"La libertad es un problema superado", dice el fil¨®sofo Paul Ricoeur
Paul Ricoeur (Valence, Francia, 1913) ha sido profesor en Estrasburgo, Par¨ªs y Chicago. Hay quien ha dicho de ¨¦l que es el fil¨®sofo franc¨¦s vivo con una obra m¨¢s interesante. Una obra que, partiendo dee la tradici¨®n fenomenol¨®gica, ha tenido en cuenta las aportaciones de la antropolog¨ªa, la filosof¨ªa anal¨ªtica y la historia. A ¨¦l se atribuye la aplicaci¨®n de] concepto de "narratividad" a la historia. En su ¨²ltima obra esboza lo que denomina una "filosof¨ªa segunda", un proyecto ¨¦tico que permita ]ni superaci¨®n de los conflictos sociales. Y asegura: "La libertad es un problema superado".
"Ciertamente, mi formaci¨®n filos¨®fica me ha llevado primero a la historia de la Filosof¨ªa y de ¨¦sta a problemas cada vez m¨¢s relacionados con la actualidad, hasta llegar a una teor¨ªa de la acci¨®n que primero se centra en el lenguaje de la acci¨®n y despu¨¦s evoluciona hacia problemas contempor¨¢neos", explica Paul Ricoeur, que el jueves pronunci¨® una conferencia en Barcelona, en el Instituto Catal¨¢n de Estudios Mediterr¨¢neos.
"En estos momentos", prosigue, "el asunto en que centro mi reflexi¨®n es el problema de la justicia, que ocupa buena parte de mi ¨²ltimo libro [Soi-m¨ºme comme un auitre, ?ditions du Seuil, Par¨ªs, 1990), donde digo que la relaci¨®n con el otro no se reduce a la relaci¨®n cara a cara, como por ejemplo en Levinas, sino a que es un otro dentro de las instituciones. A este respecto, defino el principio ¨¦tico en t¨¦rminos del deseo de una vida satisfecha con y para los otros en unas instituciones justas".
El siglo de las v¨ªctimas
"Mantenernos diferentes tipos de relaciones en las cuales hay diversos tipos de justicia", prosigue. "Si participas de la econom¨ªa de mercado, la justicia es encontrar el precio que sea aceptado por todos. Pero si las relaciones son de tipo c¨ªvico o familiares, entonces, lo justo es otra cosa. Durante los ¨²ltimos a?os esos asuntos me han preocupado mucho y me he dedicado bastante a ellos, rne interesan las perspectivas pol¨ªticas desde la visi¨®n de lo que podr¨ªamos llamar los decididores. Hay que trabajar mucho sobre la idea de la justicia porque, ciertamente, no se puede decir que todas las desigualdades sean injustas. Hay que buscar la base de la Justicia".
Aunque la ¨²ltima obra de Ricoeur participa de lo que se ha dado en lIamar el giro ¨¦tico, ¨¦l asegura que su caso es diferente del de otros autores: "En mi caso, las razones para que me ocupe de estos problemas son antiguas; hace a?os ya hab¨ªa escrito un texto sobre la s¨ªmb¨®lica del mal. Nunca pretend¨ª reducir el mal a la culpabilidad, sino que lo vincul¨¦ a la injusticia social. Hoy retomo el problema del mal desde la consideraci¨®n del sufrimiento. Hay el mal moral, pero hay tambi¨¦n el sufrimiento. Estamos en el siglo de las v¨ªct¨ªrnas. Yo he hablado de la vJctimizac¨ª¨®n que atraviesa la h1,tor¨ªa: el tercer mundo, la masa de- los que sufren. Y hay v¨ªas ¨¦ticas que exigen la disminuci¨®n de estos sufrimientos. Podemos, por supuesto, discutir sobre la justicia en un plano general, pero en la conjunci¨®n v¨ªctima-sufrimientos-injusticia encuentro un modo de abordarlo conceptualmente".
Su ¨²ltimo texto propone una distinci¨®n entre ¨¦tica y moral que explica as¨ª: "?tica y rnoral no son exactamente lo mismo. Es una elecci¨®n ling¨¹¨ªstica que hago, al decir que la ¨¦tica tiene que ver con lo optativo, con el deseo fundamental de realizar la vida, pero manteniendo relaciones con los otros que sean aceptables. La moral me parece mejor definida por la prohibici¨®n: 'No matar¨¢s', No robar¨¢s'. La ¨¦tica es m¨¢s profunda que la moral, pero ¨¦sta es necesaria para evitar la violencia y la injusticia". "En mi libro hay tres momentos ¨¦ticos. La ¨¦tica, que es el deseo; la moral, que es la norma., la prohibici¨®n y, finalmente, la sabidur¨ªa pr¨¢ctica, que desciende a los casos particulares. Por ejemplo, el debate sobre el aborto. Hay debate porque tenemos dos reglas. Una primera que dice que hay que respetar la vida. Y otra que dice que un embri¨®n no es a¨²n una persona. Hay conflicto porque ambas reglas est¨¢n bien formuladas. De ah¨ª que haya un problema real. La vida est¨¢ llena de este tipo de conflictos".
"Yo creo que la libertad es un problema resuelto. Desde luego, no est¨¢ resuelto si lo tomamos en el plano f¨ªsico. Pero digo que est¨¢ resuelto porque la libertad es la convicci¨®n de cada uno de que puede hacer algo. El problema es el que viene, luego: el de la responsabilidad. Esta presupone la libertad y el conocimiento de que yo soy el autor de mis actos. Y asumo las consecuencias de mis actos, entre las cuales puede haber perjuicios a otros. Y debo estar presto a reparar esos perjuicios. He ah¨ª la responsabilidad. Somos verdaderamente libres cuando somos responsables".
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