Juez y parte
Supongo que S¨¢enz de Santamar¨ªa hizo las declaraciones que hizo, ayudado por su estado de ¨¢nimo, despu¨¦s de pasar casi una semana en la c¨¢rcel, y sobre todo despu¨¦s de comprobar que "la ley", que es la que, seg¨²n los jueces de M¨¢laga, le ha condenado, ha exculpado a otro ginec¨®logo con cargos similares en Valencia. Las opiniones de S¨¢enz de Santamar¨ªa son, desde este punto al menos, comprensibles, aunque no se compartan en su totalidad.Pero parece que una juez no s¨®lo no comparte, sino que no comprende a S¨¢enz de Santamar¨ªa, por lo que ha decretado su inmediata prisi¨®n incondicional (con registro domiciliario incluido, al no hallarse este se?or all¨ª). Un poco fuerte, ?no?
Aunque estudi¨¦ Derecho en mi juventud, no soy actualmente un hombre de leyes; sin embargo, creo recordar que las leyes de derecho positivo han de seguir las del derecho natural. O, en otras palabras, que la justicia humana tiene que no contradecir, al menos, los principios b¨¢sicos de la ¨¦tica.
Si la memoria no me falla uno de esos principios es que nadie (y nadie significa nadie) puede ser juez y parte. ?No es f¨¢cil imaginarse lo que podr¨ªan hacer las figuras p¨²blicas con poder si alguien se atreviese a denostarlas y el denostado mandara a la Guardia Civil a por el critico y lo encerrara en la c¨¢rcel in-con-di-cio-nal-men-te? ?No nos sonarla tal caso a venganza personal o quiz¨¢ gremial?
Evidentemente, existe un gremio, el de los jueces, que sirve para decidir cu¨¢ndo un critico se ha pasado y ha delinquido al hacer sus observaciones. Pero, en todo caso, el juez no forma parte del gremio de la figura p¨²blica denostada, y por tanto puede, seg¨²n el principio ¨¦tico que arriba he recordado, juzgar si el ofendido tiene raz¨®n y no se ha pasado en la estima de su ultrajado honor. Pero ?qui¨¦n juzga al juez cuando ¨¦ste se pasa? ?Otro del mismo grado? ?Por una (pretendida) ofensa a los componentes de ese gremio?
Evidentemente, algo huele a podrido en... Dinamarca.
Ahora va a resultar que Valle-Incl¨¢n ten¨ªa raz¨®n, y que, con ciertas variantes, los espa?oles se dividen en dos clases, se?ora: los jueces y el resto de los ciudadanos.- . Puerto Real, .
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