hacia su utilizaci¨®n contra las rep¨²blicas que no acepten seguir en una federaci¨®n hegemonizada por el nacionalcomunismo serbio.
Eslovenia, que se prepara para realizar su independencia seg¨²n lo votado en el refer¨¦ndum de diciembre pasado, ha propuesto una soluci¨®n flexible para Yugoslavia: una confederaci¨®n de diversos grados, con relaciones m¨¢s estrechas entre Serbia, Montenegro y Macedonia, y con plena soberan¨ªa para Eslovenia y Croacia. Si no se ponen de acuerdo todas las rep¨²blicas sobre una f¨®rmula amplia, no parece que se pueda evitar la desmembraci¨®n del Estado federal. El mayor obst¨¢culo es la negativa de Serbia a una soluci¨®n confederal.
Si los actuales choques en Belgrado no convencen a Milosevic de que necesita revisar su intransigencia -y no hay signos de ello por ahora-, el futuro se presenta muy sombr¨ªo para Yugoslavia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ante Markovic
- Opini¨®n
- Democracia
- Slobodan Milosevic
- Manifestaciones
- Serbia
- Transici¨®n democr¨¢tica
- Represi¨®n pol¨ªtica
- Protestas sociales
- Comunismo
- Malestar social
- Europa este
- Ideolog¨ªas
- Conflictos pol¨ªticos
- Gobierno
- Problemas sociales
- Administraci¨®n Estado
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Centroeuropa
- Europa