Mozart y Mannheim
Mozart tuvo una relaci¨®n muy estrecha con Mannheim. En la primera ocasi¨®n que estuvo en esta ciudad, en 1763, fue cuando se le permiti¨® tocar ante la corte: era un ni?o prodigio de siete a?os.En aquella ocasi¨®n le acompa?aba su madre. Despu¨¦s, 15 a?os m¨¢s tarde, le acompa?¨® su padre. Esta segunda presencia en Mannheim tuvo una influencia enorme y decisiva en el desarrollo del joven Mozart, tanto art¨ªstico como humano, a pesar de que las esperanzas que ten¨ªa de convertirse en el compositor de c¨¢mara de la corte no se realizaron. Pero, exist¨ªan muchas intrigas en contra del joven se?or maestro, cuyas declaraciones p¨²blicas sol¨ªan ser imprudentes, aunque sinceras. A pesar de ello, Karl Tneodor estaba absolutamente decidido a contratar a Mozart, puesto que su m¨²sica le encantaba. Sin embargo, parece ser que fue el abate Vogler quien consigui¨® retrasar la decisi¨®n del pr¨ªncipe elector. Poco despu¨¦s, en diciembre de 1777, se decidi¨® el traslado de la corte a M¨²nich, y esto modific¨® todos los planes, puesto que, l¨®gicamente, la orquesta y la ¨®pera se trasladaron con la corte. Esto sucedi¨® en el verano de 1778.
La influencia de la atm¨®sfera musical de Mannhem¨ª tuvo para Mozart un valioso efecto. Por ejemplo, en Marinheim conoci¨® por primera vez el sonido del clarinete, que hasta entonces nunca hab¨ªa escuchado. Por otra parte, tambi¨¦n las experiencias humano- art¨ªsticas fueron esenciales para su desarrollo: su estrecha relaci¨®n con los m¨²sicos de la ciudad, sobre todo con Cannabich y Wendling, y con chicas j¨®venes a las que am¨® m¨¢s o menos plat¨®nicamente, como Gustl Wendling y Rosa Cannabich, y su gran amor de la ¨¦poca de Mannheim, la hija del cantante Weber, Aloysia, de 15 a?os, cuya hermana menor, Constanza, se convirti¨® despu¨¦s en esposa de Mozart.
El traslado de la corte de Karl Tneodor fue el motivo de que el encargo de la ¨®pera Idomeneo y su estreno, en 1782, tuviera lugar en M¨²nich y no en Marindheim unos a?os antes.
Al regreso de Par¨ªs en noviembre de 1778, Mozart volvi¨® a Mannheim, pero no encontr¨® all¨ª ni a su amada ni a la mayor parte de los m¨²sicos, puesto que ya se hab¨ªan trasladado a M¨²nich. En su carta del 12 de noviembre del mismo a?o, Mozart escribe a su padre: "Desde que estoy aqu¨ª, no he podido comer en casa ni una sola vez, todos se pelean por estar conmigo. En una palabra: lo mismo que yo amo a Mannheim, Mannheim me ama a m¨ª". Entonces todav¨ªa se pensaba que Karl Tneodor volver¨ªa a esta ciudad, porque no podr¨ªa soportar por mucho tiempo "las vulgaridades de los se?ores b¨¢varos" y el mismo Mozart, que es quien formul¨® esta frase, se sent¨ªa unido a Mannheim y no a M¨²nich.
Cuando Mozart lleg¨® esta vez, el Pr¨ªncipe Elector ya hab¨ªa dictado la orden para crear un Teatro Nacional en Mannheim (orden fechada el 1 de Septiembre de 1778) bajo la direcci¨®n de Dalberg.
Drama musical
All¨ª conoci¨® Mozart una nueva variaci¨®n del drama musical alem¨¢n, en la forma de D¨²o-Drama, pero que en realidad era un Monodrama, ya que el segundo personaje s¨®lo ten¨ªa intervenciones cortas para dar pie a la actuaci¨®n del personaje principal. Georg Benda fue el compositor m¨¢s dotado para este tipo de obras, destacando entre otras Medea. Mozart se entusiasm¨® con ellas y pens¨® que este tipo de recitado acompa?ado con m¨²sica era la verdadera ¨®pera. Mozart compuso con gran placer una ¨®pera en alem¨¢n para Jos¨¦ II, Zaida (Das Serail), Singspiel en dos actos, pero la siguiente fue en italiano: ldomeneo. Con ella, y gracias a las influencias musicales recibidas en Mannheim, encontr¨® Mozart la s¨ªntesis perfecta en el sentido de Johann Christian Bach. Esp¨ªritu alem¨¢n con idioma italiano. Mozart alcanz¨® en Mannhelm su absoluta seguridad en s¨ª mismo.
No hay que decir que Mozart no tuvo que enterrar su talento de compositor en Mannheim. Muy al contrario. Pocas veces ha podido trabajar bajo circunstancias m¨¢s positivas que all¨ª, rodeado de amigos que se encargaban de solucionar todos los problemas econ¨®micos para ¨¦l y para su madre; adem¨¢s, junto al objeto de la primera pasi¨®n de su coraz¨®n. As¨ª de la armon¨ªa del alma y del cerebro surgieron en esos meses de Mannheim composiciones peque?as, vocales e instrumentales, de una belleza y profundidad incomparables.
A su vuelta de Par¨ªs, al final del a?o 1778 casi no tuvo tiempo para componer, pero adem¨¢s le faltaba el est¨ªmulo: no estaban ni su madre, muerta inesperadamente en Par¨ªs, ni los m¨²sicos,... ni Aloysia. Pero la fuga de m¨²sicos a M¨²nich no pudo romper la continuidad de la vida musical de Mannheim ni la relaci¨®n de esa ciudad con Mozart. S¨®lo quedaron en ella los m¨²sicos menos j¨®venes, pero estos iniciaron inmediatamente una nueva serie de conciertos, llamada conciertos de la Academia, que en la actualidad contin¨²a existiendo. Organizada y sostenida econ¨®micamente por los propios m¨²sicos. Obtuvo ¨¦xitos resonantes bajo la direcci¨®n del concertino Ignaz Fr¨¢nzI. Lleno de simpat¨ªa por esta idea, Mozart compuso para la nueva orquesta un doble concierto para viol¨ªn, piano y orquesta. Se conservan algunos fragmentos del mismo.
El nuevo Teatro Nacional, que dirig¨ªa musicalmente Fr?nzI, se destac¨® por su dedicaci¨®n a representar obras de Mozart y en 1790 tuvo el honor de contar con el maestro para dirigir personalmente el estreno en Mannheim de sus Bodas de F¨ªgaro.
Sin embargo es Innegable que el per¨ªodo m¨¢s prol¨ªfico de la presencia de Mozart en Mannheim fueron los meses de su amor con Aloysia. Ese amor fue la gran fortuna de la ciudad de Mannheim, que pudo disfrutar del genio de Mozart y gracias a ¨¦l enriquecer su historia musical.
Miguel Angel G¨®mez Martinez es director general de M¨²sica de la ciudad de Mannheim.
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