Ni?os y se?oritas
La primera vez que vi a Teresa Rabal era apenas una adolescente. Sali¨® a la piscina familiar una ma?ana, casi al amanecer, mientras yo desayunaba con sus padres, que devanaron el "?Qu¨¦ ser¨¢?". Ha ido siendo, en el teatro, querida Gigi, de Colette; en el circo, con los ni?os. La veo ahora, casi a la misma hora en La guarder¨ªa, de Antena 3. Imagen intacta. Ingenuidad, dulzura: vocaci¨®n por los ni?os. El tiempo no pasa, aunque mis espejos y mis fot¨®grafos sean cada vez peores.Y el estilo, que es otro. En las emisiones infantiles hay dos personas que me fascinan, dos criaturas reci¨¦n llegadas a mujer -por lo que dice la imagen: de su realidad lo ignoro todo-. que son Evita Dinamita, en la misma 3, en La merienda, donde estaban la tranquila Rita Irasenia y Miliki (su hermano e hijo, Emilio Arag¨®n, el triunfador de estos tiempos, ha tirado de ellos a su feudo de la 5), y Miriam, en la 1. ?Qu¨¦ barbaridad, qu¨¦ personas! Evita Dinamita deja corto su seud¨®nimo: es nuclear, neutr¨®nica, con una voz grave pero dura y penetrante, y un movimiento que no cesa. La Providencia ha permitido que no tuviese que atravesar en mi vida por una mujer as¨ª -y, de todas formas, hay que ver c¨®mo he quedado-, aunque estoy seguro de que puede hacer la felicidad de cualquier otro.
Miriam se llama, m¨¢s pertinentemente, D¨ªaz Aroca, y presenta en la que los juegos infantiles: los dirige, los anima. vestida sucintamente de verano o de invierno: y consigue m¨¢s movilidad, fuerza y alegr¨ªa que los propios ni?os. Los ni?os no tienen demasiados motivos para estar contentos en estos tiempos. en los que el aprendizaje requiere cada vez m¨¢s trabajo, m¨¢s tiempo y promete un porvenir m¨¢s dif¨ªcil.
No me gust¨® nunca lo infantil: cuando lo fui, ten¨ªa que fingirme mayor para sobrevivir. Hu¨ªa, realmente, de cualquier aceptaci¨®n de la infancia, tan reprimida, tan adiestrada, con tanto domador encima. Los ni?os quer¨ªamos ser velozmente adultos. Veo que, ahora, los neoni?os han salido de ese error, y no quieren crecer. No estoy seguro de que sean muy seguidores, desde casa, de Evita Dinamita o de Miriam. En cambio, los adultos no las pierden de vista. Raro.
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