Indur¨¢in estrech¨® las diferencias en Cerler

La Vuelta a Espa?a reorden¨® ayer sus argumentos, pero no aclar¨® las dudas sobre su futuro ganador. El mexicano Ra¨²l Alcal¨¢ fue el m¨¢s perjudicado por la primera etapa de monta?a, entre Bossost y el alto de Cerler, de 111 kil¨®metros, que se adjudic¨® el sovi¨¦tico Iv¨¢n Ivanov. El resquicio entre los principales favoritos es ahora de tan s¨®lo 42 segundos, los que separan a Alcal¨¢ de Marino Lejarreta y entre los que se encuentran Federico Etxabe y Miguel Indur¨¢in. Fiel a su tradici¨®n, la carrera espa?ola se reserva un enigma: saber hasta qu¨¦ punto puede mantenerse en el liderato Melchor Mauri, que pese a su presumible debilidad en la monta?a resisti¨® en Cerler y mantiene una apreciable ventaja sobre los favoritos.

El c¨¢lculo triunf¨® sobre la precipitaci¨®n en la subida a Cerler, la primera digna de calificar de monta?a en la Vuelta. El propio Javier M¨ªnguez, director del Amaya, denunci¨® la excesiva impetuosidad del colombiano Fabio Parra, jefe de filas de su equipo, que no dud¨® en seguir la rueda de su compatriota Oliverio Rinc¨®n (Kelme) y, de Marino Lejarreta. En las primeras rampas de Cerler, a poco m¨¢s de 14 kil¨®metros de la meta, se desat¨® una batalla de la que pareci¨® inhibirse Indur¨¢in. Sin embargo, el l¨ªder del Banesto, no hizo sino seguir las consignas de su director, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, quien sabedor de las limitaciones de su corredor en la alta monta?a, le aconsej¨® dosificar sus esfuerzos y no tratar de seguir la rueda de los colombianos a cualquier precio.Lejarreta hizo una ascensi¨®n irregular en la que tan pronto pareci¨® lanzado hacia la victoria como frenado por un falso desfallecimiento. Indur¨¢in, a cinco kil¨®metros de la llegada, cuando parec¨ªa que las posiciones estaban ya claramente definidas, inici¨® su minucioso y sutil trabajo. Primero impuso un ritmo al grupo en el que viajaba que no pudieron sostener ni Alcal¨¢, ni Fuerte ni Etxabe. A continuaci¨®n, acompa?ado ¨²nicamente por el colombiano Luis Herrera, fue remontando posiciones hasta superar a Lejarreta, que se conform¨® con seguir su rueda.

Los favoritos

Los favoritos, no obstante, mantuvieron el tipo. Etxabe, absolutamente solo, apenas cedi¨® unos segundos a Indur¨¢in, mientras que Alcal¨¢, en el grupo que viajaba Mauri y Fuerte, consigui¨® entrar a una distancia lo suficientemente prudencial para mantener notables expectativas en la clasificaci¨®n general.

En la lucha por la etapa, alejada de la trascendencia de la que libraron los favoritos, el sovi¨¦tico Ivanov confirm¨® su adicci¨®n a justificar su temporada en la Vuelta en la que ha protagonizado episodios inolvidables, como la ayuda que prest¨® a Pedro Delgado cuando ¨¦ste gan¨® en 1989, o el octavo puesto que obtuvo el pasado a?o.

El corredor sovi¨¦tico sorprendi¨® ayer a todos los colombianos que, fieles a la tradici¨®n, lanzaron ataques tan indiscriminados como precipitados tan pronto como empezaron a tener que levantar la cabeza para otear la carretera. Sin embargo, Ivanov sigui¨® una t¨¢ctica parecida a la de Indur¨¢in, y de repente, cuando apenas quedaban nueve kil¨®metros y la lucha por la victoria parec¨ªa reducirse a Parra y Rinc¨®n, surgi¨® de una forma sorprendente y ya nadie pudo resistir su pedaleo. A destacar que Cubino perdi¨® m¨¢s de cuatro minutos.

La etapa se disput¨® sin mayores problemas, a pesar de que durante los primeros kil¨®metros nev¨® ligeramente. Pero a¨²n as¨ª, 34 corredores llegaron fuera de control. Tres del Banesto: Gorospe, M¨²jika y Santamar¨ªa, con lo que le quedan a Ech¨¢varri s¨®lo cuatro hombres para ayudar a Indur¨¢in.

Una vez superado el ecuador de la carrera, y cuando tan s¨®lo quedan tres etapas de monta?a, la mayor¨ªa de los t¨¦cnicos espa?oles aseguran que la cronoescalada de ma?ana en Valdezcaray aclarar¨¢ sutancialmente las expectativas de los favoritos. En Valdezcaray, sin embargo, las condiciones metereol¨®gicas segu¨ªan siendo ayer muy adversas, con niebla, nieve y mucho fr¨ªo. Los ¨²ltimos siete kil¨®metros del recorrido de la etapa de ma?ana eran ayer inaccesibles incluso para las m¨¢quinas quitanieves, con tramos que registraban un espesor de tres metros de nieve.