Nadie falt¨® a la cita

Mar¨ªa Luisa Navarro, esposa de Josep Llu¨ªs Nu?ez, huy¨® del hotel Hilton a primera hora de la ma?ana, elegantemente vestida con un traje de chaqueta rojo. El vest¨ªbulo del lujoso albergue, en el centro de Rotterdam frente al mism¨ªsimo Ayuntamiento de la ciudad, estaba repleto de la farnilia barcelonista. Puede que no estuvieran todos los que son, pero s¨ª todos los que quisieron viajar. Se llevaron hasta al speaker del Camp Nou, el simp¨¢tico Manuel Vich, para que tratara de controlar, con la misma voz del estadio, a todos los seguidores barcelonistas.

La sorprendente frase de N¨²?ez -medio Bar?a se preguntaba ayer qu¨¦ pensar¨ªa Marla Luisa de la frase "si ganamos, ser¨¢ la hostia", lanzada el d¨ªa anterior por su cat¨®lico practicante marido -no era m¨¢s que el vivo reflejo de la euforia que reina en el club.

Esa algarab¨ªa es la que hizo que el Bar?a se presentase en Rotterdam, algo menos protegido que en Berna, pero con 17.000 gargantas para ayudarle a la conquista del segundo t¨ªtulo de esta temporada. Por el vest¨ªbulo del Hilton, por las c¨¦ntricas calles de Rotterdam, pod¨ªa verse a todos los directivos con sus esposas, a todos los jugadores de la plantilla no convocados para la final (como Roura, ?lex, Zubizarreta, L¨®pez Rekarte, Urbano ... ) tambi¨¦n con sus esposas, t¨¦cnicos y ojeadores del Bar?a (como Juanito Segarra, Mora, De la Cruz, Tort ... ) y exjugadores y componentes de la Agrupaci¨®n de Veteranos del club.La 'repera'

Todos trataban de saborear unidos la conquista de la Liga m¨¢s que ansiar la llegada de un nuevo trofeo. Todos consideraban, en privado, que "el Barga ya ha hecho todo lo que ten¨ªa que hacer, aunque claro ganar los tres t¨ªtulos ser¨ªa la repera". Repera, una palabra m¨¢s pr¨®xima al vocabulario del propio N¨²?ez que hostia. Todo parece indicar que ninguno de los tres pretendientes al trono cul¨¦, para cuya conquista tendr¨¢n que esperar largos a?os, hubiera pronunciado un dictamen de esas dimensiones.

Ni Sixte Cambra, que estuvo acompa?ado por su hijo mayor; ni Josep Llu¨ªs Rovira, que viaj¨® con su esposa; ni Jaume Llaurad¨®, que acudi¨® con sus asesores, se hub' eran atrevido a tanto. Como tampoco hubieran sido capaces de mostrar su extrema alegr¨ªa gentes como Javier G¨®mez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, o Josep Llu¨ªs Vilaseca, m¨¢ximo responsable del deporte catal¨¢n, o el propio Antonio Bar¨®, presidente de la Liga Profesional, que tambi¨¦n pululaban por el Hilton repartiendo parabienes a la directiva, mientras la plana mayor de la UEFA manten¨ªa una de sus tantas reuniones "importantes" en el primer piso del magno hotel.